Le llegó la hora cero a Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel. El excomandante del Clan del Golfo se montará en próximas horas a un avión rumbo a Estados Unidos, donde deberá responder en juicio ante la Corte del Distrito Sur de la Florida, por los delitos de narcotráfico, tráfico de armas y homicidio selectivo.

En el indictment (escrito de acusación) la Corte señala que Otoniel lideró una extensa guerra con otros narcotraficantes con el fin de controlar las rutas para el envío de cocaína y el control territorial. Estas acciones delictivas se presentaron en el Urabá antioqueño.

En esta guerra varios narcotraficantes fueron asesinados por orden de Otoniel, quien quería imponer un régimen de terror. Para aumentar su poder creó nexos con organizaciones delincuenciales en Venezuela, Ecuador, Guatemala, Panamá, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, México y Estados Unidos.

En uno de los apartes del escrito se hace referencia al hecho que el narcotraficante se expone a una cadena perpetua, sin embargo, esto está prohibido por el tratado de extradición formado entre Estados Unidos y Colombia.

Otoniel, quien fue capturado el 25 de octubre de 2021, había utilizado todo tipo de recursos judiciales para entorpecer su extradición. Entre estos se encontraban recusaciones al magistrado de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia que estudiaban el requerimiento y un sometimiento ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Justamente, este martes el equipo jurídico del narcotraficante había presentado una reposición alegando la vulneración de sus derechos al debido proceso y a la defensa. Esto al considerar que se le iba a juzgar dos veces por un mismo hecho, lo cual está prohibido por la Constitución Política y la ley.

Con esta petición buscaba suspender todo el trámite de extradición. Sin embargo, en tiempo récord el Ministerio de Justicia rechazó este recurso, asegurando que tanto la Corte Suprema como el Gobierno le han garantizado sus derechos fundamentales.

El hombre más buscado del país

Durante diez años, Úsuga David fue el hombre más buscado del país. Después de no acogerse a la desmovilización de los grupos paramilitares conformó junto al exjefe de las AUC, Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, la banda criminal de Los Urabeños. La cual buscaba manejar el tráfico de drogas en el Urabá antiqueño. Esta organización pasó luego a conocerse como El Clan Úsuga y luego como el Clan del Golfo.

De esta banda criminal formaban parte varias de sus hermanas y núcleo familiar. Durante años fueron las encargadas de manejar las finanzas y coordinar las acciones en contra de la población civil y la fuerza pública.

Las autoridades reseñaron que Otoniel ordenó los más escabrosos crímenes para tener el control territorial. En uno de los operativos más grandes adelantados en contra de su estructura encontraron documentación que revelaban que era un “depredador sexual”, esto mediante el reclutamiento de menores de edad de la zona, preferiblemente vírgenes, para saciar sus aberraciones.

Otoniel fue capturado en medio de la Operación Agamenón adelantada por las Fuerzas Militares en el Cerro El Yoki, corregimiento El Totumo de Necoclí, en pleno Urabá antioqueño, región que fue epicentro de la lucha de narcotraficantes.

En ese momento, en contra de Otoniel existían 122 órdenes de captura, siete sentencias condenatorias por delitos relacionados con extorsión, secuestro, homicidio agravado, concierto para delinquir, terrorismo, hurto y narcotráfico. Igualmente es requerido en extradición por una Corte de Estados Unidos.

La petición de la JEP al MinJusticia

El pasado 25 de enero, atendiendo la petición de colectivos de víctimas, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) le envió un requerimiento al Ministerio de Justicia para que le informara en el menor tiempo posible cómo iba a concertar la colaboración de Otoniel para que declarara en los procesos judiciales a los que iba a ser citado.

“Cuáles iban a ser los mecanismos específicos de seguimiento, cómo se concretan -en la práctica- y se hacen efectivos los condicionamientos impuestos po la Corte Suprema de Justicia (...). Así mismo, deberá informar si estos mecanismos cobijan los requerimientos de autoridades de naturaleza no judicial como lo son la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas en el contexto y en Razón del Conflicto Armado, ambas del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reconciliación y No Repetición”, precisa la JEP.

Esto después de que el excomandante del Clan del Golfo declarara en diferentes procesos penales en la JEP. Entre estos, los subcasos por los falsos positivos en el Caquetá y en el Meta.