Los integrantes de la cuarta delegación de víctimas del conflicto armado en Colombia exigieron el domingo que la violencia sexual sea reconocida como un delito de lesa humanidad y que los negociadores de paz no puedan levantarse de la mesa mientras no logren un acuerdo de paz. La mayor solicitud es "reconocer que la violencia sexual es un crimen de lesa humanidad que no se puede evadir", expresó la periodista Jineth Bedoya durante un encuentro con la prensa después de participar en la mesa de diálogo. En rueda de prensa celebrada en el sector de El Laguito, en la capital cubana, Bedoya consideró que el encuentro de las víctimas con los negociadores es "una oportunidad histórica no sólo para hablar de mi dolor, sino para reconstruir el país". La periodista agregó que, "como sobrevivientes del conflicto armado... tenemos la autoridad moral" de exigir a los negociadores no abandonar la mesa sin llegar a un acuerdo. La cuarta delegación de víctimas del conflicto armado participó el domingo en una sesión del diálogo de paz que el gobierno colombiano y las FARC llevan a cabo en la capital cubana. Con este encuentro, las delegaciones cerraron otro ciclo de las conversaciones, que se reanudarán el próximo 18 de noviembre, de acuerdo con un comunicado de prensa de Humberto de la Calle, jefe de la delegación del Gobierno. De la Calle destacó que las "dolorosas historias" de las víctimas "reflejan la crueldad de la guerra" y agregó que "estas visitas nos recuerdan por qué estamos adelantando estos diálogos: precisamente para que no haya más víctimas y para que podamos satisfacer sus derechos de manera plena". "Al cuarto grupo de víctimas del conflicto en esta audiencia de La Habana, nuestro afecto y saludo de bienvenida. Destacamos su compromiso con la paz de Colombia, manifiesto en la determinación de acudir a este escenario de diálogos con sus testimonios de dolor y su sentimiento de reconciliación", expresó un comunicado emitido por el grupo rebelde de las FARC. Las 12 víctimas de las guerrillas, de paramilitares y de agentes del Estado fueron seleccionadas por Naciones Unidas, la Universidad Nacional y la Iglesia Católica y 11 de ellas llegaron el sábado a suelo cubano, en tanto Tulio Murillo Ávila, miembro de las FARC en la actualidad preso, participará en la mesa de negociación a través de un vídeo. Bedoya expresó la preocupación de las víctimas porque algunos de los integrantes de delegaciones pasadas que visitaron La Habana fueron amenazados cuando retornaron a Colombia. "El Estado colombiano tiene que brindar todas las garantías para que las 60 personas que han pasado y terminarán de pasar por La Habana puedan regresar a sus comunidades, a sus pueblos... sin el acecho y la intimidación", subrayó. En el comunicado, las FARC lamentaron que el gobierno colombiano "no otorgó las autorizaciones necesarias" para la presencia de Murillo en La Habana y consideraron que "esa silla vacía que debiera estar ocupando nuestro compañero Alonso, se erige en un monumento a la intransigencia en medio de un proceso de paz que se supone está concebido para dar muestras de tolerancia y equilibrio, sin exclusiones ni estigmatizaciones que profundicen las heridas que ha dejado la guerra". Entre las víctimas están, además de la periodista Bedoya, secuestrada y agredida sexualmente por paramilitares y posteriormente secuestrada por las FARC, María Zabala, quien perdió a su hijo y a su esposo en manos de los paramilitares; María Jackeline Rojas, quien atribuye el asesinato de su padre a las FARC, el asesinato de su compañero sentimental al también rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el asesinato de su hermano a los paramilitares. En el comunicado, De La Calle precisó que "no habrá paz armada" y recalcó: "La premisa básica de todo este proceso es que una vez firmemos un acuerdo final, las FARC deberán iniciar el proceso de dejar de tener armas en su poder". Para Juan Carlos Villamizar, portavoz del Foro Internacional de Víctimas, en el encuentro "nos miramos y nos reconocimos como sobrevivientes del conflicto armado colombiano y como servidores del proceso de paz y de la reconciliación en el país". "Las audiencias de víctimas no deben constituir un simple ejercicio de exposición del dolor causado por el conflicto armado en Colombia. Estamos obligados a actuar adoptando medidas inmediatas que eviten la generación de nuevas víctimas", agregó el comunicado de los rebeldes. El primer grupo de víctimas viajó a La Habana a mediados de agosto para sostener un encuentro con los delegados de ambas partes. En total serán 60 las víctimas que en varios grupos viajarán a isla. Las delegaciones lograron hasta la fecha acuerdos parciales en tres puntos, la reforma agraria y los problemas relacionados con la tierra, la participación política de los rebeldes y el combate conjunto al narcotráfico. En tanto en la actualidad el tema en debate es el de las víctimas, punto que muchos expertos y observadores consideran como el más complejo de las conversaciones.