Las revelaciones de SEMANA sobre excesos, lujos y hasta presentaciones en vivo en el pabellón de extraditables de la cárcel La Picota en Bogotá, motivaron que la dirección del Inpec ordenara el traslado de 54 detenidos que estarían involucrados en hechos de corrupción y desobediencia en esta cárcel.

Los trasladados incluyen a los conocidos como los “plumas” al interior de la cárcel y aparentemente eran los encargados de gestionar la entrada de licor y alimentos no permitidos para amenizar las parrandas que se armaban al interior de algunos pabellones de la cárcel, en teoría de las más custodiadas del país.

La dirección del INPEC y de la Picota, ordenaron una investigación interna que no sólo incluyó a los funcionarios presuntamente comprometidos en hechos de corrupción, sino a los internos que completaron los hechos irregulares y que ahora fueron trasladados.

Por seguridad el Inpec se reserva el destino de esos traslados, pero lo que advierten es que tendrán restricciones dada la complejidad de los propios detenidos y con el ánimo de garantizar el buen comportamiento al lugar que lleguen.

El operativo arrancó en la madrugada de este jueves, a cargo del Grupo de Operaciones Especiales que se encargó de llevar los detenidos, que estaban en el listado de traslados, a un patio específico y de ahí a los vehículos que los desplazarían a los nuevos sitios de reclusión. Se trató de una compleja movilización teniendo en cuenta el grado de importancia que tenían los privados de la libertad en las organizaciones criminales donde delinquía.

La parranda

SEMANA reveló como en el pabellón de extraditables se organizó una parranda con licor, juegos de mesa, celulares y hasta presentaciones en vivo. La evidencia quedó en varios videos que incluso obligaron a la dirección del Inpec a retirar del cargo a quien tenía la responsabilidad de la custodia y control de la cárcel La Picota.

Los videos son dicientes: mesas repletas de latas de cerveza importada, whisky servido en vasos plásticos, acordeones, cantantes. Algunos, con algo de prudencia, ponían las botellas de whisky en el piso tratando de disimular lo evidente. En La Picota había prácticamente un bazar que se convirtió en bacanal con la caída de la noche.

La investigación de la Procuraduría

Por este hecho la Procuraduría abrió una investigación y logró determinar que esa parranda con los extraditables duró casi siete días en el interior del pabellón, sin que la guardia o la dirección de La Picota se percataran de lo que estaba ocurriendo. Los funcionarios que tenían bajo su cargo de evitar ese tipo de situaciones, quedaron involucrados en la investigación.

El procurador delegado de los Derechos Humanos, Javier Sarmiento, y quien fue designado como agente especial del caso reveló que la “fiesta” no arrancó el 24 de septiembre como inicialmente se pensaba”.

Pero no solo eso, dice Sarmiento, lo que hubo fue un desfile de por lo menos 30 artistas, de todos los géneros musicales, durante los siete días de rumba al interior del pabellón de los extraditables.

Según Sarmiento, la fiesta no solo fue en los patios 8 y 9 de los extraditables, sino en todo el establecimiento carcelario.

“Desde ayer iniciamos una investigación disciplinaria al interior de la Picota y estamos recolectando toda la información para proceder, evaluar y determinar qué decisiones vamos a tomar”, dijo Sarmiento.