En la compleja trama del asesinato del presidente de Haití hay muchas piezas que no encajan. Pero quizás uno de los mayores misterios tiene que ver con lo que sucedió exactamente en las horas en que un grupo de supuestos mercenarios colombianos irrumpieron en la residencial del presidente Jovenel Moïse. La forma tan burda como se dio la operación es la que ha generado tantas dudas sobre si los exmilitares colombianos realmente sabían o no de la existencia de ese plan. Un elemento clave en poder de las autoridades promete ayudar a desenredar esa madeja.
Se trata de las cintas que grabaron esa noche desde las cámaras de seguridad lo que sucedió en la casa. Cuando las autoridades de Haití llegaron esa noche no encontraron nada del circuito de cámaras. Pero la periodista Salud Hernández-Mora, quien se encuentra en Puerto Príncipe, confirmó con las autoridades de ese país que ese material ya se encuentra en la investigación.
Lo primero que seguramente analizará la Policía haitiana es el papel que tuvo la guardia de seguridad presidencial esa noche. Nadie se explica cómo un grupo de mercenarios pudo entrar a la residencia presidencial, asesinar al primer mandatario con 12 tiros, saquear el lugar y dejar herida a su esposa, sin que nadie se haya dado cuenta ni haya sufrido un rasguño. El primer mandatario fue atacado a tiros en su cama cuando descansaba con su esposa Martine. Sus dos hijos alcanzaron a esconderse en un baño. Ella se recupera de heridas de gravedad en un hospital de Fort Lauderdale, mientras ellos están refugiados en un lugar seguro y desconocido para la opinión pública.
Hasta ahora, solo había registros de lo que encontraron los investigadores una vez entraron en la residencia. “Lo encontramos acostado boca arriba, pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre, boca abierta, ojo izquierdo perforado. Vimos un agujero de bala en la frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen”, relató el juez Carl Henry Destin.
En ese asunto el principal sospechoso es el jefe del esquema de seguridad, Dimitri Hérard, quien será interrogado el 13 y el 14 de julio por la Policía de Haití. En la maraña de hechos que lo implican en la muerte de Moïse hay un elemento clave: su conexión con Colombia y Ecuador. Entre los datos que tendrá que explicar el hasta hace poco jefe de seguridad del Palacio Nacional están sus constantes viajes a Ecuador, siempre con escala en Bogotá. El último se realizó en una fecha muy coincidente, el pasado 22 de mayo, cuando muchos colombianos estaban apenas alistándose para viajar y ultimando detalles.
Vea el video de Salud Hernández-Mora desde Haití
Lo otro que ha llamado la atención es que la escena del crimen parecía hacer pensar que se trataba también de un intento de robo en medio de todo el plan. Al día siguiente del asesinato, la Policía encontró el carro que habían usado los colombianos para intentar huir. Dentro de los objetos hallados en el vehículo y otros en la residencia se encontraron cinco armas de fuego, incluidas dos pistolas de nueve milímetros, cartuchos de calibre 5,56 milímetros, el servidor de la cámara de vigilancia del presidente Jovenel Moïse, una chequera del BNC a nombre del Jovenel Moïse y su esposa, veinte bolsas, hachas, cortadores de alambre, ropa, comida, dinero por más de US$10.000, celulares y el contrato de alquiler del vehículo hecho con Avis el 6 de julio. Se sabe hoy que en la operación ellos también se llevaron las cintas de seguridad que habrían sacado del sistema antes de emprender la huida. Por ahora, se cree que las cámaras no fueron violentadas, como fue la tesis inicial.
Las cintas de seguridad habrían sido un elemento clave para lograr la confesión de uno de los exmilitares colombianos, cuya identidad SEMANA mantiene en reserva por seguridad y para no entorpecer las investigaciones. El exmilitar relató en las últimas horas ante las autoridades haitianas todo lo que presuntamente ocurrió en el magnicidio. Entre lágrimas, el militar retirado dijo que, supuestamente, 7 de los 21 colombianos fueron los asesinos del presidente Jovenel Moïse.
Vea la transmisión de SEMANA sobre la confesión del colombiano con Vicky Dávila y Salud Hernández-Mora
El hallazgo de las cámaras y la confesión del exmilitar colombiano, que se encuentra detenido en una guarnición policial, se convirtieron en las principales pruebas que corroboran la primera hipótesis de la Policía de Haití, y es que un comando de mercenarios colombianos sí habría matado al primer mandatario. Las familias de los colombianos sostienen, por el contrario, que ellos no sabían de qué se trataba el trabajo que les esperaba en ese país.
Todavía no es claro qué habría ocurrido con el resto del grupo de retirados de nacionalidad colombiana que están detenidos o en fuga. El testigo aseguró que sí habría habido un plan de engaño inicialmente con algunos de ellos. Sin embargo, supuestamente, al llegar a Haití, todos al final terminaron involucrados y tendrán que responder penalmente ante la justicia de ese país.
Estos son los audios que revelan qué fueron hacer los colombianos en Haití
Aún quedan muchas preguntas por resolver. Entre ellas establecer quiénes ordenaron el crimen. Hasta el momento la Policía continúa con las capturas y sigue buscando a los otros colombianos que supuestamente también participaron en el asalto a la casa presidencial dejando sin vida al presidente de los haitianos y al país en una enorme crisis política y social.
Hasta el momento, la comisión colombiana que viajó a Haití no ha podido tener contacto con los exmilitares detenidos. Mientras tanto, aún no se completan los trámites para repatriar los cuerpos de 3 militares retirados que murieron en medio de los hechos.
Vea el video con los colombianos detenidos en Haití