En la madrugada de este martes, 8 de octubre, se encontraron sin vida los cuerpos de dos adultos y un niño en las aguas del río Casanare, después de haber permanecido desaparecidos durante cerca de 38 horas tras un naufragio.
Este trágico incidente ocurrió el pasado domingo, 6 de octubre, alrededor de las 4:30 de la tarde, en el sector La Cruces, en la vereda Santa María, en Hato Corozal. La embarcación en la que viajaban, junto a otros 12 ocupantes, zozobró mientras regresaban de realizar sus compras dominicales en Puerto Rondón, en el departamento de Arauca.
A raíz del accidente, dos adultos y un niño fueron arrastrados por las fuertes corrientes del río, mientras que los demás pasajeros lograron llegar a la orilla de forma segura. Las autoridades locales, junto con los organismos de socorro, fueron alertadas de inmediato y comenzaron la búsqueda de los desaparecidos.
Sin embargo, fue hasta en la madrugada de este martes cuando los cuerpos de las víctimas fueron recuperados, según informó el comandante del Cuerpo de Bomberos de Hato Corozal, Obder Gutiérrez.
De acuerdo con el reporte, el primer cuerpo fue encontrado a las 5:40 de la mañana, seguido de otro a las 6:30, y el tercero diez minutos después, todos localizados a un kilómetro río abajo del lugar del naufragio.
Por su parte, Gutiérrez explicó que, tras un ahogamiento, los cuerpos tienden a hundirse, lo que dificulta su localización. Sin embargo, después de 24 horas, comienzan a flotar, lo que facilitó el hallazgo en esta ocasión.
Según las autoridades, dos de las víctimas fatales son identificadas como Luis Camejo y Erinson Tabaco. Los tres cuerpos fueron trasladados al municipio de Paz de Ariporo para su identificación formal y posterior entrega a sus familias.
Ante esta situación, las autoridades dieron inicio a una exhaustiva investigación para esclarecer las causas del naufragio y analizar las condiciones de seguridad de la embarcación.
De manera preliminar, se indicó que, aparentemente, la embarcación operaba con un exceso de pasajeros y carga, lo que podría haber contribuido significativamente al trágico desenlace. Sin embargo, serán las autoridades pertinentes que evalúen esta posible hipótesis.
Lo cierto es que esta situación pone de relieve la importancia de garantizar la seguridad en las embarcaciones que operan en ríos caudalosos, para evitar que incidentes como este se repitan en el futuro.