Pese a que el país vive una positiva ansiedad por lo que pueda suceder con los diálogos de Paz entre el Gobierno y las FARC, en La Habana, la violencia y en especial los homicidios parecen ser un fantasma difícil de espantar. Así quedó demostrado con el más reciente informe que presentó el colectivo mejicano Seguridad, Justicia y Paz, en el que elabora un ranking con las 50 ciudades del mundo con más de 300.000 habitantes donde se presenta la mayor tasa de homicidios. Tristemente, desde que apareció ese ranking en el 2008, Colombia ha sido protagonista. Por ejemplo, el estudio reveló que en el 2015 tres ciudades colombianas (Palmira, Cali y Pereira) aparecen entre las 50 más violentas del mundo. Más grave es que dos de ellas, las vallecaucanas, se ubicaron en los diez primeros puestos del escalafón. Y esa es la otra sorpresa poco grata. De acuerdo con el ranking que lidera Caracas (Venezuela), las ciudades colombianas de Palmira y Cali se ubicaron en los puestos octavo y décimo, respectivamente. Por su parte, Pereira descendió al puesto 45, luego de ocupar el puesto 36 en la medición del 2014. Según el estudio que saca sus cifras de fuentes oficiales colombianas, en el 2015 la ciudad de Palmira, que es la segunda de mayor importancia después de Cali, registró un total de 216 homicidios, lo que equivale decir que su tasa es de 70,88 casos por cada cien mil habitantes. Otra situación que preocupa es que es de las ciudades colombianas donde más subió en el escalafón que mide esos indicadores de violencia. En el 2014 apareció en el puesto 32, con 114 homicidios y una tasa del 37,66. El dato es revelador porque en ese orden de ideas, una ciudad intermedia como Palmira, cuya población estimada es de 304.000 habitantes, supera con creces las estadísticas violentas de la capital del Valle, que tiene más de dos millones de habitantes. En efecto, el ranking advierte que en Cali se presentaron 1.523 asesinatos durante el 2015 y que la tasa fue del 64,27 por cada cien mil habitantes. Una cifra alta, pero entendible para una urbe de semejantes dimensiones. Lo irónico de lo que sucede con Cali en materia de seguridad es que sigue figurando en el ranking pese a que los homicidios se redujeron con relación al 2014, al bajar en siete casos, según el informe. De hecho, hace dos años ocupó el puesto noveno en el ranking. El tema de Palmira ya estaba en el radar de las autoridades civiles y policiales, a tal punto que justamente la recién posesionada gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, arrancó su mandato con un consejo extraordinario de seguridad en esa ciudad. De esa reunión salió la idea de realizar una ‘toma’ a Palmira durante dos meses y que consiste en la intervención sistemática de la Policía, Ejército y Fiscalía para tratar de contener la ola de violencia que azota a esa ciudad ubicada a escasa media hora de Cali. Para esa tarea se destinaron 750 uniformados. Precisamente este martes 26 de enero el comandante de Policía en Valle, coronel Camilo Álvarez, hizo un balance oficial de los resultados parciales de esa toma. Según el oficial, desde el 7 de enero, cuando arrancó la ‘toma’, se han capturado 102 delincuentes, 28 armas de fuego incautadas, al igual que 205 kilos marihuana y nueve vehículos recuperados. Pero el golpe más contundente sin duda fue la captura de diez integrantes de una de las bandas delincuenciales que operan en esa ciudad. Se trata de la banda ‘Las Américas’, cuyos miembros son señalados de cometer toda clase de delitos que van desde extorsiones, microtráfico y homicidios. La verdad es que desde hace un par de años Palmira se convirtió en un corredor estratégico delincuencial y guarida de combos o bandas delincuenciales. Esa radiografía quedó en una investigación que hizo SEMANA en la que se detallaba la manera descarada como operan esas bandas y la forma fría como ordenan y ejecutan sus crímenes. Lo bueno del listado Pero no todo lo que aparece en el ranking es malo. Por ejemplo, el informe destaca que en el 2015 no aparece Medellín dentro del escalafón y que las ciudades colombianas fueron las que más descendieron. “La salida del ranking más relevante corresponde a las ciudades de Juárez y Medellín. La primera ocupó en forma consecutiva el liderato mundial entre el 2008 y el 2010. La segunda habría sido a inicios de los años 90 del siglo XX y durante toda la década, la ciudad más violenta del mundo si para entonces hubiera existido un ranking como este. Hubo años en que las tasas de homicidios se acercaron a los 400 por cada 100.000 habitantes”. Agrega el informe que las disminuciones más significativas en la incidencia de los homicidios dolosos “fueron las ciudades colombianas y mexicanas y la mayor alza se produjo en San Salvador. Esta ciudad tuvo en el 2014 una tasa de 61,21 homicidios por cada 100.000 habitantes y de 111,03 en el 2015: un incremento del 81,41% en un solo año”.