“Cruzada mundial por la vida”
Margarita Marino, miembro de la Comisión Brundtland.
“La humanidad tiene una tarea gigantesca, una cruzada mundial en defensa de la vida natural, para salvar las especies vegetales y animales amenazadas o en peligro de extinción, reconociendo que para impedir la desaparición de las riquezas naturales del planeta solo podrá hacerse con una cooperación internacional efectiva y en el espíritu de universalidad que inspira la convención de biodiversidad. La fundamentación de esa universalidad resulta equitativa siempre y cuando el conocimiento y los beneficios de esta defensa se conviertan en mejores sistemas de preservación y conservación, se reconozcan y compensen a los países que actualmente tienen desventajas económicas, de gobernanza y de capacidades científicas. En sociedades como la nuestra, los compromisos y convenios internacionales deben garantizar lo que entendemos como acuerdos de justicia ambiental. Las COP nos permiten profundizar el conocimiento, avanzar en las ciencias, entender cómo se transforman las instituciones, las nuevas propuestas jurídicas, los procesos educativos y modelos de cooperación para hacer frente a los desafíos del presente”.
“Hay que poner el foco en la biodiversidad acuática”
Carlos Lasso, doctor en ciencias biológicas, investigador del Humboldt.
“La COP16 debería poner el foco sobre la biodiversidad del agua dulce. Nadie sabe que Colombia es el segundo país en el mundo que tiene la mayor diversidad de cangrejos. Casi que cada quebrada de los Andes tiene una especie endémica. También tenemos la mayor riqueza de peces por área en estos ecosistemas, más que en Brasil. Eso es algo fundamental: posicionar la importancia de los recursos hidrobiológicos y de la pesca para la vida de los campesinos, las comunidades indígenas y los pescadores. La cuenca del río Magdalena es enormemente rica en biodiversidad, y tiene la mayor cantidad de especies endémicas, pero es la que tenemos más amenazada, más afectada. Hay muchos problemas ambientales que Colombia tiene que revisar en profundidad, desde lo microscópico de la biodiversidad acuática hasta lo macroscópico como el hipopótamo de la cuenca del Magdalena”.
“El mundo debe proteger las sabanas”
Claudia Vásquez, directora de The Nature Conservancy
“Durante millones de años, la riqueza del agua ha moldeado a la Orinoquía hasta convertirla en 156 ecosistemas distintos que albergan 32,47 por ciento de las reservas hídricas de la nación y 48 por ciento de los humedales naturales de Colombia. Conjugación de piedemonte, altillanura y sabanas inundables que, además, conectan los Andes con la Amazonía para permitir el intercambio único de biodiversidad que nos mantiene vivos. Esta riqueza natural y cultural desconocida es el ecosistema más intervenido del país en los últimos diez años. Sin embargo, con un adecuado manejo, podemos incidir en su conservación a través de la ganadería sostenible. Algo que nos lo demuestra el papel que jugaron en las sabanas los grandes herbívoros hace millones de años con su pastoreo. Debemos voltear nuestra su mirada hacia estos ecosistemas que juegan un importantísimo papel como sumideros de carbono, reguladores del ciclo hídrico y refugio de aves migratorias. Durante la COP16 estaremos contando al mundo la importancia de las sabanas”.
“Proteger las ciudades biodiversas”
Fernando Páez, director de World Resources Institute.
“Es vital reconocer el papel central de las ciudades biodiversas y resilientes en la lucha contra el cambio climático y la protección de los ecosistemas. Las áreas urbanas concentran más de la mitad de la población mundial y generan una proporción significativa de gases de efecto invernadero. Conservar y restaurar la biodiversidad en las ciudades fortalece la resiliencia de las comunidades frente a desastres naturales y mejora la calidad de vida. Algunas ciudades han innovado en la creación de espacios públicos con beneficios ambientales, como el proyecto Parques del Río en Medellín, la recuperación de la ciénaga de Mallorquín en Barranquilla o el Parque La Mexicana en Ciudad de México. En la COP16, los gobiernos de las ciudades tendrán una oportunidad única para impulsar políticas y compromisos ambiciosos que prioricen la biodiversidad como un eje estratégico en la planificación urbana”.
“Sin los ríos se acaba todo”
Deyanira Peña, líder del Consejo Comunitario de la cuenca del Río Cauca.
“La COP debe poner los ojos en Colombia porque vamos a buscar cómo mitigar, preservar y conservar todos los elementos que nos hacen un país diverso. No se puede olvidar que hoy hay muchas especies que han desaparecido y hay que recuperarlas. La COP se basa en la protección, más que en un negocio, debe ser el cuidado de esa biodiversidad que tiene este suroccidente colombiano y, por supuesto, el papel que desempeñamos las mujeres negras en su salvaguarda. Me menciono como mujer porque las mujeres venimos haciendo un ejercicio muy valedero para defender esta biodiversidad y protegerla. Las comunidades negras salvaguardamos la biodiversidad y también la sabiduría ancestral. El río para nosotros tiene muchas connotaciones. Es nuestra vida, nuestra conexión espiritual, nuestro nexo sanguíneo con el agua, nuestro modo de producción. El río es la vida misma y sin ese río se acaba todo”.
“El tráfico ilegal de la biodiversidad es preocupante”
Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible.
“La COP16 pone el foco del planeta en Colombia. En este país y en este continente se está jugando gran parte de la mayor biodiversidad del planeta. Que la COP sea en Colombia, significa que se van a mover recursos y que habrá más involucramiento del sector privado, de los líderes políticos y de la sociedad en el compromiso de proteger la vida en todas sus formas. Desafortunadamente, vivimos un proceso de crisis por la pérdida de biodiversidad. Esto puede generar consecuencias desastrosas relacionadas con una futura pandemia de origen animal o con la crisis de la sostenibilidad alimentaria. La pérdida de biodiversidad afecta la gobernabilidad, la democracia regional, y está íntimamente ligada a la minería ilegal, el narcotráfico, la apropiación de tierras y bosques públicos, en inclusive la trata de personas”.
“Debemos unir fuerzas”
Lina Valencia, gerente para la región Andina de Re:Wild, fundada por Leonardo Di Caprio.
“Colombia, como el segundo país más megadiverso del mundo y sede de la COP16, se encuentra ante una oportunidad única para demostrar su compromiso con acciones concretas que frenen la pérdida de biodiversidad y prevengan un punto de no retorno. Conservar nuestra rica biodiversidad es esencial para estabilizar el clima y mejorar el bienestar humano. Bajo el marco del Convenio Mundial sobre la Biodiversidad, los países se han comprometido a proteger al menos el 30 por ciento del planeta para 2030. Es vital que Colombia priorice la lucha contra la expansión agrícola y ganadera, y asegure una gestión efectiva de sus ecosistemas. Debemos unir fuerzas con gobiernos, comunidades, sociedad civil y sector privado. Es hora de actuar con determinación y en colaboración”.