El miércoles 29 de junio el presidente electo Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe se encontraron, luego de que hace no más de una semana el líder del Pacto Histórico se contactará con uno de sus más arduos contradictores en la política bajo la premisa de encontrarse y entablar una conversación.
Por años, incluso décadas, Petro y Uribe no han estado de acuerdo y sus discrepancias políticas han llegado a puntos álgidos en temas sobre el país. Sin embargo, los dos políticos se reunieron y, lo que parecía tan solo una propuesta al aire, se materializó en el norte de Bogotá sobre las 11:00 a. m. en la oficina del abogado Héctor Carvajal Londoño.
En la reunión hubo dos puntos clave. El primero fue privado, en donde los dos antagónicos políticos se reunieron en una charla que no duró más de media hora, y luego se sentaron a entablar sus ideales al lado de sus delegados.
Aunque Uribe y Petro han representado la oposición de cada uno, se les vio sonriendo en las fotografías que se han compartido sobre su encuentro, el cual ha generado todo tipo de opiniones en el ámbito político. No obstante, parece que la dupla llegó a mediar entre sí y concretaron que van a tener un canal de diálogo directo en el que habrá recomendaciones y puntos de vista.
Básicamente, el diálogo directo se refiere a compartir sugerencias respecto a las decisiones que el Gobierno de Gustavo Petro, Francia Márquez y todo su equipo de trabajo tomará entre los próximos años.
Si hay consensos e ideales a favor, no habrá una oposición establecida para que alguna propuesta o plan se ejecute. No obstante, si algo de lo que se da a conocer no sigue varios lineamientos en los que Uribe, como líder del Centro Democrático, no está de acuerdo, se sugerirán las discrepancias. De hecho, el expresidente dijo que tampoco se descarta la oposición, pero esta será argumentada.
“Lo que usted tenga, lo que podamos aprobar, lo haremos. Sin cálculo. Lo haremos gustosos”, expresó Álvaro Uribe.
La alimentación de este canal de diálogo tiene como base la construcción. En palabras de Uribe: “Vamos a construir. Yo creo que no hay que pasar ahora facturas. No hay que cobrar cuentas. Hay que bregar a construir”.
Cabe señalar que en el mes de agosto Petro recibirá por completo sus responsabilidades como presidente de la República de Colombia.
La cita entre Álvaro Uribe y Gustavo Petro fue reseñada como histórica por el país político. Se trató de una reunión en un ambiente de mucha amabilidad en la que ambos hablaron de múltiples cosas.
Según contó el expresidente, lo primero que dialogaron fue alrededor de la reforma tributaria. Aunque el líder del Centro Democrático le dijo que apoyará todo lo que sea para aliviar la pobreza, también le advirtió que las reformas no pueden ir contra el sector privado, pues lo que se genera es más pobreza aún.
Vea las declaraciones de Álvaro Uribe tras su encuentro con Gustavo Petro
El tema pensional fue otro de los asuntos a tratar, así como la salida al embrollo de Hidroituango. Al final, hubo una ronda de preguntas de periodistas. Uno de ellos le cuestionó al exmandatario si asistiría a la posesión de Gustavo Petro. Este le contestó que no. Aseguró que había salido en elecciones a muchos lugares de Colombia para hacer campaña y que agradecía a todos los colombianos que lo habían recibido bien, pero que para la posesión prefería declinar esa invitación, si le llegaba.
“Yo no asisto a la posesión. Le haré una llamada muy respetuosa al presidente Petro si eso ocurre”, dijo.
Uribe lució desprevenido, más tranquilo de lo que se esperaba, y con la disposición de escuchar a Petro y plantearle sus principales preocupaciones. “Doctor Petro, a usted no le fue mal en mi gobierno”, le afirmó el expresidente en medio de la charla que se extendió durante horas y donde reinó la armonía entre las partes. Petro sonrió.
Al final, Uribe ―quien coincidió con Petro en varios puntos de construcción de país― destapó sus cartas. Anunció que el Centro Democrático sería un partido de oposición, pero con argumentos y bajo la premisa del respeto.
Además, dejó claro que las reformas o proyectos de ley que consideren que benefician al país, podrán tener el visto bueno de la bancada uribista.