“El que me traiga quiénes son los que están filtrando la información de lo que está saliendo en la prensa le damos 100 millones de pesos o seis meses de permiso”. Esta frase fue pronunciada por el general Eduardo Quirós, cabeza del Comando de Apoyo de Contrainteligencia (Cacim), el pasado 7 de junio en el auditorio del batallón de ingenieros militares, ubicado en el sector de Puente Aranda, al occidente de Bogotá. Estaba reunido con sus hombres de contrainteligencia, muchos de los cuales quedaron impactados por lo que acababa de decir su comandante. “Al comienzo pensamos que era un chiste porque nosotros como funcionarios públicos no podemos recibir ese tipo de recompensa”, contó a SEMANA uno de los uniformados que estuvo presente y que tiene más de 15 años de servicio. “Sabíamos que estaban desesperados por saber de dónde está saliendo la información que está apareciendo en los medios, pero quedamos sorprendidos cuando dijo eso en la reunión. ¿De dónde iba a sacar esa plata?, ¿cómo la iba a legalizar?”, dijo otro de los uniformados con mas de 50 felicitaciones y varias condecoraciones en su hoja de vida. Otros tres militares ratificaron a SEMANA la polémica frase. Le recomendamos: Los formatos de la discordia para duplicar las afectaciones del Ejército Quince días antes, el pasado 22 de mayo, Quirós fue el mismo oficial que estuvo en la sede de la Segunda División en Bucaramanga, donde citaron a 15 militares con el fin de realizar algunas entrevistas y pruebas de polígrafo como parte de una cacería para saber quiénes dentro de la institución están contando lo que ocurre. Ese episodio, revelado por SEMANA, fue negado por el comandante del Ejército, general Nicacio Martínez, y otros altos oficiales. No obstante, esta revista tiene en su poder audios, videos y fotografías que demuestran que eso ocurrió, y varios uniformados alcanzaron a ser interrogados antes de que se filtrara lo que estaba ocurriendo a la prensa y tuvieran que suspender abruptamente. Lea aquí el artículo completo.