El pasado martes, cuando el reloj marcaba las 9:13 de la noche, el dragoneante que se encontraba de guardia en la cárcel de Barrancabermeja atendió un llamado. Cuando abrió la puerta, cuatro jóvenes –tres de ellos encapuchados y portando armas de fuego– lo amenazaron, redujeron y le quitaron sus elementos de protección y el uniforme.

Mientras tanto, el joven que ingresó sin capucha entró a uno de los cuartos para apagar todas las luces, aumentando así la tensión y el miedo. El hecho, que duró menos de 50 segundos, quedó registrado en los videos de las cámaras de seguridad del centro carcelario. Las mismas que pudieron grabar desde el exterior la forma como se planeó el ingreso por la fuerza y armados al centro penitenciario de la ciudad santandereana.

Los jóvenes llegan y se ubican sigilosamente a la espera de una señal. El que no tiene capucha toca la puerta, espera unos segundos, ingresa y acto seguido se presenta la arremetida de los encapuchados. Sin embargo, todo esto era parte de un simulacro ordenado por la comandante encargada de vigilancia de la cárcel de vigilancia con el objetivo de medir la seguridad del centro carcelario.

En un comunicado, Lanny Arenillal de Jaimes, comandante de vigilancia, aseguró que jamás se puso en riesgo la vida e integridad de los dragoneantes que estaban de guardia, indicando que todos ellos deben estar siempre preparados para atender una situación similar que se puede presentar.

“Que las unidades de guardia saben que deben estar atentos ante cualquier evento y reaccionar con rapidez”, precisó Arenillal en el comunicado. Aduciendo que tiene 28 años de experiencia en el Instituto y ha trabajado en diferentes centros carcelarios, aseguró que “los simulacros se realizan para evitar y prevenir sucesos que en realidad nos van a afectar o se presentarán resultados que lamentar”.

Igualmente, justificó su plan con el fin de mirar la capacidad de reacción de los guardias “ante cualquier situación de riesgo o ataque al establecimiento presente”. Haciendo referencia al video grabado desde el cuarto de control se señala que evidentemente se presentaron fallas por parte del guardia, puesto que, debido a la hora, no tomó las precauciones de revisar las cámaras.

Sin embargo, el sindicato del Inpec no quedó satisfecho con las explicaciones de la comandante de vigilancia, señalando que se pudo haber presentado una tragedia, ya que es evidente que los jóvenes que entraron a la fuerza no tenían experiencia en el uso de armas. “Es un acto de irresponsabilidad y se puso en estado de indefensión a un compañero”.

Precisaron que mandaron a auxiliares bachilleres a realizar este ingreso por la fuerza, “un procedimiento sin ninguna planeación. Si el compañero que fue víctima de esta actuación hubiera tenido un arma, se pudo haber presentado una catástrofe en la cárcel de Barrancabermeja”.

Debido a esto, se anunciaron acciones penales y disciplinarias contra la comandante Lanny Arenillal de Jaimes, al considerar que se puso en riesgo la vida e integridad tanto del dragoneante como de los bachilleres que participaron en la acción. Por el momento, desde la dirección general del Inpec no han emitido un pronunciamiento sobre este polémico simulacro.