Estas fueron las palabras de la directora de SEMANA, Vicky Dávila, este jueves, 10 de octubre, en la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Unab).
“Hola. Estoy en Bucaramanga. La ciudad bonita… la tierra del ‘carácter’, cómo me gusta eso ‘del carácter’… La tierra de muchos valientes y, claro, de las hormigas culonas.
El periodismo no se puede hacer solo desde un escritorio en Bogotá. Hay que recorrer todos los rincones del país (he podido hacerlo en estos 33 años de carrera periodística). La gente necesita esperanza y necesita soluciones.
Desafortunadamente, muchos políticos prometen y prometen solo para conseguir votos, pero incumplen. Gobiernan para enriquecer a su círculo cercano y a los contratistas amigos. Allí algunas de las élites se acomodan. Eso tiene que cambiar. Hay que declararle la guerra a la corrupción porque la corrupción no tiene ideología. Le pasa a la izquierda, al centro y a la derecha. Es una lucha transversal.
Colombia está en un momento histórico que plantea un dilema: que el proyecto político de izquierda clientelista, como ha ocurrido en México, continúe después del 7 de agosto de 2026, que el país quede en las manos de la politiquería del pasado, mucha enquistada en este gobierno o que de verdad salvemos el país entre todos y lo llevemos por la ruta del progreso y las oportunidades.
Por supuesto que la solución no es retroceder. Tampoco el futuro que nos plantean de un sistema que tiene cada vez más control del Estado sobre nuestra vida y nuestra libertad.
Pronto tendremos que escoger entre la continuidad de un proyecto que restringe nuestro potencial, incumple y genera caos a diario o un futuro a donde quepamos todos y se genere confianza, respeto por las leyes y una justicia ‘justa’.
Hay que buscar un camino de promesas realistas que se cumplan, donde la decencia y la transparencia sean una norma, y donde la seguridad y el bienestar de los colombianos sean una verdadera prioridad. No solo una promesa para ganar votos”.