Suena el primer Tik Tak de este jueves 30 de junio en SEMANA y suena por los lados del encuentro Petro-Uribe, porque fue uno de esos acercamientos muy escasos en la actualidad que no llega untado de mermeladas, sino por lo menos, de labios para afuera, de un ánimo civilizado de montar un esquema de oposición maduro.
De acuerdo con la versión del presidente Uribe, el encuentro no tenía la intención de acabar o denegar las diferencias con Petro, sino la intención de tramitarlas razonablemente manteniendo un canal de comunicación abierto.
Pero Uribe sí dejó muy en claro que no comparten las propuestas del nuevo gobierno en materia de seguridad, de pensiones, que tiene puntos de vista muy distintos en cuanto a las relaciones con Venezuela y el manejo del carbón y el petróleo.
Y que eso del perdón social, que ni le hablen de eso a Uribe, no se sabe por qué utilizó la expresión, pero pidió ser excluido, porque le quedaba muy mal a los expresidentes. Excluido, entre otras, yo creo porque nadie ha entendido muy bien en el país en qué consiste, ya que se empezó a hablar del perdón social cuando el hermano del presidente electo arrancó a visitar extraditables a las cárceles. Quizás Uribe teme que si empieza a hablar del tema, también lo vayan a señalar de que está buscando a Gustavo Petro para buscar su propio perdón social.
Uribe le pidió a Pedro cuidar al sector privado, porque de él depende la superación de la pobreza y, por eso, también le solicitó que hicieran una reforma tributaria amable y que no les claven a los colombianos el impuesto al patrimonio. Le pidió también cuidar el tema de los fondos privados de pensiones.
La importancia de este acuerdo es que si bien no se acaba la oposición, ni el disenso, pues procurarán las dos partes hacerlo sin odio, sin encono y sin enemistad; vamos a ver si lo logran.
Lástima que otros partidos, casi todos, se hayan declarado gobiernistas, pero no gratis; o como el ingeniero, que después de ser su contradictor se volvió su mejor amigo, pero sin que haya dejado marcadas diferencias programáticas. Hoy parecería que estas nunca existieron, de manera que, tal parece que el ingeniero va a llegar al Congreso a ejercer su curul destinada para ser ocupada por alguien de la oposición, con el ánimo de ser gobiernista.