A Mario Castaño lo asesinaron en Riosucio. Era líder reclamante de tierras y aunque su caso todavía es materia de investigación, en Chocó se sabe que desde hace un tiempo venía denunciado el aumento de "paramilitares" en su territorio. Al tiempo que se confirmaba su muerte, al sur del país, en Belén de los Andaquíes (Caquetá), los indígenas despedían a Mario Jacanamijoy. Ese escenario, que desde hace un año componen 59 líderes sociales asesinados, es el que recibe a la directora de la Unidad de Desmantelamiento de Organizaciones Criminales. Este lunes, después de varios meses de espera se descubrió el nombre de la mujer que asumirá uno de los retos más importantes que tiene el posconflicto: recuperar el orden público en los territorios. Por eso, si nombramiento es un bálsamo para el aterrizaje del acuerdo de paz.Le recomendamos: Asesinatos de líderes sociales: ¿crímenes sistemáticos?Martha Jeaneth Mancera fue una de las 21 candidatas que se postuló a la terna que el Comité de Escogencia presentó al fiscal Néstor Humberto Martínez. "La mayor amenaza para la implementación de los acuerdos de paz y la construcción de una paz estable y duradera, son las organizaciones al margen de la ley, que se puedan derivar de quienes no se acogieron al acuerdo o las que se encuentran en el territorio nacional con capacidad de hombres, armas y financiación para continuar afectando a la población", sostuvo esta abogada egresada de la Universida de Libre durante su postulación.A su juicio, "hay que esclarecer de manera ágil y eficaz lo que viene pasando". Y es que la determinación de la sistematicidad es clave para entender si se trata de un exterminio planeado y continuado de estos líderes sociales, que puede seguir escalando o explicar qué es lo que está pasando. Hay que diseñar un "sistema de análisis de los casos o situaciones a partir de la caracterización de las organizaciones en el territorio nacional, que permitan evidenciar su estructura, participes en los distintos niveles de jerarquía, funciones, territorialidad, plan criminal, realizando investigaciones de manera integral con la finalidad de bajar los niveles de impunidad". En el Valle, Mancera es conocida como la fiscal de hierro. Quizá uno de los casos por los que le endilgaron este calificativo tiene que ver con el despliegue que hace unos años hicieron las autoridades contra el crimen organizado en Buenaventura. Las miradas gravitan sobre el puerto desde que se hicieron públicas las denuncias sobre las ‘casas de pique’, sitios de tortura torturadas y asesinato. Aunque la restauración del orden público y social en la ciudad sigue siendo un reto, ella estuvo detrás del proceso de pacificación. Le puede interesar: Buenaventura: otra vez en el focoA lo largo de 24 años, lideró equipos de trabajo como jefe de Unidad de Fiscalía de Vida, Reacción Inmediata y directora del Cuerpo Técnico de Investigación – Seccional Valle. De hecho, actualmente, se venía desempeñando en la Fiscalía como directora nacional I.Sus primeros pinitos en el mundo judicial, se construyeron en la época de los carteles del Norte del Valle. Durante meses, persiguió a uno de los miembros de la familia Henao Montoya que estaba detrás del negocio del tráfico de drogas. Su blanco, un hombre por el que las autoridades estadounidenses ofrecían una recompensa de cinco millones de dólares: Diego Montoya Sánchez.El asesinato de civiles en la puja de la coca, las tierras y el poder territorial, están en el primer renglón de las preocupaciones del posconflicto. Ahora, lo que esperan es que esta nueva unidad, que trabajará bajo la sombra de la Fiscalía, no sólo empiece a trabajar en el esclarecimiento de los crimenes sino también que sea el as bajo la manga para frenar la reorganización de las estructuras criminales que hoy se disputan los vacíos que dejó las Farc.