Una nueva masacre enluta a Colombia y despierta nuevamente la preocupación por la seguridad de los jóvenes colombianos.
La vida de los jóvenes en el país ha estado en riesgo desde hace muchos años; de acuerdo con las más recientes cifras de Medicina Legal, en promedio en el país son asesinados dos menores de edad entre los 0 y 17 años por día.
Entre 2018 y 2019, 883 menores entre los cero y los 10 años fueron asesinados en el país; sin embargo, en estos dos años Cali lideró la cantidad de menores de edad muertos ya que el 14 % de los casos se dieron en esta ciudad.
Si bien un gran porcentaje de los asesinatos de jóvenes en el país se dan en las zonas rurales, donde prevalece el conflicto armado, el narcotráfico, y guerras de pandillas, existen casos aislados donde jóvenes que no han tenido ningún contacto con estos hechos han sido víctimas de asesinatos.
Masacre en Cali
El 11 de agosto de 2020, cinco menores amigos y amantes del fútbol fueron asesinados en la zona periférica de la ciudad de Cali.
Los menores tenían edades entre los 14 y 15 años y eran conocidos en el barrio por su gusto por el deporte y las causas sociales. Sin embargo, ese día fueron víctimas de hombres armados que los asesinaron con tiros de gracia y heridas de arma blanca.
La conmoción se tomó las calles de este barrio, donde la mayoría de habitantes habían sido reubicados de zonas de violencia años antes.
Sin embargo, lo peor estaba por ocurrir y el día del sepelio de los jóvenes, desconocidos lanzaron un artefacto explosivo contra los asistentes al funeral. El hecho dejó una persona muerta y 14 heridos y abrió el debate sobre el control de las bandas delictivas que quieren ganarse el territorio del tráfico de drogas en esa zona de Cali.
Masacre en Samaniego
Con solo cuatro días de diferencia, el 15 de agosto de 2020, Colombia volvió a sacudirse con la masacre de ocho jóvenes en el municipio de Samaniego, en el departamento de Nariño.
El grupo de jóvenes se encontraba en una fiesta en una finca cuando hombres armados irrumpieron en el lugar disparando de forma indiscriminada contra los menores, la mayoría de ellos estudiantes, sin conocerse cuál fue la razón del crimen.
Uno de los jóvenes pudo contar la historia ya que se escondió bajo los cadáveres de sus amigos muertos y se hizo pasar por uno de ellos para evitar ser asesinado por estos hombres.
En ese momento, el presidente Iván Duque se refirió a la masacre de los jóvenes en su cuenta de Twitter y aseguró: “crímenes como el de Samaniego nos duelen y debemos ser claros: allí hay presencia de ELN y de grupos de microtráfico que enfrentamos con contundencia”. Además, se refirió a un Consejo de Seguridad que trabaja en la investigación de los hechos.
Masacre en Buga
Este domingo, solo cinco meses después, un nuevo hecho de asesinato múltiple de jóvenes en el país ocupa los principales titulares de los medios a nivel nacional e internacional.
En esta oportunidad, un grupo de jóvenes que se encontraban reunidos en una finca a las afueras de Buga fueron sorprendidos por jóvenes armados que preguntaron por el hijo del propietario del lugar. Luego, en hechos que son materia de investigación, se desató el fuego y cinco jóvenes que recién terminaron el bachillerato fueron asesinados y otros dos quedaron heridos.
Según la información con la que cuentan las autoridades, los jóvenes se encontraban en el jacuzzi de la finca cuando fueron sorprendidos por cuatro hombres armados que abrieron fuego contra ellos casi sin mediar palabra.
Como llegaron los delincuentes, así mismo se fueron, a pie, sin hacer ruido y seguros que la distancia de la finca al casco urbano del municipio sería cómplice de este desalmado crimen. Cuando algunos vecinos escucharon los disparos, llamaron a la Policía que 10 minutos después llegó y apenas lograron solicitar apoyo para trasladar a los heridos.
Entre las autoridades toma fuerza una hipótesis que esperan confirmar con la declaración del mayordomo de la finca, una persona mayor que por fortuna sobrevivió al ataque y que se encuentra bajo estrictas medidas de seguridad de la Policía y la Fiscalía.
Esa hipótesis apunta a que los delincuentes tenían como objetivo secuestrar a un joven que participaba de la celebración y hubo alguna reacción que detonó la arremetida criminal con el saldo que tristemente conoció el país en la mañana de este domingo, con cuatro jóvenes asesinados por grupos criminales y que empeoró en la tarde con la noticia de la muerte de uno más, el que estaba en condición más crítica.
Las tres masacres ponen en jaque la seguridad de los jóvenes en Colombia y abren el debate sobre la protección de los jóvenes en el país.
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