La vicepresidenta de la República, Marta Lucía Ramírez, y la Consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer, Gheidy Gallo, le pidieron a la Fiscalía avanzar con celeridad en las investigaciones contra el empresario Jorge Alberto Villalobos, quien es señalado de presunto abuso sexual y acoso laboral contra 17 trabajadoras exempleadas del mercado orgánico y restaurante Trankilo, en el municipio de Cajicá, en el departamento de Cundinamarca.
Las funcionarias solicitaron, además, evaluar si es procedente la figura de “acumulación de los procesos” en contra de Villalobos, con el propósito de agilizar las actuaciones y garantizar los derechos de las mujeres víctimas.
“En el marco de las competencias de la entidad que usted lidera, señor fiscal, pedimos que se despliegue toda la capacidad investigativa con enfoque de género en los casos señalados y, de ser posible, se asigne un equipo especial para la investigación con el fin de avanzar en el proceso judicial en el menor tiempo posible”, dice la misiva.
En otra carta, dirigida a la procuradora general de la Nación, Margarita Cabello, la vicepresidenta y la consejera instaron al Ministerio Público a intervenir en este proceso:
“Solicitamos, muy respetuosamente, señora Procuradora, su intervención, con el fin de constituir agencias especiales dentro de los citados procesos, en defensa del orden jurídico, de los derechos y de las garantías fundamentales de las mujeres víctimas, por ser estos casos de significativa importancia”.
El caso fue asumido directamente por Luisa Obando, delegada de Seguridad Ciudadana de la Fiscalía General de la Nación, y priorizado para investigación.
Este despacho les solicitó públicamente a las presuntas víctimas de Villalobos que instauren formalmente sus denuncias ante el ente acusador, para crear un caso sólido y con pruebas que permita hacer justicia.
¿Por que vetaron a Jorge Villalobos en San Victorino?
SEMANA consultó a un alto directivo de El Gran San, el centro comercial donde Villalobos inició su controvertida carrera gerencial. Reveló que si bien el trabajo de Villalobos fue ejemplar en sus primeros años, en 2011 la junta directiva tomó la decisión de despedirlo por supuestos malos manejos administrativos.
“O sea que se perdía la plata de los recaudos de administración, de los trabajadores, de los locales. No sé si finalmente probaron ese delito, pero hicieron un acuerdo confidencial y él se fue de aquí”, comentó el empresario.
Sin embargo, eso no sería lo último que escucharían de este personaje. Pocos meses después, volvió al cargo de gerente, esta vez de otro centro comercial. “De aquí salió para Sabana Plaza. Allá estuvo como un año y medio, y también lo sacaron, señalado de agarrar plata de las administraciones y de hacer pagar los servicios públicos de su casa como si fueran cuentas de la empresa”, reveló la fuente.
Tuvo un tercer encargo gerencial en el centro comercial Neos, lugar de donde también fue retirado por la junta de administración. Finalmente llegó en 2019 al proyecto Parque Comercial y Residencial Victoria, conocido popularmente como Visto.
Un alto cargo de este centro comercial le entregó su testimonio a SEMANA bajo la figura de confidencialidad, pues considera que el poder acumulado por Villalobos a través de los años en el sector, además de sus relaciones con personajes cuestionables, lo hacen un hombre peligroso. Teme por su seguridad.
“Aquí en Visto trabajó en el año 2019 durante siete meses y ahí se inició una investigación interna, porque se estaba perdiendo plata de las administraciones y supuestamente había sido él. Por eso, el consejo directivo decidió retirarlo de su cargo a finales de ese año”, comentó.
Agregó: “También se presentaron casos de acoso con las muchachas que trabajaban cerca de él, en particular se supo de una contadora y una auxiliar venezolana. Había muchos rumores sobre casos similares en El Gran San, pero que yo recuerde no hubo denuncias en ese entonces”.
La actual administración del centro comercial Visto publicó un comunicado de prensa en el cual pone en conocimiento los hechos que rodearon la salida de Jorge Villalobos de la gerencia de ese establecimiento y explica los pormenores del proceso judicial que instauró en su contra.
A la luz de la información que está saliendo a la luz, las otrora discretas “renuncias” de Jorge Villalobos a sus trabajos en San Victorino se convirtieron en demandas en su contra.
Actualmente, aparece como denunciado y demandado en tres procesos judiciales por delitos como hurto calificado de mayor cuantía, hurto calificado en concurso y evasión de pago de cheques y compromisos adquiridos, en hechos ocurridos en varios centros comerciales.
Luego de los múltiples escándalos por supuestos derroches y malversación de fondos, los miembros de las juntas administradoras del comercio de San Victorino acordaron vetar laboralmente a Villalobos de por vida, una medida que ha pasado de boca en boca y que se hizo visible una vez SEMANA reveló el caso de presunto acoso sexual que actualmente lo tiene contra las cuerdas.
Para 2020, el sujeto se asocia con otras tres personas para impulsar el mercado orgánico y restaurante Trankilo, en Cajicá (Cundinamarca). Allí de nuevo se encargó a la administración, desde el cual -según las denunciantes- se han derivado casos por presunto acoso sexual y laboral en contra de 17 mujeres, según información recopilada por el Colectivo Público Cajicá.
Luego de conocerse un video en el cual tres mujeres denunciaron a Jorge Alberto Villalobos Herrera (accionista y exadministrador del restaurante) de acosarlas sexualmente, e incluso de presuntamente haber violado en repetidas ocasiones a una de ellas, los otros tres dueños del establecimiento dicen haber tomado medidas drásticas en su contra.
“Le hemos reclamado al señor (Jorge) Villalobos que termine su participación en esta sociedad (Trankilo), que venda sus acciones. Le pedimos también que se hiciera al margen de cualquier participación administrativa y operativa, lo cual efectivamente ha ocurrido desde el pasado 13 de marzo”, puntualizó Paola Bermúdez, una de las accionistas.