Durante su paso por el Senado, el expresidente Álvaro Uribe tuvo una actividad prolífica. La iniciativa de Congreso Visible, de la Universidad de los Andes, reporta que fue autor de 124 proyectos, fue ponente en 55 más y lideró 46 citaciones para debates de control político.
Entre las últimas iniciativas radicadas, el pasado 31 de julio, está una enfocada en "prevenir y enfrentar actividades de lavado de activos" en Colombia por parte de miembros del régimen venezolano. El 20 de julio había radicado otro proyecto "por el cual se establece una alternativa en los requisitos para que las mujeres obtengan la pensión de vejez, en el régimen de prima media con prestación definida". Ese día también radicó proyectos para crear un fondo que ayude a erradicar la pobreza extrema en Córdoba y otro para establecer mecanismos que permitan la repatriación de cuerpos de colombianos en el exterior. En abril presentó un proyecto que "promueve el respeto a la dignidad del talento humano en salud". El entonces senador Uribe, en su agenda, también tuvo en cuenta proyectos sobre animales y Medellín. En diciembre fue autor del proyecto que prohíbe las prácticas del aleteo de tiburón, y el el que decreta a Medellín como Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación. Entre 2014 y 2018, Uribe presentó el proyecto de ley 1809 de 2016 “por medio de la cual se adiciona un parágrafo al artículo 102 de la Ley 50 de 1990 y se dictan otras disposiciones”, que permitió el uso de cesantías para inversión en educación superior. También la Ley 1868 de 2017 “por medio de la cual se establece la entrega de informe anual sobre el desarrollo, avance y consolidación de los acuerdos comerciales suscritos por Colombia”. Y la Ley 1912 de 2018 “para que el subsidio al adulto mayor sobrepase la línea de pobreza”. Entre 2018 y 2020, presentó la Ley 1966 de 2019, "la cual adopta medidas orientadas a mejorar la transparencia, vigilancia, control y aplicación del uso de los recursos financieros del Sistema General de Seguridad Social en Salud”. De igual manera, "la Ley 2042 de 2020, por medio de la cual se otorgan herramientas para que los padres de familia vigilen el Programa de Alimentación Escolar (PAE), se garantice toda la transparencia y se cumpla con todos los requisitos nutricionales”. De acuerdo con el Centro Democrático, Uribe también fue abanderado de la Ley 2036 de 2020 de energías renovables, que autoriza al Gobierno nacional para financiar con aportes del presupuesto general del Sistema General de Regalías, la participación de entidades territoriales en proyectos de generación, distribución, comercialización, autogeneración a pequeña escala y generación distribuida. Y de la Ley 2043 de 2020 para que prácticas profesionales cuenten como experiencia laboral. En esta última, acompañó a la representante a la Cámara Teresa Henríquez. Aunque presentó su renuncia, dejó a cargo proyectos de ley como la reducción de jornada laboral sin afectar salario, eliminación de contralorías territoriales, penas más altas para quienes agredan a la Fuerza Pública, entre otras iniciativas que tomará la colectividad. La renuncia de Álvaro Uribe al Senado dejará en aprietos a la bancada del Centro Democrático porque quedará sin su jefe natural. El representante Gabriel Vallejo reconoció que “el trabajo legislativo que lideró Álvaro Uribe por Colombia ha sido invariable. Más allá de sus iniciativas se trata de la convicción, de la defensa de sus ideas y la altura del debate que poseía. Hoy la democracia pierde a unos de sus mayores aliados, pierde Colombia a un hombre que tenía claro lo que es ser un servidor público, pierde de lejos al mejor senador de la historia”. El congresista contó que el exsenador lideró varias iniciativas orientadas en temas sociales como la Ley 2042 de 2020, la cual otorga herramientas para que los padres de familia vigilen el Programa de Alimentación Escolar. Igualmente, que fue autor de otras iniciativas de ley como el de reducción de la jornada laboral sin afectar salario, la eliminación de las contralorías territoriales, buscó que el ingreso solidario fuera permanente, propuso