SEMANA: ¿Cómo le ha ido en la lucha contra el cáncer?
Iván Cepeda (I. C.): Esta enfermedad puede tener recurrencias, como es mi caso. En esa circunstancia, con toda serenidad y disciplina, hay que dedicarse a superar el cáncer como lo hemos venido haciendo desde finales de 2017. Así que con plena confianza en el equipo médico que me ha atendido y que me ha ayudado en estas circunstancias, ahí vamos afrontando, yo diría que con éxito, esta situación.
SEMANA: En 2017 le diagnosticaron cáncer de colon e inició su tratamiento. ¿Ese procedimiento quirúrgico del 11 de enero es repercusión de ese mismo cáncer?
I. C.: Sí, es una situación en que se inscribe dentro de esa primera lesión. En estos casos se aplican unos protocolos muy claros. En mi primera fase, hubo un tratamiento de quimioterapia y también intervenciones quirúrgicas, y ahora se ha repetido ese mismo protocolo. Los resultados que se han podido conocer hasta este momento son alentadores.
SEMANA: ¿Esos protocolos son para acabar completamente el cáncer?
I. C.: En este caso diría que el cáncer ha dejado de ser una enfermedad fatal e incurable; si es detectada en cierto momento, se puede tratar o curar, pero también se puede convivir con ella. Es importante tener ese escenario y en esto hay que ir poco a poco; viendo, analizando, valorando, y sin perder en ningún momento el aplomo y la serenidad.
SEMANA: La parte psicológica debe representar un papel fundamental…
I. C.: Somos pocos los ciudadanos que tenemos la posibilidad de un tratamiento. Si uno tiene esa posibilidad, hay que aprovecharla, y en eso hay que ir sin vacilación, con toda la disciplina y rigurosidad. La enfermedad tiene momentos incómodos, difíciles, pero son perfectamente llevaderos y se pueden superar. Quiero decirles a las personas que han tenido que verse obligadas a padecer una recurrencia del cáncer que es una situación difícil, pero se puede vivir, a tal punto que ya estoy listo para salir a hacer campaña virtual y presencialmente.
SEMANA: ¿Le ocurrió eso? ¿Tuvo momentos en los que se dijo “estoy cansado”?
I. C.: Hay momentos en los que hay cansancio físico, dolor, incomodidades, en fin. Pero es muy importante no perder de vista el objetivo de la convicción y, sobre todo, estar muy bien acompañado de familiares y amigos, que siempre son la fuente de mucha fuerza. Y yo puedo decir que durante todos estos años nunca he sentido o he experimentado la sensación de que estoy derrotado, para nada, siempre he mantenido una muy firme y profunda convicción de que es posible seguir adelante.
SEMANA: ¿Qué pasó cuándo le dijeron que tenía cáncer?
I. C.: Es enfrentarse a algo totalmente desconocido, es una incertidumbre total, pero inmediatamente comencé a documentarme, a estudiar mucho y a encontrar esto que estoy diciendo, que hoy la ciencia ha hecho avances significativos; y he podido conocer a muchas personas que han padecido el cáncer, que lo han derrotado, que han continuado su vida de la manera más normal posible y que tienen una vida en medio de estas circunstancias.
SEMANA: ¿Las quimioterapias son fuertes?
I. C.: Sí, y exigen demasiado, pero prefiero concentrarme en la circunstancia de que, a pesar de eso, son eficaces. Hoy hay otros medicamentos distintos a los químicos que comienzan a tener efectos. Ahora, cada cáncer tiene un tratamiento diferente, pero hay una serie de nuevos horizontes en la investigación contra el cáncer que muestran que no es únicamente la quimioterapia, que es indispensable, por supuesto, porque no se puede pasar de ella o de la radioterapia. Es una combinación o la mezcla de métodos que tienen eficacia.
