Poco o, más bien nada, podrán conocer por ahora los colombianos del relato que Rodrigo Londoño, antes Timochenko, entregó a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) por el delito de secuestro o al que se referirá este lunes Pablo Catatumbo. Como lo prometió la noche anterior al encuentro, el máximo jefe de las Farc llegó puntual a las nueve de la mañana. Esquivó los lentes de las cámaras y entró directo por el parqueadero —tal como se lo recomendó su esquema de seguridad—, a reunirse con los magistrados de la Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de Determinación de los Hechos y Conductas. En medio de la versión libre que El Alemán dio en Justicia y Paz, una papayera llegó con más de 400 simpatizantes a reivindicar su causa. La respuesta del exparamilitar fue ponerse a bailar. Adentro del edificio de la JEP, ubicado en el norte de Bogotá, había cinco agentes de la Sijín por piso. Su arribo activó todo el protocolo de seguridad y funcionamiento. El mismo que se notificó hace un mes cuando se emitió el auto que anunció su comparecencia y la de otros 30 miembros más del Estado Mayor Central de las Farc a la JEP por el caso 001. El ítem más controversial indicaba que serían versiones voluntarias que se practicarían solo en presencia del compareciente y, para efectos de este caso, sus defensores: Diego Martínez y Camilo Fagua. Le recomendamos: Los secuestros de los que tiene conocimiento Timochenko El decisión no cayó nada bien. "La audiencia de Timochenko ante la JEP es reservada y sin presencia de las víctimas. Es justicia clandestina, oculta, sin publicidad ni transparencia. En ese pacto de impunidad cuya garante es la JEP lo principal es ocultar la verdad", trinó en medio de la audiencia la excongresista Sofía Gaviria Correa. Pero no fue la única. Otra ola de críticas se levantó este viernes en las redes sociales. Bajo el hashtag #LaJEPdebeSerDerogada algunos cibernautas, especialmente vinculados al uribismo, se fueron contra los términos en que se dio la audiencia y, de paso, le pidieron al presidente Duque objetar la norma que reglamenta la jurisdicción de paz y que está a la espera de la sanción presidencial.
A pesar de la pesada carga simbólica que rodeó la comparecencia del último jefe de las Farc y ahora el máximo representante de la fuerza política, la noticia sobre su presentación ante la Sala de Reconocimiento perdió fuerza, al menos, ante la opinión. No hubo postal, ni un relato que le permita al país recordar qué pasó el primer día que los hombres y mujeres acusados de cometer los vejámenes en el conflicto entregaron su versión de las prácticas que usaron para auspiciar la guerra.
Diego Martínez, Rodrigo Londoño y Camilo Fagua. Foto: Vía Twitter @TimoFARC "Por la verdad, por las víctimas, por la reconciliación; si hacen trizas los acuerdos lo volvemos a componer. La paz no es de sus enemigos, la paz es del pueblo colombiano", afirmó el jefe guerrillero cuando salía de las instalaciones de la JEP, después de ocho horas que duró la diligencia. A diferencia de lo que sucedió durante la ley de Justicia y Paz, que principalmente cobijó a los paramilitares, en este caso los miembros de las Farc siguen un temario estricto y previamente definido por la Sala. Esa arquitectura que llevan los magistrados de la situación se construye apartir de los informes recibidos y el contexto de los casos que por ejemplo presentó la Fiscalía, el Centro Nacional de Memoria Histórica y diversas organizaciones. Varias razones explican el hermetismo con el que decidió actuar la JEP. Sin embargo, de fondo el debate es más simple de lo que parece: empezarán a armar los macrocasos sin tanta vitrina. "Ponerles desde el primer día un micrófono, cuando apenas se está recaudando información, podría terminar siendo muy riesgoso", explicó una fuente consultada por SEMANA. Esa preocupación se fundamenta en evitar episodios de revictimización, reivindicación o imprudencia en el manejo de los tercero. Y es que teniendo en cuenta el peso jerárquico que tiene el primer compareciente, varios analistas consultados por este portal ven con prudencia la decisión y creen que tiene todo el sentido. Además, con lo caldeados que andan los ánimos, frente al funcionamiento de la misma jurisdicción por casos como el de Santrich, hay quienes creen que el de Timochenko terminaría siendo usado por alguna de las partes para inclinar más la balanza. Timochenko es el primero que comparece por el caso 001, pero por el 003 que recoge los mal llamados falsos positivos, han presentado versión voluntaria más de 47 suboficiales y tenientes coroneles. Basta recordar lo que pasó en Medellín, cuando el exjefe paramilitar Fredy Rendón Henao, El Alemán, llegó al Palacio de Justicia a entregar su versión libre. A la par que las víctimas reclamaban justicia en el recinto, un grupo de más de 400 simpatizantes le dio rienda suelta a su propia batalla sonora. Con arengas y cánticos reivindicaron la causa de uno de los comandantes más sanguinarios que tuvieron las autodefensas. El piso de la plazoleta donde estaban quedó entapetado con un collage de papel picado que los asistentes tiraron con pedazos de fotos de los desaparecidos que se mezclaban entre las pancartas con mensajes de apoyo a El Alemán. Pero la escena se puso aún peor. Una papayera llegó a interpretar porros y vallenatos con los que los asistenten justificaron lo que hizo. La respuesta del exparamilitar ante esta situación fue ponerse a bailar. Ahora bien, siguiendo con las comparaciones, aunque buena parte de las versiones libres que se llevaron a cabo en Justicia y Paz fueron públicas, más de una vez los jueces optaron, como ocurrió en este caso, por cerrar las puertas. Eso fue lo que pasó después de lo que vivió el país, por ejemplo, con Salvatore Mancuso, El Alemán, Don Mario. Pero este no fue el único caso. Los periodistas que trataron de seguirle el rastro a los terceros civiles involucrados desde esa ala del conflicto no tuvieron mucho éxito a la hora de acceder a la información. Por eso es que algunos creen que tanto hermetismo puede resultar contraproducente. Más cuando se trata de ahondar en temas como los actores no armados que tiene estrechos vínculos con el conflicto. Aún así, el concepto de audiencia reservada también se vivió durante todo el proceso contra el exjefe paramilitar Hernán Giraldo, El Patrón de la Sierra Nevada, acusado de cometer decenas de abusos contra menores de edad en sus áreas de influencia.
