Gustavo Nocella, alias Ermes –según la Policía de Colombia– es un peligroso narcotraficante que servía como enlace de estructuras mafiosas internacionales con las colombianas. Según el expediente, este sujeto era enviado por los carteles (clanes) Rinaldi-Formicola, Amato-Pagano y De Micco, para hacer transacciones de droga con organizaciones en Suramérica.
“Su carrera criminal culminó en las últimas horas en un exclusivo apartamento de Medellín, cuando comandos y hombres de inteligencia de la Policía Nacional de Colombia lo capturaron con base en una notificación roja de Interpol, emitida por agencias antidrogas de Nápoles (Italia) por el delito de participación en conspiración criminal para el tráfico de drogas”, indicaron fuentes de la Policía.
Los carabineros de Italia y la Policía del Reino Unido habían entregado información a las autoridades de Colombia sobre la presencia de Ermes en territorio nacional desde hace seis meses. Con su centro de operaciones establecido en Colombia, la inteligencia de la Policía Nacional inició las labores investigativas para ubicarlos, conociendo que uno de sus pasatiempos era el billar.
“Los hombres de inteligencia sabían que uno de sus pasatiempos favoritos era el billar, pista que encontraron en cada uno de los apartamentos que, trimestralmente, alquilaba hasta por 25 millones de pesos, especialmente en el sector de El Poblado, que cuenta con centros comerciales cercanos y establecimientos de reconocimiento internacional”, indicaron fuentes de Policía.
Otro detalle que les sirvió a los investigadores para construir una rutina de alias Ermes era la información que les habían entregado las agencias internacionales. Al capo de la mafia le gustaban los tenis de marcas reconocidas y también mantenía acompañado de su mascota.
Los policías que lo buscaban tenían que definir la región del país donde se encontraba escondido, logrando establecer –a través de inteligencia– que este sujeto, buscado en más de 190 países, estaba oculto en el exclusivo sector de El Poblado, en Medellín.
Luego de obtener la información de que el capo de la mafia se escondía en Medellín, la otra información que obtuvieron los policías era que había un sujeto que pagaba muy bien porque le llevaran una mesa de billar al lugar donde vivía.
Este hecho les permitió a los investigadores de la Interpol la ubicación exacta de Ermes y comenzaron las labores de vigilancia. Según las fuentes de la Policía: “Este narcotraficante invisible, de 58 años, era el responsable de coordinar la logística para acondicionar y almacenar el clorhidrato de cocaína en embarcaciones desde Colombia hacia Ámsterdam (Holanda), utilizando buques y veleros. Y, desde esta ciudad, trasportaba los cargamentos a la ciudad de Nápoles (Italia), usando camiones de carga pesada, automóviles e incluso vehículos de servicio público”.
Por su parte, el director de la Policía, general William Salamanca, indicó que: “Esta operación es el resultado de una fluida cooperación internacional que nos ha permitido capturar más de 40 narcos invisibles. Su captura fractura estos clanes criminales”.