“El 23 fue la última llamada que yo tuve con él, me dijo: Mamá écheme la bendición. Le pregunté: ¿Cómo está, mijo? Él me contestó: bien, mamá. Ese día me dijo que vendría en septiembre. El sábado a las 8 de la noche lo llamé y ya no me contestó. Me llamó un sargento a darnos la noticia. Mi hijo era intachable. Nunca nos olvidaremos de él”, recuerda Miryam del Socorro Terán Galindres. Este es uno de los testimonios más desgarradores que recolectó el Departamento Jurídico Integral, la Octava División y su Grupo de Memoria Histórica, que rindió un homenaje a los hombres que perdieron la vida vilmente en la vereda Flor Amarillo, en Tame, Arauca, el sábado 24 de agosto de 2013.
Terán Galindres es madre del cabo tercero Luis Ricardo Aguirre Terán, uno de los 14 uniformados que murieron tras el ataque que propinó las extintas Farc, y que infringió el Derecho Internacional Humanitario, violando los derechos humanos. Los soldados fueron atacados con ráfagas de fusil, cilindros bomba y otros artefactos explosivos improvisados.
La dolida madre con nostalgia también manifestó que desde los 7 años de edad demostró su amor al Ejército Nacional, que su vida era un mundo cargado de sueños y que su anhelo era ayudarles a sus padres y hermanos. “Prestó el servicio militar y cuando terminó me dijo que se iba de suboficial, no teníamos dinero y no estaba de acuerdo, pero hicimos un préstamo para pagarle el curso. Antes de morir me dijo: Vaya buscando un lote o una casa para comprarle”, contó Terán son poder contener las lágrimas.
Ella al igual que otras madres que vieron morir a sus hijos coinciden en que es lo más grande que Dios y la vida les ha arrebatado. En el ataque, en el que perdieron la vida 2 suboficiales y 12 soldados, adscritos al Batallón de Ingenieros N.° 18 General Rafael Navas Pardo, fue planeado y ejecutado por más de 100 guerrilleros pertenecientes a las extintas Farc y al grupo armado organizado ELN en la vía que comunica a dicha vereda con Tame, según la versión oficial del Ejército Nacional.
Los militares que perdieron la vida fueron el sargento segundo Walter Orlando Quiñones Becerra, el cabo tercero Luis Ricardo Aguirre Terán y los soldados Jeisson Albeiro García Bonilla, Arley Mardonio Garzón Rojas, Fernando Bueno Núñez, Héctor David Coronel Antolinez, José Antonio Galeano Garavito, Erley Díaz Ardila, Cristian Isaac Suárez Reyes, Luis Enrique Gutiérrez Ortiz, Jonathan Argenis Criollo Casas, Brajhan Felipe Espitia Vilaro, José Luis Duarte Jiménez y David Sebastián Galvis Forero, algunos de ellos fueron rematados cuando se encontraban en estado de indefensión, ya heridos.
“Con el objetivo de recordar, exaltar y dignificar la memoria de nuestros militares que perdieron la vida en este reprochable acto, la institución realizó hoy una solemne misa y una ofrenda floral en homenaje a su memoria”, manifestaron desde la institución castrense.
Cabe recordar que la emboscada, según habitantes de la zona, se dio a las 3 y 50 de la tarde. La acción se le atribuye a la columna móvil Alfonso Castellanos. Luego de la emboscada los militares reaccionaron y hubo apoyo aéreo, lo que produjo que civiles se vieran involucrados en medio del fuego cruzado.
“A esta hora el comandante del Ejército se encuentra en el área para evaluar la situación y dirigir las operaciones. Paz en sus tumbas a los militares asesinados”, señalaba el comunicado oficial que circuló en su momento desde el Comando del Ejército.