SEMANA: Usted siempre se ha visto bien en su semblante, en plenarias y temas judiciales…
I. C.: Sí, uno trata de poner la mejor cara, el mejor empeño, y creo que eso ayuda mucho. Ahora, cuando por segunda vez le diagnostican a uno la enfermedad, es un golpe, una noticia que lo impacta, pero es una oportunidad para volver sobre lo que ya se ha recorrido, y, si la primera vez era lo desconocido, en la segunda ya es lo conocido, y las experiencias positivas y lecciones aprendidas fueron de utilidad en este caso. No quiero anunciar ningún tipo de posición absolutamente optimista de manera ingenua porque soy plenamente consciente de mi situación, y es la de una persona que puede ejercer una vida normal y que tiene que lidiar con esta enfermedad.
SEMANA: Cuando le dan la noticia por segunda vez, ¿pensó que lo que se hizo no fue efectivo?
I. C.: Esa es una posibilidad, pero no creo que sea la más alentadora. Lo que uno no puede hacer es culparse o culpar a terceros, sino hacer todos los días el mejor esfuerzo, buscar corregir lo que no está bien hecho y hacer mejor lo que se hizo bien. Creo que ese es el camino más constructivo que yo, de una manera humilde, recomendaría a las personas que pasen por circunstancias similares a las que he vivido.
SEMANA: Dicen que el cáncer se activa por rabia u odio. Para nadie es un secreto su pelea judicial y personal con Álvaro Uribe. ¿Esto pudo haber hecho que el cáncer se activara?
I. C.: Puede haber una o múltiples causas, es parte de asuntos que precisamente están siendo investigados, no en mi caso particular, sino en general y, por supuesto, eso tiene un impacto; pero también hay un momento fortuito, hay una disposición genética que puede ocasionar a cualquier persona una situación como la que estoy viviendo. Más allá de eso, lo que yo diría es intentar que la enfermedad lo ayude a uno a vivir de una manera lo mejor posible con todo tipo de retos, no solamente el de la salud, sino también los que tiene uno que afrontar en otros terrenos. En mi caso, más que pensar por qué me ha dado el cáncer, es cómo el cáncer me ayuda a sobrellevar otro tipo de asuntos que tengo que afrontar en mi vida personal y política, que son también muy exigentes.
SEMANA: ¿Cuándo tuvo miedo en medio de todo este proceso?
I. C.: Miedo siempre tiene uno, pero también tiene momentos de concentración. Más allá del miedo, el ejercicio que yo he hecho es de afrontar paso a paso lo que hay que hacer, creo que eso ayuda mucho, no dejarse dominar por los temores, las especulaciones; y hay que concentrarse en el día a día y en cada cosa que hay que hacer de la mejor forma.
SEMANA: ¿Sintió miedo de morir?
I. C.: Tuve miedo de morir, es un estado anímico que acompaña al ser humano siempre y no creo que haya ningún ser humano que no se haya preguntado ni estremecido por esa posibilidad; pero, al mismo tiempo, es necesario pensar las cosas en su momento y saberlas pensar bien. Yo creo que lo esencial es saber que existe esa posibilidad. Crear las seguridades y certezas que lo elevan a uno por encima de la posibilidad de morir, en términos de saber quién es uno, de saber qué ha hecho en este tránsito por la vida, pero fundamentalmente de no perder mucho tiempo en ese razonamiento hasta que no llega el momento. Cada cosa tiene su tiempo en la vida, y creo que hay que concentrarse más en pensar y en hacer de manera más productiva cada momento de la vida que pensar en la muerte.
SEMANA: ¿Qué le gustaría hacer antes de morir?
I. C.: Ese problema no lo voy a pensar hasta que no se me plantee, pero, sobre todo, es haber hecho bien las cosas en la vida, es haber sido feliz, haber cumplido las cosas que han debido hacerse de manera consciente, ética; y, en ese sentido, tengo una inmensa paz interior, y en eso reside parte de la fortaleza que tengo frente a la vida y cualquier circunstancia.