Magistrados de la Sala de Reconocimiento. Foto: Vía Twitter @TimoFARC Bajo este contexto, se amparó la Jurisdicción Especial de Paz para tomar la decisión. Ahora, si lo que se quiere es hablar de conceptos técnicos, de lo primero que la JEP echó mano fue el inciso D del artículo 19 de la Ley de Transparencia: "La prevención, investigación y persecución de los delitos y las faltas disciplinarias, mientras que no se haga efectiva la medida de aseguramiento o se formule pliego de cargos, según el caso". Timochenko es el primero que comparece por el caso 001 que hay abierto por secuestro, pero por el 003 que recoge las ejecuciones extrajudiciales, los mal llamados falsos positivos, han presentado versión voluntaria más de 47 suboficiales y tenientes coroneles que tienen condenas ratificadas por este delito. Igual como pasó con las Farc, cuando generales retirados como Henry Torres Escalante, Rito Alejo del Rio o el mismo Mario Montoya, presenten la comparecencia será a puerta cerrada. Le puede interesar: Timochenko, la primera prueba de fuego de la verdad ante la JEP todas las versiones en la jep son cerradas Así las cosas, los magistrados apenas están recaudando toda la información posible al respecto. Están reconstruyendo el macro caso de secuestro con los insumos que no solo recogerán de los 31 exmiembros del Estado Mayor que se comenzaron a presentar el 14 de febrero, sino también con el material que recibieron de manos de la Fiscalía, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), las víctimas y diversas organizaciones que venían siguiendo el flagelo. Nada de lo que sucede dentro de la jurisdicción es producto del azar. Por eso son tan importantes las versiones que entregue cada uno de los excombatientes. Los primeros llamados a entregar versión voluntaria como Timochenko, Pablo Catatumbo, Romaña, Iván Márquez, El Paisa, etc, no lo hace por aparecer en la punta del triángulo jerárquico, sino porque contra ellos las autoridades ya tienen condenas claras que vienen de procesos en la justicia ordinaria. Son ellos los que figuran como los máximos determinadores y señalados como responsables. Pero ese no es el único marco legal que el nuevo tribunal tiene en cuenta. Los criterios para fijar la reserva vienen desde la ley de Procedimiento de la JEP que fue sancionada en julio del año pasado. "La aceptación de la autoría o participación por parte del compareciente en la versión, tendrá el valor de confesión. Esta versión tiene como propósito el acopio de información para contribuir a la búsqueda de la verdad. Las versiones voluntarias tienen datos sujetos a reserva, de investigaciones en etapa reservada, de nombres de víctimas, de datos sensibles según la Ley de Habeas Data y de terceros que no son comparecientes de la JEP y se puede afectar su buen nombre". Vea también: JEP desmiente al uribismo y reitera que no recibió las pruebas de EE.UU. contra Santrich El contenido que entreguen los exjefes guerrilleros será trasladada a las víctimas para que estas pueden presentar pruebas oportunamente o hagan observaciones sobre la declaración. Pese al hermetismo que rodeará la entrega de versiones voluntarias, habrá espacios para que los directamente afectados y el país pueda escucharlos. Eso, al menos, es lo que eventualmente va a ocurrir durante la audiencia pública de reconocimiento de verdad y responsabilidad. La Sala podrá decretar que este acto se lleve a cabo en presencia de las organizaciones de víctimas invitadas. Igual como páso el 14 de febrero, será voluntario, libre, completo, detallado y exhaustivo. Entonces, ¿en qué momento la sociedad podrá conocer qué fue lo que declararon los hombres y mujeres señalados de perpetrar los vejámenes ocurridos en la guerra? La JEP ha fijado distintos espacios como el reconocimiento de los comparecientes y los juicios. Pero los más importantes, son las audiencias públicas de reconocimiento que se llevarán a cabo más adelante en el proceso. Así las cosas, de lo que no cabe duda es que este jueves no será la única oportunidad que tendrá el país para escuchar lo que Timochenko tiene que decir. El problema es que no va a ser nada fácil para la Jurisdicción Especial de Paz sostener una postura tan reservada y poco mediática. Sin embargo, tiene a su favor la gran apuesta que está haciendo por evitar los testimonios aislados y, por el contrario construir un relato más solido y contrastado al que al final puedan tener acceso las víctimas. La verdad es la primera sacrificada en tiempos de guerra, pero ese no puede ser su destino cuando se habla de construir paz.