un impuesto permanente del 10 por ciento adicional al sueldo de los congresistas, entre otros. La senadora Ruby Chagüi cree, por su parte, que la bancada notará de inmediato la ausencia de Uribe y por ello deberán seguir trabajando con base en los postulados del partido. “Nosotros continuaremos trabajando con la misma dedicación, con el mismo compromiso y desde el Congreso defendiendo nuestros principios y proyectos para bien de todos los colombianos”. Incluso algunos, como el representante Gabriel Santos, ven en Uribe un mentor político y a quien le deben el haberse encarrilado en el sector público. “Uribe fue más que una referencia en mi trabajo en el Congreso. Siempre fue el más enterado de las minucias de todos los proyectos que cursaban en el Congreso y siempre era un reto enorme discutirlos con él. Las preguntas profundas y fundamentadas hacían obligatoria una preparación y un método disciplinado para discutirlos”. También asegura que Uribe les exigía casi a diario estar enterados de todo lo que pasaba en el país para discutir los temas en el Congreso. “Acompañarlo a una reunión de trabajo ocasional también obligaba a estar preparado sobre los temas más variados. Él solía hacer preguntas en esas reuniones sobre los temas más variados y más extensos, y quedar como el que no sabía nunca fue una opción para mi. Uribe me enseño el valor de la disciplina en el trabajo y la importancia de la profundidad en medio de tantos temas”. El expresidente Álvaro Uribe pasó a ser exsenador. El exmandatario, en prisión domiciliaria por orden de la Corte Suprema, que lo investiga por presunta manipulación de testigos, anunció su renuncia al escaño que ocupaba como senador desde 2014. El exjefe de Estado (2002-2010) contempló dejar el Legislativo en 2018, cuando fue llamado a indagatoria, pero desistió y siguió en marcha su defensa, que ahora lo tiene con la detención domiciliaria por presunta manipulación de testigos y soborno y con el debate respecto a si su caso pasa a la Fiscalía General de la Nación. El exmandarario Álvaro Uribe tiene un largo camino político y público que lo ha llevado a ser una de las personas más reconocidas en el país. Ahora bien, al margen de los cargos públicos que ocupó, su fuerza política lo consolidó como una de las personas más incluyentes, especialmente como senador y luego presidente de la república. Entre 1995 y 1997, fue Gobernador de Antioquia, tras unas reñidas elecciones en el departamento en las que logró ganarse el apoyo del liberalismo. Apoyado por los colombianos cansados de la guerrilla, con unos diálogos de paz bastante empantanados entre la administración de Andrés Pastrana y las Farc, Uribe fue vehemente en rechazar la zona de distensión y rápidamente se ganó la popularidad entre los colombianos. En el año 2002 fue elegido presidente de Colombia en primera vuelta, con el 53,1 por ciento de los votos y fue apoyado y respaldado por varios movimientos políticos. Durante su gobierno redujo los índices de violencia, debilitó a la guerrilla de las Farc y al ELN. Desmovilizó a paramilitares y fortaleció a las Fuerzas Armadas. Fue la época de la seguridad democrática que muchos sectores le aplaudían y otros le condenaban. Gracias a su gestión, personas que estaban en cautiverio de la guerrilla, algunos por más de 10 años, recuperaron la libertad. En noviembre del 2005, tras la aprobación del Congreso y la Corte Constitucional de la reelección, siempre bajo una enorme polémica nacional, Uribe anunció que sería de nuevo candidato para las elecciones de 2006. Uribe ganó de nuevo en primera vuelta, con el 62,2 por ciento de los votos. Uribe consolidó una amplia mayoría en el Congreso. Tras terminar su periodo, con múltiples polémicas y con una polarización política en el país por cuenta de las políticas adelantadas por el ahora exmandatario, Uribe apoyó la candidatura del exministro de Agricultura Andrés Felipe Arias, hoy procesado por el caso de Agro Ingreso Seguro, en la consulta conservadora y cuando perdió, respaldó a su exministro de Defensa Juan Manuel Santos, quien salió elegido como nuevo presidente de la República.
