Suena el segundo Tik Tak de este miércoles 28 de septiembre en SEMANA y suena por los lados de la negociación de la ley, que ahora se abre una vez más a grandes posibilidades en Colombia, con el proyecto de paz total.
Un nombre muy provocativo, muy atractivo, muy esperanzador, pero que contiene muchos ingredientes muy desafiantes. Como un cese fuego multilateral en el que ni siquiera cree el ministro de Defensa a estas alturas del paseo o como la negociación con grupos de origen político y con grupos de la delincuencia común en un mismo paquete.
Cosa que el ELN ya ha comunicado que mira con repugnancia o como la creación de más JEP que engrosen la larga lista de nuestro ya desbordado sistema judicial lleno de cortes de magistrados, de fiscales, de procuradores, de defensores y de contralores.
Por eso caen como anillo al dedo las preguntas que hoy un profundo conocedor de la materia, el exfiscal, exprocurador y exministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, hace en su columna del diario El Tiempo. ¿Mezclaremos delincuentes políticos armados con narcotraficantes? ¿Mientras más daño haga un criminal a la sociedad, más probabilidades tiene de tratamiento benigno?
¿Hasta cuando seguiremos cediendo la aplicación estricta de la ley de la justicia en aras de la paz? ¿Qué mensaje nos quedará después? Y la pregunta más clave de todas: ¿tenemos que hacer concesiones porque no podemos controlar plenamente el territorio para imponer el cumplimiento de la ley?
Es que el doctor Gómez dice en su columna que hemos tenido 34 leyes de indulto, de las cuales han sido beneficiados desde presidentes hasta guerrilleros. Por esa razón, pues nadie entiende que después de tantas amnistías y perdones subsistan situaciones de conflicto armado en el país. Pero la paz total tiene ese reto, vamos a ver cómo lo resuelve el gobierno actual.
Lea aquí el primer Tik Tak de María Isabel Rueda
Tik tak: Colombia y Venezuela: un matrimonio de tres
No nos percatamos con la debida anticipación de que reabrir las relaciones con Venezuela no era un asunto bipartita, sino tripartita. Como le pasó en su momento a la recordada Lady Di, en su problemático matrimonio de tres. Aquí también hay que conversar con los gringos, o no lograremos despegar. Ni siquiera en un avión Caracas-Bogotá. Escuche a María Isabel Rueda.
Suena el primer Tik Tak de este miércoles 28 de septiembre en SEMANA y suena por los lados de la reapertura de relaciones con Venezuela, porque hay nubarrones.
Un paso necesario que ya se dio, claro, el de normalizar esas relaciones diplomáticas consulares comerciales con Venezuela, pero todavía se puede tropezar con un montón de obstáculos que en medio de las risas que acompañaron el encuentro del embajador Benedetti con el presidente venezolano Nicolás Maduro para sellar esa reanudación de relaciones, a los pocos días de tanta fiesta y euforia, se ha hecho evidente que no será tan fácil.
El hecho de que no hubiera vuelo inaugural entre Caracas y Bogotá fue la primera perla; la aerolínea Coviaza no pudo entrar o enviar un avión a Colombia porque figura en la lista Clinton y Colombia no se puede someter a brincársela porque en Estados Unidos se toman esa lista muy, pero muy en serio.
Es decir, la reanudación de relaciones con Venezuela no es un asunto simplemente bipartita, sino tripartita, hay que contar con Estados Unidos y de lo poco que sabemos, ese país avanza en negociaciones políticas con Venezuela, pero siempre sujetas a que Maduro se comprometa a garantizar la democracia en su país y eso comienza por sentarse a hablar con la oposición, algo que Maduro paró cuando le capturaron al señor barranquillero Álex Saab y él puso su liberación y su participación en la mesa de conversaciones como condición para volverse a sentar a la mesa de diálogos que venía funcionando en México.
El precario sistema económico venezolano está claramente vinculado al lavado de dinero y nos traería graves problemas que ingresen al flujo de la economía colombiana, para comenzar con los problemas que ello traería para los empresarios colombianos que empiecen a hacer negocios con Venezuela y que conviertan el fruto de sus negocios en transacciones con entidades financieras venezolanas.
¿Cuánto falta para que los corruptos Diosdado Cabello y la Vladimir Padrino pidan apertura de cuentas bancarias para sacar su dinero mal habido vía bancos colombianos? Se cree que son 16.000 millones, según Estados Unidos, los dineros que están lavando vinculados a procesos judiciales en EE. UU.
Que Colombia viole estas sanciones que contra Venezuela el Gobierno norteamericano ha impuesto para empujar a Maduro al respeto de los derechos humanos nos podría poner en aprietos con los gringos y en ese limbo se encuentra la importantísima Monómeros, cuyo manejo se lo acaba de devolver Colombia, donde está la sede de la empresa, al régimen Maduro.
De manera que en materia de normalizar las relaciones con Venezuela no todo es soplar y hacer botellas.