Íngrid Betancourt es una de las pocas mujeres que aspira por la Presidencia de Colombia este año, como candidata por el renacido partido Verde Oxígeno, misma colectividad que avaló su también candidatura presidencial para las elecciones de 2002, año en que la exguerrilla de las Farc la secuestró en el departamento de Caquetá.

Aunque esta escena, que tuvo que vivir por un poco más de seis años, fue sin duda alguna la experiencia más traumática de Betancourt, lo cierto es que después de casi 14 años de su liberación ella está dispuesta a hacer un nuevo proceso de catarsis regresando al mismo sitio en el que hace dos décadas fue plagiada por el grupo insurgente que era liderado en ese entonces por Tirofijo.

La mismísima Betancourt fue la encargada de anunciar esta noticia, asegurando que “después de 20 años voy a volver al sitio en el que me secuestraron”, con el único objetivo de reencontrarse con su pasado, verlo a la cara y poder dejarlo atrás.

Asimismo, la líder de Verde Oxígeno mencionó que estará visitando Florencia, capital departamental, así como otras zonas del Caquetá que le traen recuerdos no tan gratos del inicio de su cautiverio.

“Quiero hacer este recorrido palmo a palmo, revisitar cada momento de este periplo”, indicó Betancourt por medio de un video.

Por otra parte, mencionó que, durante su recorrido por Caquetá, y los sitios que le recuerdan sus experiencias como secuestrada de las Farc, lo más posible es que ofrezca nueva información sobre su cautiverio “que hasta ahora no ha sido revelada”.

Cabe recordar que Betancourt fue liberada el 2 de julio de 2008, por medio de la llamada Operación Jaque que realizó el Ejército Nacional, que por ese entonces estaba dirigido por el presidente Álvaro Uribe y su ministro de Defensa, y reemplazo en el poder, Juan Manuel Santos.

“Las mujeres se hacen violar”: Íngrid Betancourt

La campaña presidencial de Íngrid Betancourt ha estado inundada de varios choques, como el que protagonizó con su excompañero de coalición en Centro Esperanza, Alejandro Gaviria (mismo que la hizo salir de la colectividad); así como sus salidas en falso durante los debates presidenciales.

Ejemplo de un infortunado y bochornoso momento protagonizado por la exsenadora, fue el que tuvo el pasado 15 de febrero, durante un debate presidencial en la Universidad Sergio Arboleda, en Bogotá, en el que también participaron Óscar Iván Zuluaga, David Barguil, Camilo Romero, Jorge Enrique Robledo y Enrique Gómez.

En respuesta a una pregunta formulada por un grupo de estudiantes de la Escuela de Políticas y Relaciones Internacionales de dicha institución, que cuestionaba las medidas que tomarían los candidatos para garantizar la protección y seguridad a las mujeres frente al delito de abuso sexual en el país, Betancourt lanzó una frase que no caló muy bien entre el público presente en el auditorio, así como entre los colombianos que vieron el video en redes sociales.

“Muchas veces nos damos cuenta, sobre todo en los barrios más populares, que las mujeres que se hacen violar, se hacen violar por gente muy cercana a la familia o se hacen seguir por delincuentes que siguen su ruta, saben por dónde van a pasar y son depredadores que las están persiguiendo y ella están totalmente desprotegidas”, dijo.

Por supuesto, la frase “las mujeres se hacen violar” generó toda clase de reacciones, incluso entre sus compañeros de debate, quienes le recriminaron que sus palabras revictimizan a las mujeres que han sido víctimas de este delito.

“No, Íngrid Betancourt, las mujeres NO se hacen violar. Las mujeres son víctimas permanentes de todas las violencias en Colombia”, escribió el precandidato del Pactó Histórico, Camilo Romero, en Twitter.

Por su parte, la candidata pidió excusas por lo sucedido y aseguró que, aunque sus declaraciones se hayan escuchado horrible, esa no era la connotación que ella quería dar a estas.

“Primero, excusarme porque efectivamente sentí que había una incomodidad en la sala y no entendí qué era lo que estaba pasando (…). Fue una embarrada muy grande. Me fijaré mucho en cómo hablo. Tengo dos idiomas en la cabeza (español y francés) y presentó un cortocircuito. Quería decir que las mujeres que viven en situación de pobreza son las primeras víctimas de las agresiones sexuales”, fue la defensa de Betancourt.