En el nuevo programa de Los informantes que dirige la periodista María Elvira Arango, que se emite los domingos en la noche en el Canal Caracol, se conoció una historia dolorosa que deben vivir los indígenas que habitan en el municipio de Puerto Carreño, Vichada.
Según los relatos que se dieron a conocer en el programa periodístico, esta penosa labor es la que vienen haciendo varios indígenas de la comunidad Amoúra, que habitan en la región del Orinoco, para no morirse de hambre.
“Encontré pedacitos de pan, para poder alimentar a mi familia y voy a sacar este arrocito que yo encontré para la casa, para todos los que quedaron allá en la casa”, se le escucha decir a Alirio, indígena de la región.
Henny Gutiérrez, cabilda gobernadora de la ciudad de Puerto Carreño, viene denunciando este tema a las autoridades del Gobierno nacional desde el año 2018, cuando se conoció la problemática.
“Esto no es justo para mi pueblo, es inhumano, a nosotros nos están matando con hambre, no con bombas antipersona, ni con un arma, lo están haciendo de una manera más cruel, es con hambre, con nuestros hijos”, dice la líder indígena.
En el programa también hicieron referencia a una periodista de la región que ha denunciado lo que sucede en el basurero de Merey, en la capital del departamento de Vichada con los indígenas Amorúa y aunque va una y otra vez a tomar imágenes y recoger más testimonios desgarradores, ninguna entidad del Gobierno parece poner atención a la problemática del lugar.
“Es indignante, atenta contra la humanidad, es triste mirar a nuestra niñez en la basura y consumir los alimentos que encuentran allí en condiciones de descomposición los cuales son dañinos para la salud”, dijo Gardenia Rebolledo, periodista del medio regional El Morichal.
Y es que lo recogido en video deja ver lo crudo de la realidad que vive esta comunidad indígena. Niños buscando los restos de algún paquete con comida o botellas con algo de líquido para abrirlas en medio de la basura y poder tomar para calmar la sed son las tristes escenas que se pueden ver a diario en este basurero.
No sin mencionar cuando llega el camión de la basura al sector. Allí, como un turba, los indígenas se acercan al vehículo para recoger la ‘nueva basura’ y tener lo recién llegado, ya sea de comida o reciclaje, para llevar a casa o para venderlo e intercambiarlo en las plazas o tiendas de mercado de la población.
“En estos días les dije a las autoridades locales que no nos estén trayendo tanto sicólogos, porque aquí no estamos locos. Todos los programas llenos de sicólogos y no hay una solución para esos pueblos, un programa o un proyecto productivo donde ellos puedan tener acceso al alimento. La soberanía alimentaria es muy importante para nosotros como pueblos indígenas. Los niños siguen en los basureros, siguen en la mendicidad”, puntualizó Henny Gutiérrez, quien sigue luchando para buscar ayudas reales y así sacar a su pueblo adelante.
Por el momento, los Amorúa deben seguir buscando entre la basura para no morir de hambre, mientras los Gobiernos locales, departamentales y nacionales le ponen la lupa a esta problemática que, hasta el momento, carece de soución.