Para el gobierno de Juan Manuel Santos las declaraciones hechas por el expresidente Álvaro Uribe Vélez tras la dolorosa masacre de San José de Apartadó en la que murieron civiles inocentes “mancillaron el buen nombre y la honra” de las víctimas.El exmandatario en su momento, y el entonces vicepresidente, Francisco Santos Calderón, salieron a afirmar tras el crimen ejecutado por paramilitares con enorme sevicia, pues descuartizaron a sus víctimas, que esta era una región de influencia de las FARC. En lenguaje coloquial es “los mataron porque andaban en algo malo”.Incluso, tras la masacre de San José de Apartadó, el 21 y el 22 de febrero del 2005, el expresidente Uribe señaló a algunos líderes de la Comunidad de Paz como “guerrilleros”. Una temeraria acusación de la que hoy toma distancia, ocho años después, el jefe de Gobierno.La Casa de Nariño se retractó públicamente de esos señalamientos, en un acto que se realizó este miércoles. El ministro del Interior, Fernando Carrillo, se disculpó por las declaraciones de “varios funcionarios que mancillaron el buen nombre y la honra de la Comunidad de San José de Apartadó”, en una alusión directa a Uribe. Las afirmaciones por las que se disculpó el Gobierno -de las que dijo que no fueron verdaderas- se refieren en particular al respaldo que Uribe le dio al testimonio de un supuesto guerrillero desmovilizado que aseguraba que las FARC eran las responsables del asesinato. Tiempo después se determinó que los culpables del asesinato de cinco adultos y tres niños fueron los paramilitares y miembros de la brigada XVII del Ejército Nacional. Además, Uribe expresó en un consejo de seguridad que “en esta comunidad de San José de Apartadó hay gente buena, pero algunos de sus líderes, patrocinadores y defensores están seriamente señalados por personas que han residido allí, de auxiliar a las FARC y de querer utilizar a la comunidad para proteger a esta organización terrorista”. Por esta razón, el pasado 16 de diciembre, la Corte Constitucional le ordenó al Ministerio del Interior poner en marcha el “procedimiento para la presentación oficial de la retractación frente a las acusaciones realizadas contra la Comunidad de Paz (de San José de Apartadó)”. A pesar de esto, Uribe se sostiene en sus palabras. “Me ratifico en la utilización que han hecho terroristas FARC y extranjeros de algunas personas en comunidades de paz”, trinó en su cuenta de Twitter, minutos después de la retractación del gobierno de Santos. Por su parte, el ministro Carrillo aseguró por la misma red social que “este acto es de retractación del Estado en su conjunto x acusaciones d Gbno Uribe al relacionar a esta comunidad con grupos armados ilegales”. El caso de San José de Apartadó muestra las grandes diferencias entre los dos mandatarios en sus conceptos sobre el conflicto armado. Para Santos, la comunidad de esta región del país forma parte de las víctimas, mientras que para Uribe son todo lo contrario: militan entre los victimarios.