Julián Ortegón y Paul Naranjo deberán cumplir su condena por su responsabilidad y participación directa en los hechos que rodearon la muerte de Ana María Castro, registrada en la madrugada del 5 de marzo de 2020. La Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá, en fallo de segunda instancia, dejó en firme la condena, rechazando de tajo los argumentos presentados en el recurso de apelación que pedían la absolución de los dos procesados.

Sin embargo, rebajó el monto de la sentencia: de 41 años y 6 meses, pagarán ahora 33 años y 3 meses de prisión. Esto debido a que se modificó el delito de feminicidio agravado a homicidio agravado, por considerar que no existían pruebas que permitieran inferir que la muerte de la joven se diera por el hecho exclusivo de ser mujer, que es uno de los puntos fundamentales en el tema de los feminicidios.

El tribunal avaló todas las pruebas presentadas por la Fiscalía General que permitieron concluir que esa madrugada Naranjo y Ortegón estuvieron con Ana María en un establecimiento en el norte de Bogotá. Los videos de las cámaras de seguridad registraron todos los movimientos del grupo hasta el momento en que salieron caminando al parqueadero para subirse a una camioneta. Junto a ellos estaba Mateo Reyes, amigo de Ana María y cuyo testimonio fue clave.

“Durante 47 segundos el vehículo donde se transportaban, los acusados golpearon a Ana María Castro Romero con objetos contundentes, causándole graves lesiones en el cráneo y en el tórax que le produjeron la muerte y después la abandonaron a su suerte, mientras agonizaba”, manifestó el magistrado en la lectura de la decisión en la mañana de este martes.

Las cámaras de seguridad del estacionamiento registraron a Ana María subiéndose en el puesto trasero de la camioneta pese a la insistencia de una mujer que apareció en el lugar, quien incluso llegó a tener un intercambio de palabras con Naranjo y Ortegón. Esto obligó, incluso, a la intervención del personal de seguridad del establecimiento ubicado en la calle 116 con carrera 19.

En uno de los apartes del video se ve incluso un intento de pelea entre las personas que estaban dentro de la camioneta y un grupo de personas que se encontraban en el parqueadero. Ana María intentó abrir la puerta de la camioneta, pero alguien se lo impidió. Minutos después se fueron todos en la camioneta.

Una cámara de seguridad ubicada sobre la calle 80 con carrera 59 registró una imagen que fue clave: en la misma aparece la camioneta en la que se movilizaban los jóvenes y, cuando estaba a punto de salir del cuadro, se ve cuando la joven cae sobre el pavimento. Pese a la grave situación, que alertó a las pocas personas que se encontraban en la zona a esa hora, el conductor de la camioneta siguió como si nada hubiera ocurrido.

NADIA ROMERO MAMA DE ANA MARIA CASTRO BOGOTA, DICIEMBRE 16 DE 2021 FOTOGRAFA ALEXANDRA RUIZ POVEDA | Foto: ALEXANDRA RUIZ

Uno de los expertos que llevó la Fiscalía para declarar en el juicio confirmó que antes de la caída de Ana María se presentó un forcejeo. Igualmente, hizo toda la hoja de ruta del movimiento de la camioneta, reseñando que jamás se detuvo o bajó la velocidad tras el suceso.

En las imágenes se observa cómo pasa un vehículo, luego una moto y finalmente las sombras que los analistas detuvieron y avanzaron en segmentos repetidos y lentos para confirmar, según su criterio, el forcejeo en el lugar donde quedaron Ana María Castro y Mateo Reyes, después de bajarse de la camioneta.

Nuevas declaraciones y el dictamen de Medicina Legal con la necropsia al cuerpo de Ana María Castro advertirían sobre nuevos escenarios del caso. En videos se observa otro vehículo implicado.

En la parte superior izquierda se ven las sombras que llegan hasta la mitad del carril y de un momento a otro pasa una camioneta blanca, de esas que se conocen popularmente como “chanas” y de inmediato una de las sombras se ve alterada buscando ayuda en los otros carriles, deteniendo los vehículos que transitan por la calle 80.

La joven fue trasladada a un centro médico, pero debido a la violencia del golpe, sufrió graves fracturas y daños en el tórax y la cabeza, por lo que los médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida.

Dibujos Ana María Castro | Foto: Cortesia

Julián Ortegón se encuentra privado de su libertad en la cárcel Distrital, de Bogotá; mientras que Paul Naranjo está en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, en Boyacá.