El Tribunal Superior de Bogotá, con ponencia de la magistrada Susana Quiroz le acaba de dar un viraje al delirante caso de Blair y Benji, una pareja de diminutos perros cuya historia llevó al estrado judicial al médico Carlos Alberto Mora, condenado por el delito de maltrato animal con sevicia. Mora fue condenado por maltrato animal agravado bajo dos circunstancias: por haber actuado con excesiva crueldad contra los animales al patearlos, y por haberlo hecho en presencia de menores de edad. Pero el médico, durante el juicio, siempre alegó que todo fue precisamente para proteger a sus hijos pues Blair y Benji se lanzaron a atacarlos. Además, a través de sus abogados, planteó que la jueza estaba parcializada y puso sobre la mesa una serie de publicaciones de la jueza en redes sociales que indicaban su inclinación animalista. Nada de eso le sirvió. Al contrario, la jueza ordenó investigar a la abogada de Mora y siguió adelante con el caso hasta juzgarlo y encontrarlo culpable. Al final, ya condenado, Mora interpuso apelación y ahora el Tribunal decretó la nulidad del polémico juicio. La magistrada Quiroz determinó que la jueza de primera instancia no ofreció imparcialidad. El reproche esencial es que la togada que condenó a Mora actuó más como fiscal que como jueza. El Tribunal señaló, por ejemplo, que la jueza se ocupó de adelantar los interrogatorios a testigos cuando esa debe ser una labor de la fiscalía y solo excepcional y brevemente puede ser asumida por el juez. El veredicto del tribunal cita apartes del interrogatorio hecho por la jueza al acusado y dice que “queda en evidencia que se extralimitó en su rol, al asumir un papel de inquisidora desdibujando los principio del sistema penal acusatorio”. También cuestiona que las pruebas principales de la defensa de Mora fueron rechazadas, y que cuando la esposa de este rindió testimonio la jueza la atacó con preguntas sugestivas. El veredicto del Tribunal Superior de Bogotá se dio luego de que SEMANA publicó, en dos entregas, un reportaje con los pormenores del delirante juicio penal que afrontó Mora a lo largo de tres años. Este jueves, cuando la magistrada concluyó la lectura de su decisión, la sorpresa era general en la sala de audiencia. La Fiscalía simplemente no daba crédito. Los abogados defensores de Mora rompieron en llanto, y la bancada de víctimas –es decir, los representantes de Blair y Benji–, rechazaron con vehemencia la decisión. “El tipo se queda tranquilo y el perrito se queda muerto”, dijo una asistente. Silvia Gómez de la Espriella, una de las propietarias de los perros implicados, concluyó: “El sistema penal es un fracaso y los que pagan son los indefensos. De verdad es increíble, indígnate y frustrante”. Los abogados de Mora, liderados por el penalista Fabio Humar, opinian exactamente lo contrario, que por fin se hizo justicia. Lea acá Primera Parte: El juicio contra el hombre que mató a un perro de una patada Lea acá Segunda Parte: El juicio contra el hombre que mató a un perro de una patada