Suena el segundo Tik Tak de hoy miércoles 1 de febrero en SEMANA, y suena por los lados de la posibilidad de que se nos esté anticipando la transición muy peligrosa que tendría que darse si se aprueba la reforma de salud, la reforma sin texto, que se llama, de la ministra Carolina Corcho.

Porque expertos ya advierten, en un documento que conoció esta sección, la ocurrencia de cosas como estas: el sistema financiero está cerrando sus puertas a las EPS ante la inminencia de que las van a liquidar, los prestadores del servicio están exigiendo anticipos para procedimientos de alta complejidad y la industria farmacéutica está manteniendo sus inventarios a raya, lo cual incluso ha generado desabastecimiento de medicamentos en el país, como ya lo hemos podido ver.

Y hacen incluso una pregunta clave de estos expertos: ¿quién va a realizar en un futuro el control del gasto en salud?, ¿quién auditará cientos de millones de facturas? Y sin control del gasto la quiebra del nuevo sistema será inevitable hasta llegar a poner en riesgo la sostenibilidad fiscal del país.

La reforma a la Salud de la ministra Carolina Corcho sigue destapando más y más polémicas. | Foto: Ministerio de Salud y Protección Social

No en vano, ya comienzan las reacciones. El expresidente César Gaviria viendo este despelote ha anunciado que el Partido Liberal no permitirá que se arrase con el sistema de salud del país. Y es que en el mismo documento mencionado los expertos resumen de esta manera tan clara el meollo de esta reforma, que plantea la destrucción de lo que funciona en las ciudades para supuestamente arreglar lo que no funciona en las zonas rurales.

En lugar de adaptar una estrategia de atención primaria al sistema, la reforma adoptará todo el sistema a una estrategia de atención primaria, una lógica bastante extraña. Y a eso sumémosle que aun sin articulado, ya le saltó a la reforma un mico, un micazo.

El expresidente César Gaviria anunció que el Partido Liberal no acompañará la propuesta de reforma a la salud del gobierno. | Foto: Juan Carlos Sierra

Pues plantearía entregarle facultades especiales al presidente para modificar a su antojo las condiciones laborales en el sector salud, tanto público como privado, según el pedazo de la reforma, el pedacito que ayer se socializó con las comisiones séptimas de Senado y Cámara, o con los congresistas, pocos de ellos que acudieron a la reunión.

Pero aún ni siquiera está claro si ese artículo irá o no en el proyecto de la reforma Corcho. En todo caso, muy peligroso, porque el presidente día tras día se va quedando con facultades de príncipe, como de pesadilla.