Nuevamente apareció quien fuera el máximo jefe de los paramilitares en Colombia, Salvatore Mancuso, esta vez para solicitar la repatriación de dos de los más temidos y poderosos criminales y narcotraficantes de la historia del país: Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, y Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, quienes luego del proceso de paz con los paramilitares continuaron en armas y crearon el peligroso Clan del Golfo.
Con el reiterado argumento de que la extradición de los exparamilitares a los Estados Unidos sirvió solamente para ocultar los vínculos de poderosos políticos con estas organizaciones armadas, Mancuso afirmó, en un video de siete minutos, enviado desde Georgia, Estados Unidos, que es necesaria la repatriación para que se conozca la verdad del conflicto en el país.
En el video advierte Mancuso que “esa declaración (de Don Mario y Otoniel) es muy valiosa, corrobora la voluntad política de sostener un diálogo en el cual el centro sean las víctimas y en perspectiva la pacificación de los territorios y la reconciliación. Esta petición, señor presidente, tiene todo el sentido y le voy a decir por qué. A la luz de los acontecimientos de estos últimos 20 años, se puede concluir que la extradición de los comandantes de las organizaciones autodefensas ha sido el peor de los errores si se pretende construir una paz territorial bien anclada, sólida y especialmente sostenible en el tiempo”.
Nuevamente, Mancuso, como lo ha hecho en el pasado y sin reconocer que los paramilitares fueron enviados en extradición a Estados Unidos porque luego de iniciado el proceso de paz siguieron delinquiendo y traficando, argumentó que “los incumplimientos del Estado en los acuerdos de paz y los errores estructurales de justicia y paz, los vacíos y las indefiniciones, llevaron a mucha gente al rearme y a la aparición de nuevas organizaciones y estructuras armadas. No nos digamos mentiras. En gran medida, la extradición fue un pretexto para silenciar muchas verdades. Fue el resultado del miedo que invadió al poder político tradicional”.
Caso Otoniel
Sin duda, uno de los principales logros del gobierno del presidente Iván Duque fue la captura del poderoso jefe del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, luego de años de fuerte persecución por parte de hombres del Ejército y, especialmente, de la Policía. Su caída fue el 23 de octubre de 2021, y por su peligrosidad y presuntos planes de fuga, fue recluido en el búnker de la Dijín, al occidente de Bogotá.
Desde el momento de su captura su testimonio fue requerido por la JEP y por la ya desmantelada Comisión de la Verdad y así lo reclamaban políticos de oposición en su momento; pero Otoniel, al ser un criminal de marca mayor, el más grande narcotraficante del país, era requerido en extradición por Estados Unidos, y fue enviado a este país en mayo de 2022.
Sin embargo, en el mensaje que envía Mancuso al presidente Gustavo Petro, da su propia versión de lo ocurrido. “Todo el país fue testigo de la forma desesperada como el expresidente Iván Duque se quiso quitar de encima a Otoniel, aún cuando la JEP emprendía un proceso que quedó inconcluso. Nos dejó claro que para ellos la justicia prevalente no es la JEP, que la prioridad no es la justicia, sino ocultar verdades que nos perjudican, aunque eso signifique desconocer los derechos de las víctimas, extraditar la verdad y generar más violencia”, dice el exjefe de las autodefensas desde Estados Unidos.
Pero Mancuso va más allá y en su mensaje hace referencia a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, como se autodenomina el Clan del Golfo, y plantea una salida negociada con esta organización poniendo como facilitadores a Don Mario y a Otoniel.
“Por controversial que suene, sería muy útil tener esas voces de excomandantes claves como Otoniel y don Mario, que tienen un conocimiento único e insustituible de los entramados y componentes más ocultos de estas organizaciones, para iniciar un diálogo genuino y pendiente con todas ellas, que nos permita comprender y abordar las raíces del conflicto y asegurar una transición efectiva hacia la paz”, asegura Mancuso.
Para el exjefe paramilitar, quien fue nombrado gestor de paz por el gobierno del presidente Petro, la paz no se puede lograr solo con la negociación con organizaciones guerrilleras, sino que debe incluir a todos los actores del conflicto como son las autodefensas.
“El Gobierno nacional definió una agenda de paz muy ambiciosa, una paz integral y especialmente definitiva. Esto no se logra solo con la disidencia rearmada de la Farc o con el ELN. Es preciso darles el lugar que corresponde a los diálogos y a la estrategia de paz con las organizaciones sucedáneas de las autodefensas que nosotros lideramos. Esto no se puede tratar como un diálogo de segundo nivel. Gusten o no, también son actores del mismo conflicto”, afirmó Mancuso en el videomensaje que le envió a Petro.