SEMANA: ¿Cuál ha sido el papel de su esposa en la recuperación?
I. C.: Una compañera en todo momento, en toda circunstancia, en afrontar los momentos más difíciles y estar ahí, creo que eso es fundamental.
SEMANA: Y le debe aguantar a usted el mal genio, ¿no?
I. C.: Sí, aunque uno trata de minimizar al máximo ese tipo de situaciones y buscar que uno sea el principal destinatario de sus propias pequeñeces humanas a veces, porque, sí, es cierto, hay momentos de mayor tensión en que se tiende a perder la paciencia y eso creo que es fundamental evitarlo.
SEMANA: Además que los hombres somos más quejumbrosos en las enfermedades, ¿cierto que sí?
I. C.: Sí, realmente al enfrentarse al dolor físico he visto a muchas mujeres hacerlo de una manera mucho más tranquila y valiente que nosotros los hombres.
SEMANA: Alejandro Gaviria dijo que, si sobrevivió a un cáncer, iba a sobrevivir a una encuesta. ¿Ya usted puede decir lo mismo?
I. C.: He aprendido mucho de la experiencia de él, ha sido interesante conocer las experiencias de muchas otras personas de la vida pública. Hay mucho que aprender de distintas experiencias, distintas formas de abordar esta clase de circunstancias.
SEMANA: De todas maneras, le toca con calmita la campaña…
I. C.: No tanto, el terreno de la lucha política en el que se afrontan luchas judiciales me da mucho vigor realmente. Tengo malas noticias para mis malquerientes, en eso más bien lo que hago es fortalecerme.
SEMANA: Entonces, las luchas judiciales son motivación…
I. C.: No es la confrontación, sino el trabajo que uno hace con pasión y con gusto, y, pues, yo la vida política la llevo en la sangre en todas sus formas, en la forma de la búsqueda de consensos, pero también cuando es necesario el debate civilizado.
SEMANA: ¿Debe continuar con una dieta rigurosa por un tiempo más?
I. C.: Sí, es una alimentación controlada, pero también muy diversa. Poder dormir un tiempo necesario y hacer ejercicio físico son tres cosas fundamentales para un tratamiento.
SEMANA: Pero los políticos duermen poco…
I. C.: Hay una necesidad de mejorar ese aspecto y se trata de dormir y descansar lo necesario, es decir, emplear el tiempo del descanso lo mejor posible así no sea lo que se considera regularmente.
SEMANA: ¿Y en ejercicio físico qué empezó a hacer?
I. C.: Levantarse de la cama, ahí va el título de la película Durmiendo con el enemigo, el enemigo es la cama, porque una persona que está en esas circunstancias lo mejor es cuanto antes, con supervisión médica, pararse y comenzar en la medida de lo posible a realizar esas actividades, físicas y mentales.
SEMANA: ¿Qué les responde a quienes se burlaron y le han deseado mal por su enfermedad?
I. C.: Para mí ese tipo de asuntos son totalmente intrascendentes, yo lamento que haya esa clase de conducta, no habla bien de la propia sociedad colombiana. Lo que yo recomendaría es un tratamiento profesional y psicológico frente a esa clase de asuntos. En el debate político, máximo respeto y máxima consideración con las personas que tengo diferencias, pero dentro de los canales del respeto, y no caer en esa clase de circunstancias que me producen lástima.
SEMANA: Y ya viene la elección del Congreso el 13 de marzo y las presidenciales en mayo, entonces, hay un poco de tiempo más para su recuperación.
I. C.: Sí, recuperación mezclada con trabajo fuerte. Ya estamos diseñando toda clase de acciones en esa materia. Y aprovecho para enviarle un saludo gratificante al personal de salud que tiene que atender la pandemia. Invito a los dirigentes a que dejemos los reconocimientos formales y hagamos algo serio para reformar el sistema de salud en Colombia.