En un abrir y cerrar de ojos Martine Moïse perdió a quien fue su compañero de clase en la Universidad Quisqueya, con quien se juró amor eterno en 1996 y tuvo tres hijos: Jovenel Moïse. El magnicidio del presidente de Haití consternó al mundo el pasado 7 de julio y su caso sigue siendo materia de investigación.

A diario se conocen nuevas pistas de lo que sucedió. Las autoridades haitianas confirmaron que más de una decena de exmilitares colombianos fueron contratados como mercenarios, mientras que otros funcionarios de Haití también estarían involucrados.

SEMANA conoció en exclusiva el estremecedor relato que dio la primera dama de Haití a los agentes del FBI que colaboran en el esclarecimiento del asesinato de su esposo, con fuentes judiciales en Puerto Príncipe. Consterna de principio a fin y no es para menos. A la una de la madrugada de ese 7 de julio perdió a quien fuera su compañero de vida por 25 años.

Los minutos esa noche fueron eternos para ella, para el entonces mandatario, sus hijos y los colaboradores de la casa presidencial. Un grupo de mercenarios irrumpió en la que sería una noche más. Al percatarse de la situación, Jovenel Moïse le dijo a su esposa: “Cariño, estamos muertos”.

Ella corrió hacia la habitación de sus hijos, les pidió que se quedaran en la ducha de uno de los baños del recinto y regresó al cuarto donde se encontraba su marido. Intentaron esconderse debajo de la cama, pero sus pies quedaron al descubierto. Primero atacaron a la primera dama, propinándole un disparo; luego siguieron por su objetivo principal, el presidente de Haití.

Martine Moïse declaró a los agentes del FBI que siempre escuchó a los mercenarios hablar solo español y que ellos estuvieron hablando por teléfono con una persona que, al otro lado, les estaba dando órdenes.

La mujer alcanzó a escuchar cómo describían a su marido tras haberlo sacado de donde se escondía: “Alto, delgado, de piel morena”, decían. Más tiempo tardaron los mercenarios en dar las características del presidente que el hombre al otro lado del teléfono en ordenar su ejecución, orden que también alcanzó a escuchar la primera dama.

Su testimonio es desgarrador. Martine les aseguró a los investigadores que vio cómo su esposo murió a su lado, tras haber recibido múltiples disparos. Los mercenarios se cercioraron de haber logrado con su cometido: matar al jefe de Estado.

La primera dama no tuvo otra salida que hacerse la muerta, estaba segura de que si parpadeaba o se movía, la rematarían. Por eso, cuando la sacaron a la fuerza del lugar donde se escondía, se quedó inmóvil, uno de los asesinos se paró sobre sus piernas y le alumbró los ojos con una linterna, quería confirmar que estaba muerta.

La foto del cuerpo sin vida del presidente Jovenel Moïse reposa en el informe forense. Aparece con su ropa de dormir rasgada y cubierta de sangre. | Foto: SEMANA

Luego, ella relata que los mercenarios esculcaron las mesas de noche y el escritorio de la habitación, tomaron algunas cosas y se fueron de ahí para seguir buscando en los otros cuartos de la vivienda. “Sí, esto es, esto es”, escuchaba Martine que decían los mercenarios; hoy no duda en que se llevaron documentos importantes. Según la primera dama, los asesinos de su esposo permanecieron entre 5 y 10 minutos en el lugar y se retiraron del recinto.

Con su esposo muerto en la habitación y ella herida, logró como pudo llamar al servicio secreto para informar sobre lo sucedido y verificó si el jardinero y la empleada estaban bien. Los encontró amarrados.

En la noche del pasado miércoles la primera dama reapareció en su cuenta de Twitter agradeciendo a quienes se han preocupado por su vida y su salud.

“Gracias a todos los que me están ayudando a orar por mi regreso a la vida. Porque todo el tiempo hospitalizada tuve vida de parte de Dios y los médicos. “Todavía no creo que mi marido se haya ido así ante mis ojos sin decirme una última palabra, este dolor nunca pasará”, escribió a través de su cuenta de Twitter Martine Moïse.