Mientras los voluntarios de la Defensa Civil, que han llegado a Mocoa desde todos los rincones del país, se alistaban para una nueva jornada de rescate, Juan Carlos Cometa, director del cuerpo de voluntarios del Putumayo recibió una llamada telefónica.Al otro lado de la línea, una mujer, Carolina Cárdenas, le confirmó que el cuerpo de su esposo, Jesús Diago, había sido encontrado y reconocido en la morgue principal.Consulte: “Esta noche todos los cuerpos estarán en manos de sus familiares”: Santos sobre MocoaEn ese momento, en el aula central del colegio Pío XII, los corazones de las decenas de hombres y mujeres vestidos con el overol naranja se arrugaron, y un nudo se les atascó en las gargantas, para no dejar salir una sola palabra. Uno de sus compañeros había perdido la vida. No hubo tiempo para lamentarlo. La vida sigue y salieron en pequeños grupos a desplegarse por la zona de desastre, en busca de más cuerpos, pues en el cuarto día después de la avalancha, las esperanzas de encontrar sobrevivientes debajo de los escombros son escasas.Jesús tenía 33 años y desde hace dos  se había sumado al cuerpo de voluntarios de la Defensa Civil en Mocoa. Juan Carlos, el jefe, lo recuerda como un ser humano extraordinario, abnegado, que un día llegó a inscribirse como si se tratara de un niño que se matricula en una escuela de fútbol, o en clases de música. Padre de dos niños, Samuel Alejandro Noguera Cárdenas, de 7 años, hijo de su esposa, e Ivanna Diago Cárdenas, de apenas tres meses de nacida. Vivían en el barrio La Esmeralda, cerca de la cárcel, otra de las zonas arrasadas por la furia del río Mocoa.Le sugerimos: "La noche de la avalancha tuve una pesadilla en el hospital de Mocoa"El viernes en la noche, según el relato de Juan Carlos Cometa, Jesús se valió de su experiencia como socorrista para poner en buen recaudo a su familia, y también a salvar la vida de los vecinos o de cualquier persona que pidiera auxilio.Puede leer: La horrible noche no cesa en MocoaEl jefe de la Defensa Civil dice que según los relatos de los vecinos del sector logró sacar a varias mujeres arrastradas por el agua y el lodo. Pero al tratar de asegurar entre su cuerpo a un niño, Jesús no pudo con la fuerza de la corriente. El Mocoa se lo llevó.“Esta noticia nos duele, de verdad que nos parte el corazón”, dice Juan Carlos. “Pero Jesús, hasta en la muerte, demostró su calidad humana”. Lo dice porque según las fotos del operativo del Ejército, el cuerpo lo hallaron con el niño que quiso salvar entre sus brazos. Y así mismo fue identificado en la morgue.Le puede interesar: La muerte y la incertidumbre no dan tregua en MocoaPese a ello, los hombres y mujeres de los organismos de socorro y rescate, desplegados por todo Mocoa, parecen tener el alma y el corazón de hielo. Pero no. “Pareciera, pero la procesión va por dentro”, dice Cometa. Para la muestra, los miembros de la Defensa Civil de Mocoa no se han quitado el overol desde la noche de la tragedia, y así han ido a reconocer a sus familiares y vecinos, y a pesar del duelo no han renunciado. Siguen arriesgando la vida para salvar las de los demás. Los operativos de socorro y rescate continúan.*Enviado especial de Semana.comSi usted quiere auxiliar con dinero a los afectados de esta tragedia, puede consignar a través de esta cuenta de ahorros habilitada por la Presidencia de la República: Banco Davivienda, N° 021666888.