A las 7:37 a. m. suena el primer Tik Tak de hoy lunes 28 de noviembre en SEMANA, y suena por los lados de las quejas del exfiscal Néstor Humberto Martínez a los Estados Unidos por lo que, él dice, es un complot en su contra, que tiene tintes gravísimos.

Porque según su denuncia, un fiscal que ejerció bajo su Fiscalía, Daniel Hernández, y que estuvo a cargo del caso Odebrecht, está siendo presionado por una fuerza oculta para que declare falazmente contra el propio Martínez en contra el expresidente Juan Manuel Santos y el actual fiscal Francisco Barbosa.

Al fiscal Hernández lo han amenazado en múltiples ocasiones e incluso le dicen que si colabora, podrá no solo salvarse él, sino conservar a su esposa y criar a su hijo. Pero además, la queja de Martínez es contra unos periodistas, más concretamente contra Gustavo Guillén, residenciado en Estados Unidos y a quien acusa no solo de haber recibido dinero para dañar su reputación por parte de personas judicializadas por la Fiscalía de Martínez, sino por instrumentalizar el canciller Álvaro Leiva en sus propósitos.

Y además porque, según Martínez, Guillén utiliza el nombre del FBI y del Departamento de Justicia de Estados Unidos para pasar como su representante; y asumir su voz sería para amenazar con extradiciones a los funcionarios. Martínez sostiene que, ante estas denuncias, las autoridades de Estados Unidos están furiosas y que él ha entregado grabaciones donde menciona a cada uno de los que integran el grupo del complot con prácticas de amenazas mafiosas, cuyos nombres no revela.

El fiscal en cuestión, el amenazado Daniel Hernández, también está citado a imputación por el fiscal Francisco Barbosa, en el marco de la investigación del caso Odebrecht, supuestamente por no haber tramitado de manera correcta unas órdenes de captura dictadas por un juez de control de garantías contra presuntos implicados en el caso.

Es decir que, por donde uno esculque, el caso Odebrecht le brinca, porque continúa sin cerrarse; es más, yo creo que casi que sin abrirse. Y le aparecen cabos sueltos por todos lados y las denuncias de Martínez le añaden a todo esto un ribete de complot internacional con gravísima impersonación de autoridades de Estados Unidos que amenazan no solo con extradiciones, sino con la seguridad de la familia de fiscales asediados por exigencias de salpicar a una serie de personajes de la vida nacional, encabezados precisamente por el exfiscal Néstor Humberto Martínez.

Las autoridades norteamericanas, no solo las colombianas, deben estar muy preocupadas con estas denuncias del exfiscal Martínez.

Escuche aquí el segundo Tik Tak de Marís Isabel Rueda

Tik Tak: se busca… ministro de Defensa

El defensor del pueblo dice que en 11 meses van 171 líderes asesinados. No paran las masacres, ni los desplazamientos, ni los enfrentamientos entre disidencias, ni los cultivos de coca, ni la inseguridad en las ciudades. Mientras tanto, ¿dónde andará el Ministro de Defensa? Escuche a María Isabel Rueda.

A las 7:47 a. m. suena el segundo Tik Tak de hoy lunes 28 de noviembre en SEMANA y suena por los lados de la desaparición del mapa del ministro de Defensa, Iván Velázquez, mientras de manera implacable avanza el asesinato de líderes sociales.

En contraste, un activo defensor del Pueblo denuncia que en lo que va corrido del año, a no ser que los asesinatos tomen vacaciones navideñas, que no creo, ya suben a 171 en 11 meses. Según Indepaz, 58 de ellos desde que el actual presidente asumió su cargo, o sea, en tres meses. Además de las 90 masacres y el asesinato de 36 firmantes del acuerdo de paz y no olvidemos a las víctimas de desplazamientos forzados masivos, de las guerras entre las disidencias, de la explosión de los cultivos de coca.

Es decir, para no hablar más, cualquiera diría que ante semejante escenario es por lo cual la paz total es pertinente. Pero los líos de estas conversaciones son monumentales. Para no ver muy lejos, ya las delegaciones de los diálogos de paz entre el Gobierno y el ELN parecen más clubes sociales, por la cantidad de integrantes que le añaden a diario cada una de las partes. Pero lo que sí parece una equivocación a estas horas de la situación es que el Gobierno pacte un cese al fuego bilateral con el ELN.

Lo que implicaría que las autoridades del Estado tengan que mantener muy en claro, en este campo de batalla que es Colombia, qué adversario que esté deambulando por ahí es del ELN y cuál de otra organización y cuando empiecen las negociaciones con la delincuencia común será aún peor.

Con un ministro de Defensa prácticamente desaparecido,; o es de imaginar a su favor que está muy ocupado metido en los cuarteles o en las sedes de Inteligencia de la Policía, organizando operativos para parar este de sangre, o la fuerza pública tiene toda la razón en estar desconcertada y en no saber cómo parar la elevadísima tasa de inseguridad en ciudades como Bogotá, cómo enfrentar el crecimiento de los cultivos de coca, ni cómo parar la guerra entre las disidencias, para no hablar de cómo cuidar la frontera con Venezuela.

A estas horas, la Navidad, además, está que coge a la JEP sin ninguna sanción contra las Farc a seis años de la firma del acuerdo. Coge fuerza lo de que las tales sanciones que supuestamente incluían restricciones a la libertad, aunque no penas de cárcel, es cierto, no serán ni siquiera eso. Con carticas de amor a sus víctimas y paseos por el campo colombiano, con la disculpa de una colaboración, se estará alimentando el fin último interior de los acuerdos de paz de una paz parcial.

Porque en Colombia sigue siendo tan esquiva la paz como los 171 líderes sociales asesinados que llevamos en 11 meses del 2022. Es decir, las Farc no pagarán ninguna sanción. Así van las cosas.