En el mundo de la ciencia hay todavía una brecha amplia entre hombres y mujeres. Según los datos de la Unesco, las mujeres solo ocupan el 28 por ciento de los puestos de investigadores científicos. Aunque en Colombia la situación es un poco mejor, 62 por ciento de las personas dedicadas a la investigación científica son hombres. Esa misma situación existe en los cargos de dirección científica y académica. Por eso hay que reconocer que la rectoría de la Universidad Nacional, la institución de educación superior más importante del país, esté en manos de la biotecnóloga Dolly Montoya. Por primera vez en los 150 años de la Nacional una mujer llega a este cargo. Le recomendamos: Guardián de la perla Ese nombramiento no solo reconoce la carrera científica de más de 55 años de Montoya, sino el creciente liderazgo de las mujeres en el campo de la ciencia, la tecnología y la innovación. Además de contar con un doctorado y posdoctorado en biotecnología, Montoya ha liderado procesos de innovación y modernización de la ciencia en Colombia. A inicios de la década de los ochenta se puso a la tarea de difundir en el país la biotecnología, una rama de la ciencia poco conocida aquí, y en 1982 estableció un grupo de investigación interdisciplinario que en 1997 se convertiría en el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional. Montoya también se ha destacado por su trabajo incansable para convencer a los gobernantes de la importancia de la investigación científica de alto nivel para el desarrollo del país. Esa labor ha tomado más fuerza desde que asumió la rectoría de la universidad. En estos días, en los que las protestas de los estudiantes han visibilizado la crisis de la educación superior pública, ella ha asumido el liderazgo del sector, y ha negociado mejoras y aumentos presupuestales para el sistema universitario público. De esta manera, 0se ha convertido en una de las líderes más importantes del sector científico y académico colombiano.