Vicky Dávila, directora de SEMANA, se refirió este domingo a las constantes menciones que hace el presidente de la República, Gustavo Petro, sobre Adolf Hitler y su comunicador, Joseph Goebbels, quienes se han convertido en personajes recurrentes cuando pronuncia sus extensos discursos.
“Petro permanentemente menciona a Hitler y a su comunicador, Goebbels, para señalar a otros, pero la verdad es que su comportamiento y el de sus alfiles en comunicaciones siguen la misma estrategia de estos dos nefastos personajes en la historia. Así actúan sus medios oficiales y sus bodegueros, a quienes mantiene a su servicio, arrodillados, con pagos de millonarias sumas en el Gobierno”, señaló.
La periodista señaló: “Actúan así: exageran y desfiguran con narrativas mentirosas. Atacan sin descanso y hostigan a su objetivo. Repiten una mentira las veces que sea necesario, sin pudor. Hasta que la hacen ver como una verdad”.
Por eso, colocó como ejemplo lo que viene haciendo el jefe de Estado discurso tras discurso: “Ahora, fíjense cómo actúa Petro… Eepite los mismos mensajes hasta el cansancio; aunque sean mentira. Es que la veracidad no importa, importa el objetivo que busca… Un muy buen ejemplo, las locuras que dice su ‘pastorcito mentiroso’”.
Dávila fue más allá y puso de referencia el perfil psicológico de Hitler que fue elaborado por una agencia de inteligencia de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
“Un aparte del perfil psicológico de Adolf Hitler, elaborado por la OSS (Office of Strategic Services), una agencia de inteligencia de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, decía: ‘Sus reglas principales eran nunca permitir que el público se calme; nunca admitir una falta o un error; nunca admitir que pueda haber algo bueno en el enemigo; nunca dejar espacio para alternativas; nunca aceptar la culpa; concentrarse en un enemigo a la vez y culparlo por todo lo que sale mal; la gente creerá antes una gran mentira que una pequeña, y si lo repites con suficiente frecuencia, la gente tarde o temprano lo creerá'”, manifestó la directora de SEMANA.
Frente a esto, indicó de manera enfática: “La similitud en los rasgos no admite discusión… Y aunque la maldad de Hitler no tiene comparación, muchos dictadorcitos de extrema izquierda de la región, que ya salieron del clóset, o están saliendo, se esfuerzan por aplicar las mismas estrategias del monstruo que tanto critican. Por algo Víctor Hugo, el legendario escritor francés decía: ‘Los malvados envidian y odian; es su forma de admirar…'”.
Sobre Joseph Goebbels señaló que es el “personaje favorito de todos los minutos de Petro. Es necesario hablar de la identidad invertida, así llamaban en la propaganda de Goebbels a la práctica de llamar al otro con la verdadera identidad propia. Decirle al opositor fascista cuando el fascista es el que lanza la acusación”.
Vicky Dávila puso un ejemplo de lo que se ve en Colombia: “Los guerrilleros y terroristas que mataron son defensores de la vida. Los que hicieron pactos en La Picota llaman a sus enemigos beneficiarios de la mafia. Los que llevan 30 años en el establecimiento político se venden como outsiders que enfrentan al establecimiento. Hablan de inclusión y son antisemitas”.
Y agregó: “Hablan de la vida, pero han sido parte o han validado grupos ilegales que asesinan por razones políticas. Hablan de equidad, pero persiguen a todos los sectores que generan empleo. Hablan de lucha contra la corrupción, pero están podridos en ella. Hablan de libertad, pero insultan e intimidan a la prensa libre. Hablan de democracia, pero son validadores de dictadores, como Petro con Maduro. Hablan de progreso, pero generan retrocesos y miseria. Hablan de austeridad, pero son campeones del derroche”.
La directora de SEMANA remarcó sobre el tema: “Por ultimo, el escritor Hermann Rauschning, quien perteneció al Partido Nazi, pero luego renunció y se volvió un crítico del régimen, escribió lo siguiente sobre Hitler: “Cualquiera que haya visto a este hombre cara a cara, haya recibido su mirada incierta, sin profundidad ni calidez, con ojos que parecen duros y remotos, y luego haya visto esa mirada endurecerse, habrá experimentado sin duda la extraña sensación: ese hombre no es normal”.
Dávila insistió: “Cierren los ojos y comparen… Afortunadamente, cada día la gente le para menos bolas a Petro. Esa es una señal de que cada día importa menos. De ahí nace su desespero y su guerra contra los medios, a los que ya nos da hasta jartera retomar cada tontería que dice. Y eso sí, Petro sabe que lo que hemos denunciado sobre su campaña, sobre algunos de sus familiares y sobre algunos de su círculo más cercano, es verdad. Pero no tengo interés en este momento en ofenderlo. Los hechos hablan por sí solos”.