La pelea por la construcción de un nuevo complejo hotelero contiguo al reconocido hotel Irotama, en Santa Marta, que llegó a los estrados judiciales, terminó con una dura decisión para propietario y directivos del hotel, quienes habrían mentido a la justicia para evitar que se instalara la competencia.

La historia, que completa ya casi 20 años de disputa, tiene relación con la intención del señor Jorge Díaz Jacded, quien el 10 de julio de 2006, en representación de Hecol Ltda., radicó una solicitud de expedición de licencia de construcción ante la Curaduría Urbana n. 1 de Santa Marta, para su proyecto hotelero. En ese momento, ubicó una valla en una esquina del muro que encerraba el lote en donde se iba a adelantar el proyecto de construcción. Para demostrar que la valla se había fijado, se aportaron a la Curaduría tres fotografías, lo que es el origen del pleito.

Esas vallas son justamente la manzana de la discordia, pues en ellas quedaba clara la autorización para construir en la zona, pero tratando de invalidar la licencia, desde el hotel Irotama negaron que hubieran estado instaladas, siendo un requisito para toda obra.

Así las cosas, el 8 de septiembre de 2006, la Curaduría otorgó a Hecol la licencia urbanística de construcción, dando por cumplidos todos los requisitos, entre los cuales se encontraba el de la instalación del aviso o valla.

Cuando el tema llegó a los tribunales, en medio del proceso, el dueño del Irotama, Héctor Mario Díaz, dijo: “Las vallas no estuvieron fijadas durante todo el trámite de la licencia y que, de manera irregular, las mismas se quisieron fijar después de expedida la licencia ilegal que nos ocupa”.

Esta condena se produjo porque el personal del Irotama mintió ante la Fiscalía y utilizó falsas declaraciones para impugnar el otorgamiento de una licencia de construcción al señor Jorge Díaz Jacded, argumentando que nunca se fijó la valla de información.

Esta condena se produjo porque el personal del Irotama mintió ante la Fiscalía y utilizó falsas declaraciones para impugnar el otorgamiento de una licencia de construcción al señor Jorge Díaz Jacded, argumentando que nunca se fijó la valla de información.

La conclusión de la investigación y que llevó a la condena es que “la idea desde el propietario y los trabajadores del Irotama era poner palos en la rueda al hotel que quería construir Díaz Jacded, así que, sin medir las implicaciones de los hechos, por ejemplo, inventaron que la licencia de construcción nunca estuvo expuesta en el lugar de la obra. Además, denunciaban que la futura competencia estaba violando las normas de construcción de la zona”.

Héctor Mario Díaz, dueño del Irotama, se pronunció al respecto: “Somos respetuosos de las decisiones judiciales en el marco del debido proceso; no obstante, no compartimos la decisión de haber absuelto a una sola de las personas condenadas por el juez de primera instancia, pues la absolución debió cobijar a todos los involucrados en el proceso”.

Y agregó: “Acudiremos a las herramientas jurídicas legales pertinentes para demostrar la inocencia de todos. Deploramos que se publiquen afirmaciones fuera de los estrados judiciales, desconociendo las garantías mínimas del derecho constitucional al debido proceso”.