Suena el primer Tik Tak de hoy martes 23 de agosto en SEMANA y suena por los lados de la reconstrucción de la isla de Providencia, fruto en las últimas horas de una fuerte polémica, o lo que se llama el clásico espejo retrovisor del actual gobierno frente a su antecesor.
Porque en su primera visita como presidente Petro a la isla, volvió a soplar un huracán, que esta vez no fue responsabilidad de un fenómeno climático, sino de las críticas a las casas que dejó construidas el anterior gobierno, luego de que la isla fuera devastada por el huracán Iota. Es decir, Petro llegó a destruir sobre lo construido y no a construir o acabar de construir.
Cierto, en la isla aún no hay hospital, no alcanzaron a reconstruirlo, pero con respecto a las casas construidas, que visualmente por lo demás se ven muy bonitas, cuando se trata de criticar, a sacar con la obra del antecesor, Petro no se tomó el tiempo necesario para realizar todos los elementos que sacan a esas viviendas del rango del costo que normalmente tiene una casa de interés social puesta en una ciudad del país.
Para construir cada casa de estas se requirió la bobadita de poner la materia prima en Cartagena desde Barranquilla, meterla en containers ponerlos a navegar en unos barcos y conducirlos a 700 km hasta el único puerto que quedó habilitado en la isla después del paso del huracán.
Esa responsabilidad corrió por cuenta de las tres empresas constructoras más serias que tiene el país, Amarilo, Constructora Bolívar y Marval, las tres más grandes, incluso. Fueron 1.837 las viviendas construidas en dos años entre Providencia y Santa Catalina.
Las críticas de Petro arrancan en que las casas tuvieron un valor de 600 millones, que sonaría bastante escandaloso si estas no estuvieran construidas pensando en que deben estar preparadas para aguantar el próximo huracán, porque que vendrá, vendrá.
¿Qué tal que lo que el presidente se hubiera encontrado en Providencia fueran más bien unas casas que amenazaran su pronta ruina? Todas están en pie, listas para enfrentar la próxima embestida de los vientos y 1.837 personas se sienten seguras viviendo en ellas.
Pero otras de las críticas de Petro van hacia que las casas no consultaron la idiosincrasia isleña, la misma con la que estaban construidas las antiguas viviendas que se volaron con el huracán. No habrá, desde luego, quién deje de quejarse porque en su casa apareció una grieta, nada es perfecto, pero que se hayan construido bajo el criterio de que sus estructuras sean seguras y lo suficientemente pesadas para quedar fuertemente ancladas en el terreno es una garantía de seriedad del proyecto.
Al presidente Duque hasta lo alcanzaron a criticar porque el ritmo de la reconstrucción en un momento dado parecía lento, pero la sorpresa es que las críticas de su sucesor son ahora porque la reconstrucción quedó casi completamente hecha.
Más bien miremos ahora que el presidente Petro ya estuvo en el terreno, ¿en cuánto tiempo será capaz de reconstruir el hospital?, ¿cuánto durará el primer container con sus materiales en devorarse los 700 kilómetros de mar que deben recorrer desde Cartagena? Y si con los nuevos planes de salud de este gobierno el hospital de Providencia logrará algún día ponerse a funcionar.