Álvaro Leyva, canciller de Colombia, fue extorsionado por delincuentes que le prometieron documentos e información clave sobre Thomas Greg and Sons, empresa que participó en la licitación de pasaportes que se declaró desierta el año pasado.
En su momento, SEMANA conoció y reveló los chats que muestran la operación delincuencial para sacarle millones de pesos al funcionario del Gobierno nacional.
Tras las explosivas revelaciones hechas por esta revista, la Contraloría General de la República avocó conocimiento con el fin de determinar si existió destinación de recursos públicos en estos supuestos hechos.
“La Dirección de Análisis, Información y Reacción Inmediata (DIARI), a través de su Unidad de Reacción Inmediata, asumió el conocimiento preliminar de la investigación para determinar si se presentaron los presuntos hechos y desplegó sus facultades de policía judicial para realizar las averiguaciones y entrevistas pertinentes. Un grupo de profesionales expertos de la DIARI realizó hoy una diligencia de inspección en las instalaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores, con el fin de recabar y/o ampliar la información contenida en las denuncias anónimas publicadas en diversos medios de comunicación referentes a una presunta extorsión, en el marco de la licitación de pasaportes”, detalló la Contraloría en un comunicado.
Con las acciones realizadas en la jornada de este jueves 22 de febrero, el ente de control “busca así el aseguramiento probatorio con el que pueda actuar en derecho el órgano de control, ya que se menciona el posible uso de dineros públicos con cargo a ‘gastos reservados’ y, en caso de ser así, si esto se hizo de acuerdo con lo establecido en la ley”.
Los chats que prueban cómo fue la operación delincuencial para extorsionar al canciller Álvaro Leyva
En enero de este año, el canciller recibió un chat en su teléfono de un número de Estados Unidos. El hombre se identificó a sí mismo como Edwar Soto. Desde un principio, Leyva puso la interacción en conocimiento de la Fiscalía y el Gobierno nacional.
“Buenos días, Sr. canciller. Distinguido Dr. Leyva. Mi nombre es Edwar Soto. Hasta hace 15 días trabajé con el Sr. Camilo Bautista por más de 17 años”, dijo el hombre, asegurando que trabajó con uno de los dueños de Thomas Greg and Sons.
Minutos después, la persona envió otro mensaje: “Me han suministrado su teléfono directo para informarle que tengo una importante información relacionada con mi exjefe Sr. Camilo Bautista de Tomas, que muy seguramente le va a interesar. Quedo atento de Ud. para seguir”.
Después de los primeros mensajes, Leyva conversó con el sujeto por aproximadamente un mes, a través de la aplicación Signal. El hombre le pidió una millonaria suma a cambio de la información sobre Thomas Greg and Sons.
“Por eso le estoy ofreciendo la información directamente a usted, porque sé que le va a servir no solamente a usted, sino a mucha gente, pero lo que mí me sirve en estos momentos es una compensación económica”, dijo en los chats que conoció SEMANA.
El canciller respondió tajante: “Nunca he dado dinero por información. Distinto es no poder compensar. He llegado a donde estoy sin dinero de por medio”.
Quien se identificó como Edwar Soto insistió, con el fin de que el canciller accediera a enviar dinero por la información.
“Bueno, doctor, la verdad (...) Usted, y yo privadamente, nadie tendría por qué saber de esta comunicación. Y tenga en cuenta que al entregarle el dispositivo completamente es mucha la información que va a encontrar ahí, no solo los chats. Como le dije, hay mucha información de contratos, licitaciones y cosas que se manejan en la empresa muy privadamente”, escribió.
El sujeto le prometió la información ese mismo día al canciller, pero le dijo que iba a ser a cambio de “30 de los grandes”.
“El dispositivo completo se lo estoy haciendo llegar por un valor de 30 de los grandes. No solo va a encontrar la información correspondiente a los chats y las personas con los que ha hablado mi exjefe, sino también interesantes documentos de contratación, licitaciones y otras cosas de la empresa que muy seguramente le interesará conocer a usted y que a ellos en absoluto les convendría que salga la luz pública. Quise en un primer momento ofrecérselo al mismo Camilo (Bautista), pero, por evitarme un problema de que después me denunciara por extorsión, he decidido acudir a usted, así que ya me dirá si le interesa o dejar pasar la oportunidad”, expresó en un mensaje.
“30 de los grandes es…”, respondió el canciller, no sabiendo a qué se refería. En ese momento, a eso de las 9 de la mañana, Leyva llama a la persona, pero esta no atendió.
El delincuente aclaró la duda por chat: “De nuestros pesos. No puedo hablar ahora, por eso no le contesto Sr.”.
“Quedo pendiente”, fue la respuesta del canciller, quien en el momento se encuentra suspendido por la Procuraduría.
Mientras el sujeto le insistió en varias ocasiones y dijo tener lista una cuenta bancaria, Leyva preguntó detalles sobre el dinero que le exigía su interlocutor: “¿Lo de los 30, cómo es? A lo mejor sueno ingenuo”.
El sujeto contestó siendo más claro sobre los recursos que pidió para soltar la supuesta información sobre Thomas Greg and Sons.
“Dr., son 30.000.000 de nuestros pesos colombianos, no dólares, jaja. Y ya tengo lista la cuenta para proceder de una. Espero que ahora no me vaya a decir que es mucho, porque, la verdad, eso es nada comparado con lo que le puede representar en cuanto a réditos políticos”, expuso.
Leyva, que informó a las autoridades, le siguió el juego: “Yo no tengo plata en contra de lo que se cree. Usted verá si ayuda. Después hablaríamos”.
La persona que quería estafar y extorsionar al canciller siguió insistiendo, esta vez con la posibilidad de una negociación.
“Hágame una oferta, entonces. Pero eso es lo que le estoy comentando, de todas formas. Pues es usted libre de dejar pasar o no la oportunidad. Simplemente, le hago un ofrecimiento, ya ud. me dirá. Hágame una oferta, Sr., pero lo que sí le digo es que gratis no puedo dejar la información. Yo estoy acá en Nueva York, prácticamente exiliado. Tuve problemas con mi exjefe y necesito sobrevivir, acá la vida es muy cara. Esa es una ayuda invaluable para usted que llega en estos momentos como una puerta que se abre del cielo, pero la verdad es que gratis no lo puedo dar, Dr. Yo estoy acá pasando necesidades, así que hágame una oferta y cerramos el negocio, y hoy mismo tiene eso en sus manos, se lo garantizo”, dijo.
El ministro de Relaciones Exteriores paró en seco: “Me tocaría dar mi lucha sin su ayuda”.
Pero su interlocutor no se daba por vencido. “Mmm. Bueno Dr. Y tenga en cuenta que al entregarle el dispositivo completamente es mucha la información que va a encontrar ahí. No solo los chats, como le dije, hay mucha información de contratos, licitaciones y cosas que se manejan en la empresa muy privadamente”.
Sin embargo, allí Leyva trató de que quien le escribía no se desapareciera y le dijo: “Es importante para mí. Consigo algo. Le propongo esta tarde. Espero esté de acuerdo. Todo confidencial”.
El sujeto, emocionado, accedió a la propuesta: “Totalmente de acuerdo, Sr. canciller. Mi palabra es oro. Y la tiene totalmente. Es una comunicación privada entre ud. y yo. Nada de esto se tendrá que filtrar. Quedo muy atento a su oferta. Y créame que esto es como si fuera así, un milagro”.
Luego de varios días de conversación, se concretó el pago de los 30 millones de pesos, provenientes de gastos reservados del Estado. La consignación se hizo en una sede de Bancolombia ubicada en el norte de Bogotá.