Un demonio anda suelto por los colegios y entre los adolescentes. En Chía un estudiante llevó el bullying a otro nivel, uno criminal, extorsionar a sus compañeros. El menor exigía dinero a los otros adolescentes para no atacarlos, evitar que los asesinara. En algunos casos surtió efecto hasta que alguien se atrevió a denunciar.
Como en el 100 por ciento de los casos o denuncias de extorsión, el resultado fue el mismo, con los delincuentes capturados. Lo mismo ocurrió con este adolescente que quiso convertir en negocio su ambición por la plata, incluso a costas de la tranquilidad de otros menores. La Fiscalía adelantó la investigación.
“Las exigencias económicas ilegales habrían iniciado el 30 de mayo de 2024 cuando el adolescente infractor habría comenzado a enviarle mensajes a la víctima, quien era amenazada de muerte en caso de no pagar el dinero que le era exigido”, señaló la Fiscalía luego de los procesos de judicialización del menor capturado.
La víctima se atrevió a denunciar, después de pagar por su vida, en cuotas mensuales. El responsable de las exigencias resultó ser otro adolescente que quedó en video mientras recogía las ganancias de su extorsión. Cuando recibió el dinero fue notificado de la captura en situación de flagrancia, pasó de estudiante a reo.
“Una fiscal de la Unidad de Responsabilidad Penal para Adolescentes adscrita a la Seccional Cundinamarca imputó el delito de extorsión agravada a un menor, quien fue aprehendido en flagrancia cuando recibía una suma, presuntamente vinculada con las exigencias ilícitas de dinero contra otro joven, residente de Chía”, explicó el fiscal del caso en el marco de las audiencias preliminares.
Con la denuncia en el papel y la extorsión al teléfono, las autoridades dispusieron un operativo y, en coordinación con el Gaula y el grupo de Infancia y Adolescencia de la Policía Nacional, fue posible aprehender al menor. Fue detenido y presentado ante los jueces de menores para la judicialización.
“Ante un juzgado penal municipal con función de control de garantías para adolescentes, el joven que está siendo judicializado negó su responsabilidad en cuanto a los cargos en su contra. El juez ordenó para el procesado internamiento en un centro para menores”, advirtieron desde la Fiscalía a través de un comunicado de prensa con el detalle de la investigación.
Como parte del proceso de judicialización, el menor fue cobijado con una medida de internamiento, luego de la imputación de cargos que hizo la Fiscalía en su contra y que se convierte en un proceso formal que puede llevar a una condena por el mismo delito: extorsión agravada.