El segundo Tik Tak de este jueves suena por los lados de la decisión tomada por el ‘coco’ de la Corte Penal Internacional de cerrar el expediente contra Colombia y abrirlo contra Venezuela. Pero ahora que en Venezuela Maduro esté bravísimo es entendible. También hay gente muy brava porque le parece indignante que la CPI nos diera un parte de confianza de que como debe ser la grave violación de los derechos humanos está siendo investigada por las autoridades judiciales del país. Eso, sí resulta francamente increíble.

Que a alguno se le ocurra que Colombia es comparable con Venezuela en materia de impunidad en violación de derechos humanos es impensable. Para comenzar, allá hay una dictadura y aquí no.

Para tener fama de organización burócrata y paquidérmica, el fiscal de la CPI, Karim Khan, anunció la apertura de la investigación contra Maduro. Pero lo hizo de manera astuta porque llevó a Maduro a reuniones con base en una agenda no pública a firmar un memorando dizque de entendimiento con el que el líder venezolano se puso la soga al cuello. Su propósito: establecer la verdadera situación de los derechos humanos en Venezuela, de conformidad con el estatuto de Roma. Hasta ahí nadie se puede poner bravo, pero la verdad es que el fiscal anunció la investigación, el expediente quedaba abierto.

Pero por la forma en que reaccionó Maduro o no entendió los alcances hasta última hora o su respuesta fue tardía y se puso bravísimo cuando ya la cosa es un hecho. Lo que hará la CPI es recoger los crímenes cometidos a partir de 2017 por abuso de la fuerza pública tanto relacionado con los derechos de protesta como por el maltrato y las torturas que han sufrido los opositores. “Acato, pero no comparto”, dijo Maduro. Alegó que en la fase preliminar de la investigación tampoco la pudo conocer.

¿A qué quedó comprometido Maduro con la habilidad de Khan? pues a colaborar con la investigación. De manera que no le quedó espacio para el pataleo y Venezuela quedó convertida en materia de interés muy especial para esta investigación de la violación de los derechos humanos que se inventó el mundo para perseguir la violación de delitos de lesa humanidad.