El nuevo ministro de Ciencia, Tito Crissien, no logra cuajar en la comunidad académica. Lo mismo pasó con su antecesora Mabel Torres, quien pasó sin pena ni gloria. El Ministerio cada vez es más necesario por el papel que debe cumplir la ciencia, la tecnología y la innovación durante y después de la pandemia.
Hasta ahora lo acusan de plagio, de no tener conocimiento de las nanoparticulas de las que posa como experto. Sus pares no lo reconocen. Puede ser una injusticia, pero hay colombianos pesos pesados en la ciencia que no comparten que él sea el designado para dirigir esa cartera. ¿El presidente mantendrá a Crissien en su cargo?