Todo indica que Jesús Santrich, el exjefe guerrillero pedido en extradición por Estados Unidos, esperará el trámite de su envío desde un centro hospitalario. En la tarde de este jueves, luego de cumplir 18 días de una huelga de hambre, tuvo que ser trasladado desde la cárcel La Picota de Bogotá al hospital El Tunal, al sur de Bogotá. Según el último parte de Medicina Legal, Santrich padece de anorexia voluntaria, debilidad en su cuerpo y signos vitales normales. Permanece hidratado y tomando los medicamentos necesarios para sus problemas en los ojos y para controlar los ataques de epilepsia que padece. Sin embargo, una nueva revisión médica reportó complicaciones en su estado de salud, por lo que se hizo necesario el traslado. En imágenes difundidas a través de redes sociales se ve cómo Santrich sale caminando del puesto de control de La Picota y se sube en una ambulancia.
La huelga de hambre de Santrich comenzó horas después de que la Fiscalía ejecutó una orden de captura que tenía en su contra por narcotráfico. Su detención y la amenaza latente de una eventual extradición dejaron a la luz los pulsos más intensos que marcan el funcionamiento del nuevo partido político de la Farc. La Defensoría del Pueblo y Medicina Legal realizan controles periodicos al estado de salud del exguerillero. "He recibido buen trato. Me han atendido de manera formal, respetuosa y amable. Esa característica en el trato se ha mantenido. El grupo de guardias cumple con traerme los alimentos, presentarmelos decirme de qué se trata pero voluntariamente yo he rechazado desayunos, almuerzos y cenas", señaló Santrich en un reciente audio divulgado por la Defensoría del Pueblo.Según reveló el senador Iván Cepeda, el exjefe guerrillero ha perdido cinco kilos y tiene hipoglicemia. Los detalles médicos los dio a conocer luego de asistir a una visita con el abogado Álvaro Leyva el pasado sábado. Constantemente sus abogados Gustavo Gallardo y Nadia Triviño llegan al Pabellón de Alta Seguridad (PAS) B, además de sus amigos más cercanos. El ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, había asegurado que a Santrich se le están garantizando todos sus derechos y, aunque el Estado debe respetar su decisión de no recibir alimentos, de ser necesario sería trasladado a un centro médico para que reciba atención especializada.