Han pasado más de tres años desde que ocurrió el atentado en el centro comercial Andino que dejó un saldo de tres mujeres sin vida y otras ocho heridas, una de ellas con pérdida de una pierna. Fue el 17 de junio de 2017 cuando desconocidos irrumpieron en el lugar y detonaron un artefacto explosivo en el baño de las mujeres. Desde entonces, la vida para Pilar Molano –la mujer que perdió su extremidad inferior– dio un giro de 180 grados.
En entrevista con SEMANA Noticias, Molano contó el largo camino que ha tenido que atravesar desde ese día, cientos de horas asistiendo a terapias de rehabilitación, su recuperación emocional, su lucha para recibir ayuda del Gobierno y cómo la violencia la llevó hoy a ayudar a otros a partir de su experiencia.
En su momento, el entonces alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, calificó este suceso como un “atentado terrorista cobarde”. Frente a los recuerdos que aún reposan en la mente de Pilar Molano sobre cómo vivió ese momento, esto fue lo que dijo: “Tengo la fortuna de acordarme absolutamente de todo. Nunca perdí el sentido, siempre estuve consciente y recuerdo cada instante: desde que entré al baño del Centro Comercial Andino, hasta que me recogieron los Bomberos, me auxiliaron, me llevaron a la ambulancia, y luego llegué a la Clínica del Country. Fueron momentos devastadores para todas las personas que estuvimos ahí”, indicó.
Molano pasó varios días internada en la Clínica del Country debido a la gravedad de sus heridas y a pesar de la dolorosa escena que tuvo que vivir en carne propia, insistió que “afortunadamente mi Dios me dio la oportunidad de seguir con vida, de estar con mi familia, de contar mi testimonio, de contar cómo pasaron las cosas y darle una voz de aliento y ánimo a cada persona”, dijo.
Ya han pasado tres años del atentado que tuvo lugar en el norte de la capital colombiana y aún permanecen las secuelas en la mente y el cuerpo de Molano, sigue en proceso de rehabilitación. Dijo que lo más difícil para ella ha sido la “adaptación protésica porque como fue por explosión, me hicieron una amputación transfemoral pero mi muñón quedó sesgado, y al queda sesgado, no tuve buena adaptación protésica. Me tuvieron que hacer remodelación de muñón y el proceso se fue retrasando”, explicó.
Continuó diciendo que el peso también ha jugado un papel importante en su proceso de rehabilitación. “Cuando tú bajas de peso, el socker ya no te queda bueno y tiene que volver a que tomen el molde, que vuelvan a importar los elementos, todas las partes, a que te lo vuelvan a hacer y eso tarda entre cinco y seis meses, si te va bien. Afortunadamente he contado con mi parte anímica, siempre he sido una mujer muy dispuesta, muy echada para adelante, muy resiliente y eso me ha ayudado bastante. Además, he estado pegada de los médicos, mi familia, de Dios y la Virgen. He tenido muchas ayudas de las que he echado mano pero no ha sido fácil, aún me siguen consintiendo, dándome terapias en casa por la pandemia y sigo aprovechándolas. Las personas como yo, que nos pasa esto, queremos rehabilitarnos al 100%, que caminemos lo más parecido posible a como caminábamos antes y aquí estoy en ese proceso”, señaló Molano.
A pesar de lo sucedido aquel 17 de junio de 2017, Pilar Molano dijo que no guarda resentimiento alguno. “Nunca me he detenido a pensar en eso, nunca me he puesto a pensar en quiénes fueron, querer ver el rostro de ellos o cuántos eran. Jamás. Yo creo que eso es lo que me ha dejado recuperar tan sana y tranquilamente, teniendo una consciencia tranquila. Siempre estoy contando mi historia para aquellos que quieren saber y nunca me he detenido a pensar en eso porque eso me robaría paz”, concluyó.