Este domingo, Colombia amaneció con una devastadora noticia: Julián Esteban Gómez, el niño que le dio la vuelta a todo el país por su emoción con el triunfo del ciclista colombiano Egan Bernal al coronarse campeón en el Tour de Francia en 2019, falleció tras haber sido arrollado por un camión.
Los sueños de Julián se apagaron a sus 13 años. Salió temprano este domingo a entrenar por las vías de Cundinamarca con su abuelo, se preparaba para una competencia el otro fin de semana.
SEMANA habló con Fabio Rodríguez, quien fue el primer entrenador de Egan Bernal y actualmente se desempeñaba como entrenador de Julián Esteban, sobre lo sucedido y recordó al pequeño como un niño muy extrovertido que soñaba con llegar a las grandes ligas del ciclismo.
“Es muy triste, muy duro. No lo he podido digerir. Se van los sueños de un niño, se van los sueños de un entrenador también, se van los sueños de los papás, de los abuelos, se van los sueños de una ciudad, se van con él. No sé qué más decir”, relató el entrenador.
Fue trágica la muerte del joven ciclista, Fabio Rodríguez no estaba en ese momento con él, pero narró el triste suceso: “Él salió con el abuelo y el tío a montar bici hoy, a hacer su entrenamiento diario y salieron de Zipaquirá hacia Cajicá. En el trayecto una tractomula parece ser que le pitó muy fuerte, muy encima y él se asustó. La mula lo arrolló y lo despedazó”.
“El abuelo estaba totalmente ido, destrozado. Decía que por qué no había sido él en lugar del niño y aquí estamos acompañándolo en la casa de él”, dijo Fabio Rodríguez sobre el abuelo de Julián, Guillermo Torres.
Agregó que toda la comunidad está conmocionada con lo sucedido. “El señor alcalde Wilson García ha estado muy pendiente, el coordinador de escuelas, el director de deportes, toda la familia del Instituto de Deportes de Zipaquirá está muy pendiente, algunos padres de familia están muy pendientes y los niños están en shock, los compañeros de él están en shock. En la escuela siempre hemos sido una familia y nos duele que le pase a uno o al otro o a cualquiera nos va a doler muchísimo.
El menor deja un legado para su familia y sus compañeros de la escuela donde asistía tres veces a la semana. Rodríguez aseguró que a Julián se le recordará por “las ganas que le metía a todo. El soñar también, porque soñaba con ser un gran ciclista, nos marca en muchas cosas: en su modo de ser, en su modo de ver la vida. Lo mejor que podemos hacer es seguir llevándolo siempre en el corazón, recordándolo por las cosas buenas que dejó como alumno de la escuela”, dijo.
“Nos toca seguir y tengo que ser fuerte con mis otros alumnos, no puedo desfallecer, no puedo mostrarles miedo, toca invitarlos a seguir entrenando, tenemos que seguir. Ya vamos a tener un angelito allá que nos va a cuidar”, agregó el entrenador.