Fueron más de 60 los militares que resultaron secuestrados por un grupo de la guardia campesina en el departamento de Guaviare. Los uniformados, curiosamente, se encontraban en la zona protegiendo a la comunidad de los enfrentamientos entre los criminales de las disidencias de las Farc, pero terminaron arrinconados por quienes se consideran autoridad en el departamento.
Fuentes de la Fiscalía advirtieron que una vez se conocieron las denuncias de parte del Ejército, respecto del secuestro de los 66 militares, se abrió de manera inmediata una investigación para determinar los hechos de modo, tiempo y lugar, y establecer la responsabilidad de la llamada guardia indígena que se tomó la atribución de secuestrar a los militares.
El general Raúl Vargas, comandante del Comando Conjunto n.° 3, indicó que los militares se encontraban en la zona protegiendo a las comunidades de los enfrentamientos entre los hombres de Calarcá e Iván Mordisco.
“Estas tropas que realizan operaciones de estabilidad en la región están evitando que se presenten confrontaciones armadas entre estructuras que obedecen a alias Calarcá y estructuras que obedecen a alias Iván Mordisco, quienes en el momento se encuentran en rivalidad”, dijo el alto mando militar.
De forma descarada, Diomedes, de la llamada guardia campesina, responsables del secuestro a los militares, dijo que la liberación de los uniformados estaba condicionada al retiro de la fuerza pública de la región, bajo el supuesto de que sentían desconfianza de la presencia de los uniformados, aunque otras voces en el departamento dicen todo lo contrario.
“Si ustedes dicen que el Ejército se quede ahí, mañana amanecen cercados otra vez; si sigue habiendo atropellos, mañana van a ver a otros soldados cercados”, dijo Diomedes, quien indicó que perteneció a la guerrilla de las Farc durante 18 años y se desmovilizó con el proceso de paz de La Habana, Cuba.
Adicionalmente, se conoció un pronunciamiento del ministro de la Defensa, Iván Velásquez, quien dijo que se debería revisar el cese al fuego con las disidencias de las Farc de alias Calarcá, quien estaría detrás de la retención de los uniformados. Un hecho que afecta gravemente la credibilidad de la promesa de paz de esos grupos criminales.
“La continuidad del secuestro de los soldados en San José del Guaviare obligará a replantear el cese al fuego con el bloque Jorge Suárez Briceño. La prórroga por tres meses, vigente hasta el 15 de octubre, se debe suspender si no existe real compromiso de parte de ese grupo ilegal”, dijo el ministro de Defensa.
Aun después de dejarlos en libertad, la Fiscalía continuará con la investigación para establecer la responsabilidad de quienes promovieron el secuestro de los uniformados, no hay posibilidad de cerrar el proceso, tendrán que responder por el secuestro sin confundirlo con una acción ciudadana.