Si algo reclaman los bogotanos hoy es la transparencia en las entidades de la ciudad. La necesidad de que la gente sepa en qué se va la plata de sus impuestos y cómo la manejan las corporaciones públicas es cada vez más alta. Y en parte el avance en las comunicaciones ha contribuido a que las personas tengan acceso a cualquier entidad al alcance de un clic. Aunque se supone que todas las entidades del Distrito deberían tener la opción en sus páginas web para que cualquier ciudadano las consulte, una investigación de la Veeduría Distrital y Transparencia por Colombia demuestra que estamos lejos de la transparencia. El estudio se concentró en analizar la información de 49 entidades distritales y ver qué tanto cumplen la Ley de Transparencia y de Derecho de Acceso a la Información Pública (Ley 1712 de 2014). Semana.com habló con Adriana Posada, coordinadora de la Política Pública de Transparencia, Integridad y No Tolerancia con la Corrupción en Bogotá, sobre la investigación y la necesidad de cambiar las rutinas en las entidades distritales. Semana.com: ¿Por qué hacer este estudio? Adriana Posada: Nos motivaron dos cosas. Lo primero es que como veeduría tenemos como prioridad ver que se esté implementando la Ley de Transparencia. Para hacerlo necesitábamos construir una línea base para saber dónde estamos hoy en materia de transparencia y así saber si hemos avanzado. Lo segundo es que el Distrito no tiene un instrumento para medir la transparencia y necesitamos empezar por algo. Ver donde estamos hoy. Semana.com: ¿Y qué se encontraron? A. P.: Lo primero que hay decir es que no miramos todas las entidades. Son 86 en total y nosotros analizamos 49. Miramos únicamente lo que tiene que ver con una dimensión de la ley que se conoce como Transparencia Pasiva. Eso significa lo mínimo que toda entidad distrital debe publicar en su página web. Y nos encontramos con un panorama muy triste. Estamos a mitad de camino entre ser opacos y transparentes. Y no puede ser excusa que no tengamos los medios tecnológicos para hacer pública la información porque no es cierto. ¿Cómo hacemos para ser transparentes si la información mínima ni siquiera está disponible? Por ejemplo, hay páginas que ni siquiera muestran quienes son los directivos, cuánta plata se gastan, etcétera. ¿Cómo es posible que no sepamos cuánto se ganan los grandes contratistas, en qué van las obras de la ciudad, cuánto se ganan los empleados del Distrito? Semana.com: ¿Cuál es el error más frecuente de las entidades? A. P.: Decir que cumplen cuando no lo hacen. Hay unos mínimos de transparencia que no se cumplen o se cumplen a medias. Yo digo que más que transparencia, las entidades caen en la ‘tramparencia’ porque uno va a mirar si realmente publican cosas tan mínimas como quiénes son sus directivos, cuánto se ganan y en qué se va la plata y los links lo mandan a uno a otro lado, la información aparece pixelada y en el peor de los casos en blanco. Eso no es cumplir. Otro error garrafal es pensar que poner los datos en la página ya nos hace transparentes. Hay que tener en cuenta que no todos los ciudadanos tienen cómo acceder a la información por internet. Ahí hay una brecha enorme y hay que pensar en formatos distintos para llegarle a gente que no tiene un computador, que es discapacitada, que prefiere el papel, etcétera. No hay una sola ciudadanía, hay muchas. Semana.com: ¿La Alcaldía de Gustavo Petro invirtió en mejorar la transparencia de las páginas distritales? A. P.:  Sí. Se invirtió un dinero en mejorar las páginas y generar mayor transparencia pero los avances han sido más de forma que de fondo. Ponen el PDF del presupuesto pero nadie lo entiende o a veces ni se descarga. ¿Eso de qué sirve? Es que la información tiene que dejar de ser un privilegio. No puede ser que la gente necesite pedir un derecho de petición para acceder a los datos que debería conocer sin ningún obstáculo. Semana.com: ¿Entonces cuáles son los retos para el alcalde que llegue? A. P.: ¿En términos de transparencia? Todos. Es que la transparencia tiene que volverse un hábito para los servidores públicos y para eso hay que meterle la ficha en términos culturales, políticos y económicos. Uno ve a los candidatos muy comprometidos con el discurso pero falta ver qué tanto lo aterrizan. La transparencia es una forma de rendir cuentas todo el tiempo. Para eso, el alcalde que llegue tiene que hacer arreglos institucionales, entre otras, porque la transparencia tiene que ver con la democracia pues amplía la participación de la gente. A eso hay que apuntarle en los próximos años.