En el triángulo de Telembí, allá bien adentro en el pacífico nariñense, la pandemia de covid-19 acabó de desbordar la poca capacidad sanitaria de los municipios Barbacoas, Roberto Payán y Magüí Payán. En este último todo el personal de salud está contagiado. El virus alcanzó hasta al alcalde Alejandro Quiñónez, quien desde hace días no se ha podido levantar de la cama, según él mismo cuenta.

La situación en Magüí es lamentable. Este municipio de población afrodescendiente y un poco más de 19 mil habitantes (4.000 en la zona urbana) tiene 181 casos confirmados y dos fallecidos, niveles de pobreza extremos y un puesto de salud -ESE Saúl Quiñónez- sin funcionamiento, pues el único médico y las seis enfermeras también son portadores de la covid. De acuerdo con lo reportes oficiales, hay por lo menos nueve muertos. Uno de ellos, es la persona que estaba a cargo de manejar todos temas de víctimas del conflicto en la zona desde hace siete años.

"Estamos preocupados. Se habla de personas aisladas y otras que están recibiendo tratamiento médico, pero necesitamos que las autoridades hagan exámenes a gran escala. Desde hace más de un mes en el territorio se hablaba de quebrantahuesos porque algunas personas estaban presentando sintomas de fiebre y gripa, pero la gente estaba equivocada, era covid-19. El lío es que mucho empezaron a tratar el tema con remedios caseros, hiervas y últimamente vienen recurriendo a la betametazona, ibuprofeno y acetaminofén, pero sin mayor cuidado", cuenta un exfuncionario.

A la fecha no hay camas de Unidad de Cuidados Intensivos. Ni siquiera hay un hospital de primer nivel. La única salida es trasladar a los enfermos a Pasto y Tumaco; la primera opción es poco viable por el estado paupérrimo de la carretera, donde vehículos pueden quedar hasta cinco días atrapados por el barro; y la segunda, no es recomendable porque el tránsito sería marítimo por el gigantesco río Telembí para luego llegar al mar, ruta que regularmente demora hasta 15 horas. "Desde la ola invernal en 2014 se puso en marcha una inversión para mejorar el centro de salud pero el proyecto se estáncó. Hoy, en medio de la emergencia, lo único que uno puede decir es que la edificación se la está comiendo la malesa. El fondo de adaptación contrató a una empresa española. Desde entonces se han buscado salidas para darle continuidad a la obra pero eso no ha dado resultados a pesar que se habla de que los costos superan los 7.000 millones", agrega el hombre. A Maguí Payán la covid-19 lo tiene en una verdadera encrucijada. El mismo alcalde Quiñónez sabe que la situación es mucho más complicada de lo que revelan los números.