Era la quinta vez que el presidente Juan Manuel Santos instala una nueva legislatura. La quinta vez que se dirigía al capitolio, a menos de 300 metros al sur del lugar donde se dio el grito de Independencia en 1810, en pleno centro de Bogotá. Lo hizo acompañado de la primera dama y sus hijos Esteban y María Antonia. No habló mucho, como había sucedido los años anteriores. Tampoco llegó cargado de promesas o con una lista de tareas para el Congreso. Prefirió dar las gracias a todos los senadores y representantes allí reunidos, a quienes llamó los congresistas de la paz. No hubo mensajes indirectos, no hubo provocación, así algunos la estuvieran esperando. Santos, en un discurso corto para tratarse de un 20 de julio, anunció la hora definitiva de la paz.Le puede interesar: "La paz es la victoria de todos los colombianos": SantosPor eso, la instalación de este miércoles no fue como cualquiera. Luego de cuatro años en los que insistió en las bondades del proceso de paz, justificó las negociaciones de paz, rindió honores a los militares caídos pero sin resultados en la mano, esta vez llegó con algo concreto, el acuerdo que silenció las armas de la guerrilla de las FARC. No llegó con el acuerdo definitivo, pero sí lo hizo con la convicción de haber alcanzado el triunfo: “la paz es la victoria”. La jornada se empezó a calentar a las 2 de la tarde con la llegada de los primeros congresistas. El más puntual fue el senador Antonio Navarro Wolf, quien ya tiene la costumbre de ser uno de los primeros en acomodarse en su curul. Poco a poco fueron llegando los conservadores, la bancada liberal, Cambio Radical, La U y más tarde el Centro Democrático.También puede leer: Imágenes de un día de la independencia con la paz en el horizonteLos miembros de la Unidad Nacional repartían flores blancas y carteles con el símbolo de la campaña SÍ a La Paz que lanzó la Presidencia de la República hace menos de dos meses. En un ambiente de celebración, muchos aprovecharon para tomarse fotografías con el afiche e invitaron a sus compañeros a unirse como muestra del mayoritario apoyo que tiene la paz en el Congreso. No era para menos. La Unidad Nacional se había preparado para contrarrestar a la disciplinada bancada uribista, que la víspera había invitado a todo el país a izar la bandera colombiana a media asta y con lazos negros en símbolo de luto, como rechazo al plebiscito por la paz.Mientras avanzaban los saludos y los demás senadores se acomodaban, la bancada del Centro Democrático aprovechó para reunirse alrededor del senador Álvaro Uribe. Entre los que participaron estaban los senadores Iván Duque y Paloma Valencia, y las representantes María Fernanda Cabal y Tatiana Cabello. Poco antes de que llegara el presidente Juan Manuel Santos, arribaron al recinto los senadores Horacio Serpa e Iván Cepeda. Este último entró acompañado de sus colaboradores, quienes traían bombas de colores en las que también se leía Sí a La Paz. El senador no perdió la oportunidad para llamar la atención de la prensa y ser fotografiado con bombas y flores en mano. Alrededor de las 4 de la tarde, acompañado de su esposa y sus hijos, hizo su entrada el presidente Santos. Uno a uno saludó a los congresistas que se encontraban en la entrada, mientras sus ministros caminaban detrás y se ubicaban en sus lugares. Muchos de los presentes quedaron sorprendidos con la actitud del representante por Cambio Radical Rodrigo Lara, quien cruzó apresuradamente el salón de un lado a otro para no perderse el apretón de manos del presidente.Le recomendamos: Este es el nuevo presidente del Senado Como era de esperarse, el Centro Democrático no se inmutó con la entrada de Santos. Nadie de la bancada se puso de pie en ese momento, salvo para acomodar unos carteles que ubicaron en sus puestos en los que se veía la bandera de Colombia con el lazo de la paz en color negro. Uribe, por su parte, permaneció en su puesto inmerso en su celular mientras el resto de la sala se acomodaba para el inicio del discurso de instalación del Congreso. “Gracias por ser el Congreso de La Paz”. Con esta frase Santos comenzó uno de los discursos más concretos que ha dado en los últimos meses en referencia a su gestión y los retos que enfrentará el país con la firma de los acuerdos en la Habana. Haciendo referencia al plebiscito que aprobó la Corte Constitucional este lunes, Santos pidió un debate de altura sobre los acuerdos y que la discusión sobre lo que será el futuro del país no se quede simplemente entre un Sí y un No. Y si algunos esperaban un desplante del uribismo, como han hecho en ocasiones anteriores, hubo un momento que no estaba en las cuentas de nadie: Cuando el presidente le hizo un homenaje a las Fuerzas Militares y el senador Uribe se puso de pie para ser partícipe del momento. Fue la primera vez en más de dos años que Uribe, seguido de su bancada, se puso de pie y aplaudió, únicamente a esa parte del discurso de su principal contradictor. Pero fue un solo instante. Al final del discurso, como era de esperarse, los congresistas se pusieron de pie y casi al unísono y con cartel en mano gritaron: “Sí a la Paz”, como una forma de demostrar su apoyo al proceso. La jornada terminó con el cantar del Polo Democrático, que con su ya acuñada frase “descanse en paz la guerra” sentó el ambiente que desde el principio de la tarde tuvo el Capitolio Nacional. Tanto así que incluso la primera dama, María Clemencia Rodríguez de Santos, no pudo contener las ganas de acompañar los gritos. Así terminó la instalación de la legislatura que, como en las últimas ocasiones, tuvo la natural tensión entre los partidos de gobierno y el uribismo.