La tragedia de Armero es considerado uno de los mayores desastres naturales en la historia de Colombia. Hace 39 años, el 13 de noviembre de 1985, la erupción del volcán nevado del Ruiz provocó una avalancha de lodo, piedras y escombros que destruyó casi por completo la población ubicada en el departamento del Tolima.
La erupción derritió una gran cantidad de nieve y hielo en la cima del volcán, generando flujos de lodo que descendieron rápidamente y cubrieron el pueblo en cuestión de minutos. El desastre causó la muerte de más de 23.000 personas y dejó cientos de heridos, desplazados y desaparecidos.
Francisco González, director de la fundación Armando Armero, lleva varios años trabajando por recuperar la memoria histórica de la tragedia y ha centrado su interés especialmente en los niños que muchas familias llevan buscando desde hace décadas.
González señaló que su fundación ha documentado la existencia de 565 menores desaparecidos de cerca de 350 familias. Entre las razones de la pérdida de estos menores, señala que en ese momento no había protocolos para tragedias de este tipo y hubo una mala gestión del gobierno de la época.
“Hay muchas causas. Ante la inexistencia de un protocolo en aquella época de rescate, denuncia y entrega de menores de origen natural, estos niños fueron repartidos a muchos lugares del país, a muchos lugares del exterior y simplemente no constataron que tenían familia. Ahí estamos hablando de una mala praxis de parte del gobierno de esa época. Y así como hay gente de buena fe, también hubo gente de mala fe que entregó estos niños a cualquier persona”, manifestó a SEMANA.
En los años de trabajo de la fundación, el director de Armando Armero manifestó que han podido identificar alrededor de 100 casos de menores que habrían sobrevivido a la tragedia.
“Hemos logrado determinar más de 100 casos emblemáticos. Casos que hemos demostrado de menores que han salido vivos, por medio de imágenes de televisión. Y también tuvimos cinco reencuentros”, expresó, al tiempo que señaló que se requiere mayor investigación para lograr que más familias puedan reencontrarse.
“Hay muchas dudas. Falta mucho por investigar. La idea es lograr más reencuentros”, sostuvo.
En ese sentido, González destacó que recientemente su fundación ha tenido acercamientos con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para poder avanzar en las investigaciones y lograr más reencuentros.
“Por primera vez un gobierno voltea la mirada hacia esa problemática de los niños perdidos de Armero. Durante muchos años y gobiernos, a las directoras del ICBF no les interesaba esta investigación (...). Ojalá podamos trabajar con esta institución. Esto es una ardua labor, pero hay una luz”, subrayó.
El significado de la tragedia de Armero
Para González, una tragedia como la de Armero no puede volver ocurrir en el país. “Esto no puede volver a pasar. Esta tragedia significó que somos unos organismos vivos y que ante la naturaleza estamos indefensos. Y, por ello, hay labores de mitigación (…) Esto nos dejó muchas enseñanzas en cuestión del riesgo. Ahí nace la gestión del riesgo en Colombia”, dijo.
Y agregó: “Esta era una tragedia que ya estaba anunciada. Incluso en el Congreso de la República, con ponencia de Hernando Arango y Guillermo Alfonso Jaramillo, se anunció que esto iba a pasar, pero el ministro de la época calificó la versión de apocalíptica y no se evacuó la población”.