Colombia sigue siendo un país peligroso para los líderes sociales y para la población civil, al menos eso es lo que se evidencia con las cifras de asesinatos y masacres. Según el reporte del Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz), en lo corrido de 2023 se han cometido 57 masacres en el territorio nacional.
Los departamentos más afectados, donde más masacres han ocurrido, son: Valle del Cauca (9), Atlántico (7), Antioquia (5) y Norte de Santander (5).
La masacre más reciente ocurrió el viernes 4 de agosto en el barrio Toledo Plata de la ciudad de Cúcuta, donde un sicario en moto mató a dos hombres y una mujer.
Las nueve masacres reportadas este año en Valle del Cauca suman 29 personas asesinadas. En el caso de Atlántico, las siete masacres se traducen en la muerte de 24 ciudadanos. En total, este año han matado a 182 colombianos, una cifra que pone en alerta al país.
En 2022, con corte al 31 de diciembre, se reportaron 94 masacres en Colombia, lo que se traduce en 300 víctimas. Es decir, que ya este año va más del 50 % de la cifra del año pasado.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, entretanto, aseguró que “durante este Gobierno, los actos terroristas se han reducido en 70,3 %”.
Asimismo, el ministro de Defensa sostuvo que “entre el 7 de agosto de 2022 y el 27 de julio de 2023, el homicidio disminuyó en 17 departamentos”.
Balance del primer año del presidente Gustavo Petro en seguridad
La frase de batalla del Gobierno nacional en el mandato del presidente Gustavo Petro, que cumple un año, ha sido, ‘Colombia potencia mundial de la vida’, la repiten una y otra vez. De la mano de ese eslogan ha llegado la apuesta por “la paz total”, que busca alcanzar acuerdos con todo tipo de organizaciones criminales, pero el resultado ha sido no ha sido el esperado. Así lo dejan claro las mismas estadísticas del Ministerio de Defensa, que en materia de orden público arrojan preocupaciones e inquietudes.
En materia de secuestros, un delito que hasta hace poco parecía un capítulo cerrado de las épocas más crudas del conflicto, el panorama es aterrador. En el 2022 se presentaron 60 casos, frente a 119 en lo que va de 2023, lo que se traduce en un incremento del 98%. El secuestro dejó en el 2022, 77 víctimas y en 2023, 161, creció el 109%.
Una “Paz total” refundida
Eso en cuanto a las frías cifras que rajan la gestión del presidente Gustavo Petro y de su ministro de Defensa, Iván Velásquez, en este primer año de gobierno. Pero los hechos resultan más crudos, el país ha sido espectador de violentísimos episodios como el asesinato de nueve soldados, siete de ellos apenas bachilleres, que fueron acribillados mientras dormían, en el Catatumbo, en marzo, a manos del ELN.
Ni que decir del secuestro de 79 policías y el asesinato de otro más, degollado al frente de sus compañeros, en Los Pozos, San Vicente del Caguán, Caquetá, a manos de la “Guardia Campesina” del criminal disidente Iván Mordisco, calificado entonces por el exministro Alfonso Prada como un “cerco humanitario”.
La paz total ha dado para todo. El jueves empezó el cese al fuego con el ELN, luego de un año de atacar de forma violenta, secuestrar soldados y policías, e incluso afirmar en la misma mesa de México, donde acordaron el cese, que seguirían con sus “prácticas de financiación” como secuestros y extorsiones.
En cifras y con hechos, lo que ocurre en el sector defensa y seguridad es preocupante, la “potencia mundial de la vida” no ha pasado de un eslogan y la promesa de paz total, por ahora, solo muestra lo contrario, violencia total.