Mientras la mayoría de los colombianos descasaban el domingo nueve de abril, un hecho bastante inusual ocurría en el Congreso. En el marco del día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas al recinto estaba abarrotado con los congresistas y decenas de familiares, amigos y organizaciones que acudieron al lugar. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue la presencia del general retirado Óscar Naranjo, en su nuevo cargo como vicepresidente de la República.Le puede interesar: Óscar Naranjo, nuevo vicepresidente de la República El evento comenzó antes las diez de la mañana y se prolongó hasta pasadas las cuatro de la tarde. En esas largas horas algunos congresistas salieron del lugar. Por el gobierno el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, permaneció en el sitio aunque también se tuvo que retirar. Lo que inquietó a las víctimas y los políticos de todas las bancadas, fue que el nuevo vicepresidente permaneció durante toda la extensa jornada.
Al final, incluso, varios de los familiares y representantes de ONG y víctimas se acercaron a agradecerle y tomarse fotos con él. Era la primera vez que el segundo hombre más poderoso del país no iba simplemente dar un discurso y salir del recinto. Para no pocos era claro que las palabras que dijo Naranjo cuando asumió el cargo, de escuchar y estar al lado de las víctimas, eran en serio.Le recomendamos: “Hay que devolverles la confianza a los ciudadanos”, Óscar Naranjo Ese acto marcó el final de la primera semana de Naranjo como vicepresidente, que se caracterizó por una agenda impresionante que posiblemente sólo en los agitados días como director de la policía llegó a tener. Y es que si algo quedó demostrado es que el general tiene clara su misión y no está dispuesto a perder el tiempo. Prueba de ello es lo que ha hecho desde el 30 de marzo cuando se posesionó ante el presidente Juan Manuel Santos. Tan sólo un par de horas después de haber terminado la ceremonia en la Casa de Nariño no hubo ningún tipo de celebración o cocteles. Por el contrario, pasado el mediodía Naranjo tomó un avión rumbo a Tumaco (Nariño), una de las zonas más convulsionadas y golpeadas por la violencia. Durante horas estuvo reunido y escuchando atentamente a todos los líderes sociales y defensores de derechos humanos del puerto, quienes le expresaron sus temores y esperanzas. Naranjo se comprometió con ellos, y de inmediato dio instrucciones precisas a las autoridades competentes, para hacer un compromiso real que permita garantizar la vida e investigar las amenazas contra los defensores de derechos humanos.
Al llegar del puerto nariñense, Naranjo partió para Vista Hermosa (Meta), acompañado por el embajador de Estados Unidos, Kevin Whitaker, país que aportó más de ocho millones de dólares y ha patrocinado el proyecto de desminado en esa región. Recorrieron las zonas en donde se está adelantando el trabajo y se reunieron con víctimas de minas y con aquellas autoridades que están trabajando los programas para liberar esos territorios de esas trampas mortales. De allí salió para Cartagena en donde estuvo reunido con los empresarios durante un congreso en donde les explicó la importancia de consolidar e impulsar la paz. En Villavicencio y Barranquilla también estuvo. Pero allí los temas fueron otro de sus fuertes y de sus líneas de acción como Vicepresidente: la seguridad. Con autoridades locales les expuso los planes y necesidades del fortalecimiento de la seguridad haciendo énfasis en un mayor apropiamiento y participación de la ciudadanía.También puede ver: La hora de Naranjo En uno de los pocos momentos que estuvo durante esa semana en Bogotá Naranjo se reunió con viejos amigos y aliados de la División contra el Crimen y Narcóticos de la Embajada de los Estados Unidos de América. Con ellos se abordó otro de los que serán sus temas prioritarios como Vicepresidente: la situación de cultivos ilícitos pero haciendo énfasis en que se requiere nuevo enfoque en política desde la sustitución y corresponsabilidad en otros ámbitos como la detección de capitales. El mismo tema también fue tratado durante el foro “Seguridad y Defensa: Logros y Retos”. Allí Naranjo explicó la necesidad de una política diferencial entre los cultivos industriales de las mafias del narcotráfico y los cultivadores campesinos pequeños de coca, como parte de esa lucha.
Uno de los viajes más importantes fue el que realizó a Mocoa, Putumayo. En un avión de la FAC viajó con varias toneladas de ayudas y al llegar al devastado municipio estuvo en las calles, en los albergues y en el puesto de mando unificado verificando los planes de ayuda para los miles de damnificados. De allí partió y el sábado estuvo en Barranquilla con el alcalde Alex Char. Recorrió los barrios y se reunió con los habitantes para escuchar las preocupaciones de la población sobre diversos temas de seguridad. Todo esto es solo parte de la agitada agenda que tuvo en su primera semana. Es claro que el nuevo Vicepresidente está dispuesto a no ahorrar esfuerzos, y a sacrificar el tiempo que sea necesario para tratar de cumplir con los compromisos que adquirió y le fueron encargados por el presidente.