De forma sorpresiva, el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso escribió una carta al expresidente Álvaro Uribe, con quien ha tenido diferencias claras y enfrentamientos públicos en los últimos meses, que se han hecho más duros con la llegada del expara a Colombia, donde fue aceptado en la JEP como “sujeto incorporado a la fuerza pública”.
En la carta, Mancuso rechaza que esté detrás de un plan o complot para incriminar a Uribe, pero el tono de la carta es duro y, entre líneas, hace señalamientos.
“Ciertos medios de comunicación han relacionado mi regreso a Colombia con un supuesto complot en su contra, lo cual es falso y completamente alejado de la realidad. Quiero ser absolutamente claro: Mi retorno al país no guarda ninguna relación con conspiraciones, no tengo ningún interés en usted ni nada en contra suya Dr. Uribe o de quienes son o fueron sus aliados y apoyos económicos y políticos”, afirma Mancuso en la carta, que parece tener una doble intención: salirse de cualquier señalamiento de parte suya a Uribe, pero, al mismo, tiempo, acusarlo.
En el documento de dos páginas, el exjefe paramilitar también señaló que va a denunciar penalmente al jefe natural del Centro Democrático por señalarlo de buscar testigos en la cárcel La Picota para que lo denuncien por vínculos con paramilitares.
En su cuenta de X, el expresidente Uribe volvió a reafirmar sus preocupaciones por el regreso del exjefe de las AUC, asegurando que “Mancuso llama a personas a que me denuncien por vínculos con paramilitares. Esas personas de nada pueden acusarme. Mancuso quedará libre de cárcel porque el Gobierno lo nombró gestor de paz. La JEP lo aceptó por informaciones no corroboradas”.
Por esa denuncia de gran calibre es que Mancuso anunció que esta misma semana presentará, “sobre la base de sus afirmaciones, denuncia penal en su contra para que se aclare o conozcan los motivos por los cuales usted hace esa clase de afirmaciones, para que proceda a hacer llegar a las autoridades competentes las supuestas pruebas de sus infundios y formalice una denuncia, si es cierto que tiene esa información”.
En la carta escrita a computador, que envió el exjefe paramilitar mientras sigue recluido en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel La Picota, en el sur de Bogotá, también indicó que su deportación a Colombia no es para desacreditar al expresidente Uribe y que todos los testimonios con relación a su papel en el conflicto armado, los ha hecho en instancias judiciales.
“Y seamos claros, ya todo lo que se debía decir con respecto a su vínculo con el paramilitarismo en Colombia se ha dicho y, si no se ha dicho del todo, lo que se ha dicho ha sido más que suficiente para corroborar que durante los años en los cuales usted fue gobernador de Antioquia y en su primer mandato presidencial, hubo connivencia, cooperación y un proyecto contrainsurgente compartido entre las instituciones que usted lideraba y las AUC. Como mínimo, usted y los altos cargos de su gobierno en aquel entonces, se hicieron de la vista gorda o terminaron participando de manera directa en acciones y operaciones de carácter paramilitar”, dice Salvatore Mancuso en el documento.
Por último, Mancuso se vuelve a referir al trino de Uribe en el que lo acusa de organizar un complot en su contra, asegurando que dichos señalamientos son “falsos”, “peligrosos” y “una forma de ponerme a mí, y a mi entorno, en la mira de los fanáticos que lo siguen”.
Según el sanguinario excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia, el expresidente Álvaro Uribe estaría creando unas supuestas condiciones para que “otro haga el trabajo”. Y advierte que “esos mensajes son la forma de avivar las furias de mucha gente de gatillo fácil, que sigue sus mismos principios ideológicos y mesiánicos”.
“Por eso le pido públicamente que cese su campaña de alentar un linchamiento social y de volverme objetivo militar. Por el contrario, lo invito a comparecer ante un sistema de justicia, a contar la verdad, su verdad y a pasar a donde deberíamos estar, en los anaqueles de la historia de Colombia”, frase con la que Mancuso cierra la carta, firmando como gestor de paz.