En 2014, Uribe se consolidó como el presidente fundador del partido Centro Democrático. Tras el distanciamiento con el expresidente Juan Manuel Santos, a quien llevó a la Presidencia y quien adelantó un histórico Proceso de Paz que le valió el Nobel de la Paz, Uribe empezó a liderar un movimiento político de oposición que se consolidó luego como el partido Centro Democrático. La colectividad creció, se distinguió por la puntualidad en las sesiones legislativas y se consolidó como una gran fuerza en el país. Tras esto, oficializó una nueva candidatura al Senado de la República, como cabeza de la lista cerrada del Centro Democrático para las elecciones de marzo de 2014, tras lo cual fue el senador más votado. En esta lista inicial estaba el senador Iván Duque, quien en 2018 ganaría la Presidencia de Colombia. Uribe abrió Twitter justo antes de dejar la Presidencia y, también en contravía de la tradición de los expresidentes colombianos que se retiraban cuando terminaban su mandato, comenzó a convertirse en una voz activa en la política colombiana. En 2016, Uribe lideró la campaña del “NO” al plebiscito por la paz, un ‘no‘ que ganó y que luego Santos se las arregló para hacerlo pasar en el Legislativo. Justamente, aunque ganó el ‘no‘ en el plebiscito, después de horas y horas de reuniones en el Ministerio del Interior entre las partes, se pactaron algunos cambios del Acuerdo de Paz que para el uribismo no se hicieron y por eso para algunos fue una derrota para Uribe y por esa razón han intentado hacer modificaciones vía legislativa, pero sin éxito. En el año 2018, Uribe volvió a ser cabeza de lista del Centro Democrático al Senado, pero esta vez la lista fue abierta. Logró obtener 875 mil votos, siendo el senador más votado de esas elecciones y reafirmando su liderazgo en la bancada del partido. Su apoyo a Iván Duque fue fundamental para que este ganase la Presidencia de la República con más de 10 millones de votos en segunda vuelta. Pero ocurrió un nuevo revés con las objeciones a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz. El 10 de marzo de 2019, el presidente Iván Duque anunció al país los seis reparos que tenía frente a la iniciativa por considerarlos inconvenientes. Aunque Uribe lideró esta batalla en el Congreso y después de largos y álgidos debates, el exsenador reconoció públicamente que no se logró el ambiente político para aprobar las objeciones y se convirtió en una de las pocas derrotas que tuvo en el Congreso. En la bancada del Centro Democrático es un secreto a voces que ese desgaste político por las objeciones a la JEP lo asumió directamente Uribe y no el gobierno del presidente Iván Duque y ese costo se vio reflejado en la imagen positiva del exsenador que empezó a caer rápidamente desde ese momento. De hecho hay quienes aseguran que desde allí empezó un cierto distanciamiento de los uribistas con la Casa de Nariño por considerar que no apoyaron a Uribe en esa pelea legislativa y criticaron a los ministros por no cumplir con sus papeles.
Ahora, tiene al país debatiendo respecto a una supuesta manipulación de testigos y sobornos en un caso que dio un giro para él inesperado. Denunció al senador Iván Cepeda como presunto responsable de un complot en su contra con falsos testigos y el Alto Tribunal le dio la vuelta al caso, pues archivó las pesquisas contra Cepeda y ahora las adelanta contra Uribe. Permanece en su finca de El Ubérrimo, en Córdoba, y desde allí ha dado cuenta de cómo superó el coronavirus y cómo adelanta su defensa ante el Alto Tribunal. La pregunta ahora es si su caso será competencia de la Fiscalía General o de la Corte Suprema de Justicia.
Su paso por EPM y Aerocivil En 1976 fue jefe de bienes de las Empresas Públicas de Medellín; en 1977 fue secretario general del Ministerio del Trabajo y entre 1980 y 1982 director de la Aeronáutica Civil. Los años al frente de esa entidad le permitieron contratar y construir más del 60 por ciento del aeropuerto internacional José María Córdoba de Rionegro. A su vez, culminó la construcción del edificio principal del aeropuerto de Barranquilla y suscribió un acuerdo con Avianca que sirvió de base para la construcción del terminal Puente Aéreo de Bogotá. Para contener los vuelos ilegales, creó el Ddecreto 2303 que exigía el visto bueno del Consejo de Estupefacientes y las Brigadas Militares la operación de pistas y aeronaves. El expresidente Álvaro Uribe aumentó su popularidad en 1982 cuando llegó a la Alcaldía de Medellín. Tan solo duró cinco meses en el cargo, luego de que lo nombrara el entonces presidente Belisario Betancur. En 1983 su padre, Alberto Uribe, fue asesinado por las Farc. Desde entonces, ha dicho en varias oportunidades, tal hecho lo marcó y sirvió como catalizador para empezar a formar la política de Seguridad Democrática para fortalecer a las Fuerzas Armadas en el combate del terrorismo. Su papá, Alberto Uribe, fue un finquero que tenía tierras en varios lugares de Antioquia y que fue asesinado en un intento de secuestro cuando el expresidente tenía 25 años. Eso lo obligó a tomar las riendas de su familia: hoy, tiene dos hijos, Jerónimo y Tomás, y cuatro nietos, con los que intenta pasar la mayor parte de su tiempo libre. Entre 1984 y 1986, Uribe fue concejal, desde donde dio el salto al Senado de la República. Fue senador hasta 1994, representando ideas liberales y con un fuerte apoyo electoral en Antioquia. Mientras fue senador, ocupó el cargo de presidente de la Comisión Séptima y apoyó leyes como la Ley 71 de 1988, que reformó el sistema pensional; la Ley 16 de 1990, que permitía financiar democráticamente a los clubes de fútbol colombiano; la Ley 50 de 1990, por la cual se reformó el sistema laboral, y la Ley de la Protección a la Mujer Cabeza de Familia, entre otras. Esto llevó a que en 1990, SEMANA lo eligiera como congresistas del año.